A la tercera va la vencida. Los reyes Felipe y Letizia han presidido un merecido reconocimiento a la valentía y ejemplaridad de los palmeros ante la catástrofe natural provocada por el volcán de Cumbre Vieja que estuvo 85 días en erupción, en un emotivo acto institucional celebrado este sábado y que se había aplazado hasta en dos ocasiones. La primera vez se canceló por el aumento de contagios de covid-19 durante la sexta ola de la pandemia, y después fue el estallido de la guerra en Ucrania lo que trastocó los planes. Finalmente, el Museo Insular del Convento de San Francisco en la isla canaria ha acogido la ceremonia, que contaba también con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así como de numerosas autoridades autonómicas e insulares. El Rey ha comenzado su discurso haciendo mención a los "acontecimientos totalmente inaceptables", ha dicho, que se viven actualmente por el conflicto bélico desatado en el este de Europa.
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"Una guerra sin justificación, contraria a la Carta de Naciones Unidas, que supone una clara violación del derecho internacional y nos trae la memoria de los peores tiempos pasados", ha remarcado don Felipe sobre el atril. Desde entonces y en todo momento, afirmaba que "seguimos con gran preocupación" lo que está sucediendo y "mostramos nuestra más sincera solidaridad con las autoridades y con el pueblo ucraniano, cuyo sufrimiento es desgarrador", ha subrayado. "El futuro está hoy para todos -en España, Europa y todo el mundo-, muy ligado a esta crisis", por lo que se debe continuar ofreciendo "apoyo y amparo" a las millones de personas que huyen del horror, "a tantas familias truncadas por la separación o la pérdida de alguno de sus miembros", lamentaba don Felipe. Un frente común contra el horror que han emprendido junto a sus socios europeos, "haciendo grande la casa común que compartimos", sentenciaba el Rey.
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A continuación, el monarca ha retomado el motivo por el que estaban hoy todos congregados en La Palma, que no era otro que reconocer "el coraje y la fortaleza" de los habitantes de la isla "frente al drama de la erupción del Cumbre Vieja" que tuvo lugar el pasado 19 de septiembre y se alargó durante "meses eternos hasta que cesó", ha expresado. Recordaba don Felipe que "cuatro días después" de que la lava comenzara a salir por el cráter, "la Reina y yo vinimos para transmitir nuestra solidaridad, apoyo y cariño" a todos los palmeros y canarios. Y, especialmente, a los vecinos más afectados por el volcán que, en pocos días, ya había causado importantes daños y destrucción. Ha explicado el Rey que aquel día "nos fuimos de aquí muy impresionados por lo que pudimos ver", sabiendo que no olvidarían la desolación y también la esperanza de sus ciudadanos.
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Don Felipe ha manifestado que "entonces os dije que esta isla es una joya y que seguiría siéndolo", apostillaba, recordando que les conmovieron sus historias, la de cada casa, plantación, instalación o negocio que se había perdido y tantos años de esfuerzo sepultados bajo la lava. "Y desde ese día hasta hoy, no dejamos de sentirnos -como tantos- cerca de vuestro inevitable dolor y resignación", les ha transmitido el Rey, asegurando que no dejaron de pensar en el aguante diario de los palmeros y de admirar la entrega de los profesionales y los voluntarios en su asistencia. Hoy, manifestaba don Felipe, han vuelto tenerlo todo muy presente, con la representación además de los distintos niveles de gobierno y administraciones, la presencia de los presidentes de las Comunidades Autónomas y los medios de comunicación desplazados desde distintos rincones del país.
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Ha querido resaltar y valorar el monarca el "trabajo incansable y extraordinario" de las Administraciones Públicas en el Archipiélago; de las FCS, de las FAS, de Protección Civil, bomberos, Cruz Roja, científicos y expertos que ya llegaron desde muchos puntos de España y de fuera del país, y de los ciudadanos de La Palma. "Fueron y fuisteis ejemplo de superación, fortaleza, humanidad, ayuda mutua y unidad", ha destacado el Rey durante su intervención. Lo que sucedió aquí, desde el primer momento desde que se tuvo noticias del inicio de la actividad sísmica, "nos unió a todos los españoles sin excepción", porque "lo sentimos como algo propio, y sufrimos por y con vosotros", decía. En definitiva, según ha definido don Felipe, todo lo ocurrido en aquellos duros momentos fue sin duda "una tristeza compartida y una impotencia colectiva", señalaba.
