Catorce años han pasado desde que la infanta Elena y Jaime de Marichalar anunciasen su separación. La Casa Real envió un comunicado el 13 de noviembre de 2007 para anunciar "el cese temporal de la convivencia conyugal de los duques de Lugo" después de doce años de matrimonio y dos hijos en común, Felipe y Victoria, que entonces teníán nueve y siete años. Un singular modo de referirse a una separación, que ya entonces llamó la atención, como ha vuelto a ocurrir con la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. "De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial", ha sido la manera en la que han querido referirse los exduques de Palma a su nueva situación de pareja.
Ambas familias destacaron el compromiso absoluto con sus hijos. En el caso de los duques de Lugo no lo dieron todo por perdido en su matrimonio Al igual que otras parejas necesitaron reflexionar por separado sobre el futuro de su matrimonio tomando en consideración siempre el bienestar de sus hijos y su condición de miembros de la Familia Real española. Así que, en un principio, su separación fue temporal y Jaime de Marichalar pudo seguir utilizando el título de duque de Lugo en su condición de consorte, mientras no se divorciaran, un hecho que finalmente se produjo en enero de 2010. A partir de entonces no pudo utilizar el título que el Rey le concedió tras su boda con la Infanta y desde entonces dejó de aparecer en la foto de familia de la Casa Real española, cuando entonces la infanta Elena todavía formaba parte de ella -en 2014 don Felipe fue proclamado Rey y decidió apartar a sus hermanas de la Casa Real y pasaron a ser familia del Rey-
-¿Dónde está la infanta Cristina tras el anuncio de su separación?
La Duquesa de Lugo se encontraba en Madrid con sus hijos, Felipe y Victoria, cuando se anunció su separación matrimonial. Tras hacer pública la noticia, la Infanta busco un nuevo hogar y tras pasar unos días en La Zarzuela se instaló en un discreto y acogedor chalet del barrio de Salamanca del que más tarde se mudaría a un piso en el que reside en la actualidad, a escasos minutos del parque del Retiro.
La boda de la primogénita de los Reyes y Jaime de Marichalar, hijo de los Condes de Ripalda, se celebró el 18 de marzo de 1995 en la Catedral de Sevilla. Todo un acontecimiento en España, al tratarse del pirmer enlace real en mucho tiempo, con la que la pareja sellaba su historia de amor. Su noviazgo se fraguó en París, donde doña Elena cursaba Literatura francesa y don Jaime trabajaba en una entidad financiera. Instalaron su residencia al comienzo de su matrimonio -los dos primeros años- precisamente en la romántica Ciudad de la Luz, y poco después regresaron a España y fijaron su domicilio en el centro de Madrid, en el barrio de Salamanca.
-Jaime de Marichalar, de Pigmalión de lainfanta Elena a Pigmalión de su hija Victoria
El 17 de julio de 1998 nacía el nieto primogénito de los Reyes, Felipe Juan Froilán, y dos años después, el 9 de septiembre de 2000, la primera nieta de los soberanos, Victoria Federica. Fueron aquellos sus años más felices. El detonante del declive de su relación fue la isquemia cerebral que sufrió don Jaime el 22 de diciembre de 2001, mientras practicaba ejercicio en una bicicleta estática en un gimnasio de Madrid. La pareja se trasladó a Nueva York durante una temporada para para afrontar en familia una nueva y dura etapa y así, juntos, recomponer sus vidas. Fueron años difíciles a los que se sumó otro gran revés: doña Elena perdió el bebé que estaba esperando en junio de 2003 cuando sus padres, los Reyes, ya habían hecho público que su hija mayor les iba a convertir en abuelos. A partir de entonces, las diferencias crecieron y comenzó su distanciamiento: Jaime de Marichalar se centró en su pasión por la moda y doña Elena, en sus obligaciones como madre y como miembro de la Familia Real española y como Directora de Proyectos Sociales y Culturales, de la Fundación Mapfre.