Doña Sofía acaba de cumplir ochenta y tres años, pero sigue tan activa y vital como en su juventud. Esta semana, la madre de Felipe VI ha presidido cuatro actos en solo tres días: inauguró una exposición sobre los Códices del rey Alfonso X el Sabio en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial; asistió a un concierto homenaje al general de brigada del cuerpo de músicas militares Francisco Grau Vergara en el Teatro Monumental; presidió los Premios BMW de Pintura en el Teatro Real; y el viernes voló a Ibiza para disfrutar de un concierto de música de cámara. “Está regia”. “Mira qué erguida camina”. “Qué energía”, fueron algunos de los comentarios que se oyeron en la gala organizada este miércoles por BMW. Pero, ¿qué hace la reina para mantenerse ágil y dinámica más allá de los ochenta?
No hay una única respuesta a esa pregunta. El secreto de la eterna juventud de Doña Sofía es llevar una vida sana desde hace décadas y cumplir a rajatabla una rutina de cuidados mente-cuerpo que explican su estupendo aspecto físico y su envidiable lucidez intelectual. El gran pilar de su salud es la dieta mediterránea. Tras la muerte de su padre, el rey Pablo I de Grecia, en 1964, decidió cuidar más su alimentación y reducir la ingesta de carnes rojas. El monarca heleno falleció de un cáncer de estómago, una enfermedad que causó gran impresión en sus dos hijas, Sofía e Irene. Desde entonces, ambas son casi vegetarianas y siguen una dieta ovolactovegetariana que excluye las carnes rojas y grasosas. A diferencia de dietas más restrictivas, ellas sí comen pescados, huevos y productos lácteos y muchos alimentos vegetales como verduras, frutas y legumbres. El único capricho de la reina es el chocolate.
Doña Sofía es una gran protectora de los animales y pide el menú vegetariano incluso cuando viaja en avión o en el AVE. “En alguna ocasión ha comentado en relación con la dieta mediterránea que sigue habitualmente: ‘Me gusta el aceite de oliva, las lechugas y la ensalada”, ha revelado Eva Celada, autora de La cocina de la Casa Real y Anécdotas muy reales, entre otros libros sobre la familia real. Según ha trascendido, la madre de Don Felipe comparte con Doña Letizia dos platos favoritos en su menú habitual: la menestra y la quinoa. Al igual que Doña Letizia, también intentar evitar beber alcohol, que sustituye por agua y zumos naturales.
La reina, una mujer curiosa por naturaleza, conoce los principios de la medicina ayurvédica , un sistema de estilo de vida saludable que se ha utilizado en la India durante más de 5.000 años y que cuenta con seguidoras famosas como Madonna, Gwyneth Paltrow, Christy Turlington o Miranda Kerr. Entre las adeptas españolas se encuentran la presentadora Anne Igartiburu y la aristócrata María de León. Doña Sofía siente una conexión muy fuerte con las tradiciones de India. Su primera visita al país asiático fue en su viaje de novios junto al entonces príncipe Juan Carlos, en 1962. Aquella fue una experiencia inolvidable, en la que conoció al primer ministro Jawaharlal Nehru y a su hija, Indira Gandhi. Años después, tras la caída de la monarquía griega, su madre, la reina Federica, y su hermana, la princesa Irene, se mudaron a Madrás, donde se entregaron a la oración budista y al estudio de los principios de esta docrtina filosófica y espiritual, incluido el ayurveda. La reina se empapó de estas nociones en las visitas que hacía a su familia.
Para la medicina ayurveda, existen tres tipos de doshas o tres clases de naturalezas humanas. Las personas pitta se caracterizan por regirse por el elemento fuego. Tienen una constitución mediana, con tendencia a irritarse y enfadarse fácilmente, con la piel pálida o rojiza y pecosa, aversión al sol, carácter emprendedor, y el cabello rubio, castaño claro o rojizo. Las personas vata suelen tener una constitución ligera y delgada, realizan las actividades con rapidez, son entusiastas y cuenta con una gran imaginación, carácter y energía. En ellas predomina el elemento aire. Y las kapha tienen una complexión fuerte, energía firme, personalidad tranquila y relajada, y tendencia a la obesidad. En ellas predominan los elementos tierra y aire.
Siguiendo esta clasificación, las personas pitta, por ejemplo, han de comer alimentos de naturaleza fría, con pocas especias, de sabor dulce y algo de amargo y astringente: espárragos, brócoli, coles, verduras de hojas, calabacín, manzana, pera, garbanzos y aceites de oliva, girasol y soja. Los vata, en cambio, deben consumir alimentos muy nutritivos, cocinados, templados, húmedos y suavemente condimentados. Y los kapha tienen que comer cosas ligeras, secas, tibias, condimentadas, amargas y astringentes. Su dieta debe ser rica en verduras y deben evitar los lácteos y la sal.
Según algunos medios, Doña Sofía también se habría interesado alguna vez en la práctica de Pilates, un sistema de entrenamiento físico y mental creado a principios del siglo XX por el alemán Joseph Hubertus Pilates. Esta disciplina combina el dinamismo y la fuerza muscular con el control mental, la respiración y la relajación. Lo cierto es que nunca ha sido una gran entusiasta de los deportes, aunque ha practicado a la perfección el esquí, la hípica, el tenis y de joven fue olímpica en el equipo griego de vela. Lo que de verdad la mantiene ágil son los largos paseos y caminatas que suele dar. Pero quienes la conocen aseguran que el gran secreto de su eterna juventud es otro. “Sigue trabajando como el primer día, con el entusiasmo y la ilusión del primer día. Eso le da la vida”.