Es evidente que toda España vivió, día a día, lo que pasó en la isla y ha celebrado con alivio y alegría su final. Por eso, el Rey cree que "lo que nos unió entonces, debe seguir haciéndolo ahora en esta nueva etapa", ha reafirmado. Aseveraba que el presente y el futuro de La Palma "nos preocupa a todos", por lo que su recuperación es un proyecto conjunto y todo eso es lo que en situaciones como esta "definen la raíz de un pueblo y una nación", subrayaba. Además, don Felipe no olvidaba que hemos sido testigos del "compromiso unánime de todas las Administraciones" con La Palma, junto con la "ayuda desinteresada de muchísimas entidades privadas"; de incontables muestras de solidaridad individual y de tantas iniciativas para que la ayuda llegara cuanto antes y los afectados pudieran recuperar como fuera su medio de vida, su actividad laboral, su futuro y su normalidad.
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Ha sido un acto de homenaje "sentido y necesario", transmitía el Rey, para "valorar y aplaudir el comportamiento ejemplar" de todo un pueblo que supo encajar ese golpe de la naturaleza y mostrar una enorme entereza ante una situación tan fuera de lo común. "Merecéis todo nuestro reconocimiento", les ha dicho, al igual que lo merecían quienes acababan de ser condecorados durante la ceremonia por su continuo trabajo desde el 19 de septiembre. Don Felipe ha puesto también cifras a lo que fue una catástrofe de 85 días de ceniza y explosiones; unos 9.000 seísmos en los que hubo más de 1.200 hectáreas afectadas y en los que la isla transformó su litoral con casi 400 hectáreas de cultivo fueros arrasadas, 70 kilómetros de carreteras sepultadas y más de 7.000 personas evacuadas de sus casas, "muchas de ellas para no volver a verlas jamás", ha enfatizado el monarca con gran pesar.
Datos tras los que hay "miles de historias y tragedias personales", ha lamentado el Rey, pero también hay otros números que hacen referencia a la "solidaridad individual y colectiva" puesta en marcha en el proceso de reconstrucción, destacaba al mismo tiempo. "Podéis estar seguros de que seguiremos avanzando juntos", les transmitía entonces don Felipe, unas palabras enfocadas a "compartir esfuerzos" para enfrentar los nuevos retos que hay por delante. "En ese camino, no lo dudéis, nos tendréis siempre a la Reina y a mí a vuestro lado", ha concluido don Felipe ante una cerrada ovación de aplausos. Tras finalizar el acto, se producían algunas escenas verdaderamente entrañables como ha sido ver el abrazo que daba doña Letizia a uno de los habitantes de La Palma, o cuando el Rey chocaba los puños con los niños que se acercaban a él para intercambiar unos saludos.
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Volcados en La Palma desde las primeras horas de erupción
El homenaje a La Palma ha tenido como telón de fondo esta pinacoteca que data de 1508, aunque se sometió a numerosas mejoras hasta finales del siglo XVIII. Alberga en su interior importantes colecciones de arte y ciencias naturales y una muestra de la artista Carmen Arozena. También contiene en su interior el Archivo General de La Palma y la Biblioteca Insular José Pérez Vidal. El monarca y su esposa han seguido muy de cerca las consecuencias derivadas del fenómeno geológico desde el inicio. El pasado mes de septiembre, cuando solo llevaba cuatro días el volcán en erupción, viajaron hasta La Palma, donde tuvieron dificultades para aterrizar por la nube de ceniza que había. Partiendo desde el Acuartelamiento de El Fuerte, cedido por el Ministerio de Defensa para esta emergencia, recorrieron las zonas más afectadas y se interesaron personalmente en los testimonios de las personas que han perdido todo lo que tenían en estas trágicas circunstancias.
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"Gracias por el trabajo que estáis haciendo estos días. La Reina y yo queríamos estar en las Canarias, en La Palma, cerca de todos los que están sufriendo las consecuencias. Queremos transmitir nuestra solidaridad, nuestro cariño, nuestro afecto... y también el de los españoles", aseguraba el jefe del Estado. Antes de su primera visita a La Palma, durante las primeras horas de la erupción, don Felipe ya mostró todo su apoyo. "Estoy en contacto permanente con el presidente del Gobierno, con el presidente de Canarias y con el del Cabildo de La Palma", indicó durante la apertura del curso universitario 2021-2022. En ese acto añadió el monarca que seguía con el máximo interés y preocupación toda la información, agradeció la labor a los que trabajaban sin descanso para minimizar los daños y se acordó de todos aquellos que estaban sufriendo inevitablemente la evacuación de sus hogares.
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