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Doña Letizia se ha desplazado este lunes hasta Senegal donde ha organizado la sede del Instituto Cervantes en Dakar. Un nuevo hito de este organismo que es estratégico ya que promocionará la lengua y la cultura españolas en todo el África subsahariana. El acto, que se ha celebrado al aire libre y ha contado con varias actuaciones musicales que han fusionado los ritmos de ambos países, ha contado, además de la presencia de doña Letizia, de otras personalidades y con la del director del Instituto Cervantes, el poeta Luis García Montero, que abrió el acto con un discurso. Esta aparición en un acto público del también catedrático de Literatura Española es la primera que se produce desde que el pasado 27 de noviembre falleciera su esposa, la escritora Almudena Grandes.
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El también columnista ha sido el encargado de abrir el acto con un discurso que ha dirigido a los presentes y donde ha explicado la importancia que este Instituto tiene para la expansión del español en el continente africano. En su discurso, García Montero ha comenzado diciendo que “contar con la presencia de la Reina no solo representa una vez más el apoyo de la Casa Real a nuestra institución, representa también la importancia que la nación española da a la tarea cultural que debe intensificar las relaciones entre nuestro país, Senegal y el África subsahariana”. Después ha continuado diciendo que “enseñar un idioma es mucho más que enseñar un vocabulario. Tras las intervenciones, el poeta ha sido el anfitrión de doña Letizia y la ha acompañado en su recorrido por las instalaciones.
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El pasado 27 de noviembre la escritora madrileña Almudena Grandes falleció a los 61 años debido a un cáncer. Días después su viudo la dedicó unas conmovedoras palabras y agradeció todo el cariño recibido. “Supongo que estar hundido es un modo de seguir enamorado y de empezar una nueva vida con el amor de siempre”. También protagonizó un momento muy emotivo en el multitudinario entierro celebrado en el cementerio civil de Madrid. Visiblemente afectado y mientras sonaba de fondo la canción Noche de Bodas de Joaquín Sabina, Luis García Montero metió, después de darle un beso, un ejemplar de su libro titulado Completamente viernes en la tumba de Almudena Grandes.
La escritora y el poeta comenzaron su relación en 1992 y se casaron en 1996 en el Ayuntamiento de Santa Fe (Granada). Los dos aportaban a la pareja dos hijos de relaciones anteriores y Almudena estaba embarazada de su Elisa. El enlace se celebró en la más estricta intimidad y no hicieron el tradicional viaje de novios.