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Dos años después, el Palacio Real de Madrid ha recuperado todo su esplendor para la albergar este martes la cena de gala que los Reyes han ofrecido en honor del presidente de Italia, Sergio Mattarella, quien ha estado acompañado por la que es la primera dama de facto, su hija Laura Mattarella. Por fin, tras estar relegados este tipo de eventos por la pandemia hemos podido ver como todos los asistentes lucían su mejores galas: vestidos largos y grandes joyas, para las mujeres, y esmoquin y condecoraciones, para los caballeros. La última vez que una velada así tuvo lugar fue en febrero de 2019 cuando don Felipe y doña Letizia, que lució para la ocasión la diadema floral de Mellerio, ejercieron de anfitriones con el presidente de Perú, Martín Vizcarra, y su mujer, Maribel Díaz.
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Había mucha expectación por saber qué tiara de las siete que tiene a su disposición doña Letizia elegiría para una ocasión tan especial y ha optado por la tiara rusa, una espectacular pieza que perteneció a la reina María Cristina y que está realizada en platino, perlas y diamantes formando lágrimas invertidas, debe su diseño a los tradicionales tocados rusos, los kokoshnik, de ahí su nombre. Es la segunda vez que la mujer de Felipe VI se toca con esta joya, la primera fue en noviembre de 2018, en una cena de gala en honor del presidente de China, Xi Jinping, y su mujer, Peng Liyuan. La Reina ha lucido en una noche tan especial un sencillo diseño negro que potenciaba su esbelta figura. Se trata de una creación de tirante ancho y escote corazón, con drapeado en la cintura desde donde parte una falda acampanada con mucha caída.
Entre los asistentes a la velada en el Palacio Real estuvieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño; el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; la portavoz en el Parlamento del Partido Popular, Cuca Gamarra; el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal y el líderl de Voz, Santiago Abascal; la presidenta del Congreso, Meritxell Batet. También han estado el presidente de la Junta de Andalucía, Junama Moreno; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Como en otras citas de este tipo ha habido directivos de grandes empresas como el consejero delegado de Endesa, José Bogas; el de Mediaset, Paolo Vasile; el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi; y Cristina Garmendia, presidenta de la Fundación Cotec. Del mundo del deporte, acudió Alberto Fernández, medalla de oro en tiro olímpico en los pasados Juegos de Tokio. Otros rostros conocidos que estuvieorn presentes fueron la presidenta del Real Patronato del Museo Reina Sofía, Ángeles González Sinde; la arquitecta y diseñadora italiana, Teresa Sapey, y Guadalupe Sabio, científica y premio Princesa de Girona. Todos ellos con mascarilla saludaron a los Reyes, al presidente italiano y su hija en el Salón del Trono.
Don Felipe ha dirigido unas palabras a sus ilustres invitados a quienes ha querido dar la bienvenida a nuestro país en italiano. Un discurso donde ha puesto en valor los fundamentos y puntos en común en la unión europea. Y también destacado la buena relación y la unión que hay entre España e Italia y como "juntas" harán frente a todas las adversidades ya que “miran hacia el mismo horizonte”. El Rey ha finalizado su intervención dando paso a otra de las tradiciones que han vuelto en esta velada: los brindis. Y ha levantado su copa con el deseo y la seguridad de que en el futuro compartido de paz y prosperidad "contribuirá decisivamente la estrecha amistad que une a nuestras dos grandes Naciones".
Se ha recuperado todo el protocolo para este tipo de eventos y el comedor de gala del Palacio Real ha vuelto a montar la mesa imperial, que es la que tradicionalmente se utiliza en las cenas de Estado, para albergar la cita con el presidente italiano. Se trata de la primera vez que vuelve a acondicionarse la estancia con esta mesa desde que se inició la pandemia ya que, hasta ahora, en este tipo de actos se había optado por varias mesas redondas en las que cabían una media de unas ocho personas, como ocurrió con la visita que el pasado mes de junio realizó el presidente de Corea del Sur. Sin embargo, este martes ha vuelto a engalanarse la mesa imperial, en la que caben unas 120 personas, aunque en esta ocasión habrá menos comensales ya que se mantendrá la distancia de seguridad.
El presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, de 80 años, estará de visita en España dos días. Este viaje tendrá para él un significado muy especial puesto que podría ser el último que haga a nuestro país de manera oficial como presidente antes de que finalice su mandato el próximo mes de febrero. La primera jornada de este viaje de Estado ha comenzado esta mañana con el recibimiento oficial de los reyes Felipe y Letizia, una bienvenida con Honores Militares que ha tenido como escenario el Palacio Real de Madrid.
El mandatario está acompañado en este periplo por nuestro país por su hija Laura, quien ha asistido junto a su padre a los actos que tenía previstos en su agenda. Laura, de 52 años, desempeña las funciones que corresponden a una primera dama en Italia, ya que la esposa de Mattarella, Marisa Chiazzese, falleció de cáncer en 2012. Cuando su padre fue elegido en 2015 para ocupar el puesto de presidente de la República, esta abogada, casada y con tres hijos, dejó su trabajo para acompañar a su padre en las responsabilidades del cargo.
Después de este recibimiento, los Reyes y Mattarella se han trasladado al palacio de la Zarzuela donde, tras un breve encuentro entre don Felipe y el político italiano, se ha servido un almuerzo. En la jornada de hoy Mattarella se ha reunido también en Moncloa con Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y ha visitado el Ayuntamiento de la capital, donde ha sido homenajeado y ha recibido las Llaves de Oro la ciudad de Madrid de manos del Alcalde de la ciudad, José Luís Martínez-Almeída.
Entre los reconocimientos que se otrogarán al político en este viaje oficial, está el Collar de la Orden de Isabel la Católica, una prueba del aprecio de don Felipe y a propuesta del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Su hija Laura, por su parte, recibirá la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica al igual que el ministro de Exteriores italiano, el secretario general de la Presidencia de la República, Ugo Zampetti, y el actual embajador italiano en Madrid, Riccardo Guariglia.