La infanta Elena se encuentra desolada tras la muerte del coronel José María Álvarez de Toledo Gómez-Trenor, conde de La Ventosa y marido de su íntima amiga, Rita Allendesalazar. El pasado viernes, 8 de abril, la hermana de Felipe VI se trasladó a la localidad de Muñopedro, en Segovia, para dar el último adiós al aristócrata. Junto a ella se encontraba Victoria Federica. Madre e hija, muy afectadas por la pérdida, estuvieron en la ceremonia religiosa que se ofició en la iglesia de San Miguel Arcángel. Doña Elena, que ocultaba su dolor tras unas gafas de sol y una mascarilla negra, no podía faltar a esta triste despedida. El matrimonio formado por el conde de La Ventosa y Rita Allendesalazar fue un gran apoyo para ella durante su separación de Jaime de Marichalar y la Infanta solía visitar con frecuencia a sus amigos en la finca que poseen en el municipio segoviano. Además, tan solo unos días antes del fallecimiento del aristócrata, estuvieron comiendo juntos en Valladolid, de ahí que la muerte del aristócrata haya sido un golpe tan sorprendente para todos sus seres queridos.
Al entierro del conde de La Ventosa asistieron numerosas personas. La misa comenzó a las 13:00 horas y sobre el féretro colocaron una bandera de España y varias coronas de flores en señal de duelo. Una de ellas, de rosas rojas y blancas, era de las hermanas Marta e Isabel Chávarri.
Doña Elena y su hija arroparon a la viuda del conde de La Ventosa en este doloroso momento y fueron muchas las muestras de cariño de la Infanta hacia su mejor amiga. La amistad entre ellas surgió cuando eran niñas, ya que Rita era hija de José María Allendesalazar, conde de Montefuerte y jefe de protocolo de la Casa del Rey durante la Transición. Además, según publicó El Mundo, ambas practicaban equitación en El Pardo y tenían el mismo profesor de equitación: el comandante Fernando Basain. Los hijos de doña Elena también estaban muy unidos al fallecido, por eso Victoria Federica quiso estar presente en el entierro y apoyar con su presencia a Rita, una persona a la que sienten como parte de su familia.
José María Álvarez de Toledo y Gómez-Trénor falleció el pasado jueves, 7 de abril, a los 73 años. Sus restos mortales fueron velados en el Tanatorio San Juan de la Cruz de Segovia antes de recibir sepultura. Era coronel de Infantería, diplomado de Estado Mayor, caballero del Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid y maestrante de Valencia. En 1986 se casó en segundas nupcias con Rita Allendesalazar en la ermita de Santa María de Tajuña, en Chinchón (Madrid), ante otros aristócratas, como el marqués de Velada o el conde de Berbedel.
En los últimos años, el matrimonio pasaba largas temporadas en su finca de Muñopedro y el fallecido era muy querido por los vecinos. "Era un hombre muy sencillo y muy bueno", dijo el alcalde de esta localidad a la prensa local.