La infanta Elena, hermana de don Felipe, cumple 58 años en una etapa muy serena de su vida y en la que además de vivir centrada en su trabajo en la Fundación Mapfre disfruta al máximo de sus aficiones que comparte con sus hijos Felipe y Victoria de Marichalar. Una vida discreta que este último año ha tenido más protagonismo por ser homenajeada por el mundo de la tauromaquia y de la equitación y por encontrarse entre la exclusiva lista de invitados en la boda de su primo y ahijado, Philippos de Grecia, con Nina Flohr, que tuvo lugar el pasado octubre en Atenas y a la que también fue su madre, doña Sofía. Además, este año también se ha desplazado hasta Abu Dabi para encontrarse con su padre, don Juan Carlos, como ocurrió el pasado marzo.
La Duquesa de Lugo guarda una relación muy cercana con sus hijos, a pesar de que ya están emancipados y tienen 23 y 21 años respectivamente. Los tres son grandes aficionados a la tauromaquia y es frecuente verles en los tendidos de las plazas de toros. Además, la Infanta y su hija comparten su pasión por los caballos, una disciplina a la que le iniciaron sus padres siendo una niña algo que ella ha hecho con Felipe y con Victoria. “Desde muy pequeños he transmitido a mis hijos el mismo amor y el respeto enorme que siento por los caballos. Además de ser un deporte maravilloso, la hípica enseña a querer a los animales, no solo a los caballos. Me encanta compartir con mis hijos esta afición, que puede darles tantas satisfacciones como las que me ha dado a mí”, dijo tras ser reconocida con el galardón Madrid Horse Week por “la trayectoria como amazona de salto de obstáculos y la enorme contribución de S. A. R. doña Elena al engrandecimiento de nuestro deporte y su imagen en nuestro país”, según la organización.
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Más recientemente, en noviembre, doña Elena recibió por parte de Mari Ángeles Grajal, doctora y esposa del torero Jaime Ostos y fundadora de la peña Las Meninas de España, un galardón por su gran afición taurina que supo transmitirle su padre, don Juan Carlos, que desde hace más de un año reside en los Emiratos Árabes. En el acto, la Duquesa tuvo un recuerdo especial para él, otro reconocido aficionado. Además de con su progenitor, a doña Elena se la ha visto en multitud de ocasiones en los tendidos presenciando corridas de toros junto a sus hijos. Otro plan más que une a madre e hijos.
Aunque en los últimos tiempos ha vivido alejada del foco mediático, la duquesa de Lugo volvió a la escena internacional el pasado octubre en la boda de su primo y ahijado, Philippos de Grecia. La Infanta acudió junto a su madre y a su tía, la princesa Irene, hasta Grecia, donde se casó el hijo menor de los reyes Constantino y Ana María con la Nina Flohr. Una cita familiar, pero que también se convirtió en una gran cumbre de royals. La Infanta llevó para la ocasión un vestido en azul noche a juego con una chaqueta con brillos.