El deseo de la infanta doña Margarita por su ochenta y tres cumpleaños: que regrese su hermano, el rey emérito

El pasado domingo 6 de marzo, la infanta doña Margarita, hermana del Rey emérito don Juan Carlos, celebró su ochenta y tres cumpleaños rodeada de su familia. La hija de los condes de Barcelona recibió la cariñosa felicitación de su único nieto, Carlitos, antes de abandonar su domicilio, en el centro de Madrid, para salir a comer a un restaurante cercano con su marido, el doctor Carlos Zurita, y sus hijos, Alfonso y María. “Ha sido buenísimo. Estoy encantada de haberlos reunido, porque cada uno está en un sitio”, dijo la infanta a la prensa congregada para la ocasión. A su vez, los periodistas le preguntaron sobre los recientes acontecimientos de la familia Borbón.

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La hermana del Rey Juan Carlos se mostró emocionada con el archivo de la causa contra el emérito: “Lo he escuchado por televisión y, si es verdad, ojalá”. La infanta no dio fecha para su vuelta a España, pero confirmó que lo “echa mucho de menos” y compartió un deseo: le gustaría que regresara pronto: “Siempre hemos sido familia todos”, manifestó. Por último, doña Margarita también se pronunció sobre la situación sentimental de su sobrina: “Supongo que la infanta Cristina está bien. La llamé para enterarme”.

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Pero aquí no terminaron las celebraciones. La tía del Rey Felipe VI, acompañada de nuevo por su marido y su hija, María, no se quiso perder “Todo por la matria”, el espectáculo que el dúo cómico Los Morancos, integrado por los hermanos César y Jorge Cadaval, ofrecía en el teatro Rialto de la capital. Allí, la infanta disfrutó del ingenio de los humoristas sevillanos, que, en clave de humor, trataron algunos de los temas de más rabiosa actualidad protagonizados por Isabel Díaz Ayuso, Pedro Sánchez... y, por supuesto, el Rey emérito.

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Tras la función, los hermanos Cadaval, el cuerpo de baile y algún asistente más, como el vidente Rappel, decidieron sorprender a doña Margarita entonando el ‘Cumpleaños feliz’. La infanta, emocionada, agradeció el detalle. No se cumplen ochenta y tres años todos los días.