Después de casi tres años, los Reyes volvieron a desplegar ceremonial y a abrir salones en el Palacio Real para rendir homenaje a sus invitados de honor: el Presidente de Italia, Sergio Mattarella, de visita de Estado en España junto a su hija, Laura.
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Era la primera cena de gala… y se encendieron las lámparas fernandinas y las arañas venecianas, se engalanó la mesa imperial en el comedor “más bello de Europa” y doña Letizia también reapareció vestida de Reina, en el salón del Trono, con un nuevo vestido, de Giorgio Armani.
Un traje perfecto —tirante ancho y escote corazón— para presumir de su imponente forma física, rendir honores a sus invitados haciendo un guiño a su país y exhibir sus joyas. La última vez que la vimos ‘coronada’ fue en 2019, en Japón, durante la ceremonia de entronización del Emperador Naruhito. Había mucha expectación por saber qué tiara elegiría y ‘la rusa’ ganó la partida. La espectacular pieza, creada por Cartier para la Reina María Cristina, madre de Alfonso XIII, está realizada en platino con cientos de diamantes y dos filas de 14 perlas. A juego, el collar corto, en rivière, de Victoria Eugenia, con 27 grandes diamantes engastados a la rusa, y la pulsera a juego. Dos piezas del lote de joyas de pasar, al igual que el broche con el que sujetó la banda del Orden al Mérito de la República Italiana, con orla de brillantes y la perla ‘la Peregrina II’ pinjante en forma de lágrima.