Nieves Herrero se quedó fascinada hace ocho años con una foto que vio de la reina Victoria Eugenia, bisabuela del rey Felipe VI, “excesivamente enjoyada con su collar de chatones, la Perla Peregrina, sus pendientes y la tiara de Flor de Lis”. Le llamó tanto la atención esa imagen que se animó a investigar, con el objetivo de “entender por qué iba siempre tan cargada de joyas”. Empezó a tirar del hilo y, tras muchas lecturas, llegó a una documentación: “Me enamoré del personaje, una mujer adelantada a su tiempo, que sufrió toda clase de desdichas: desde la enfermedad de sus hijos a las infidelidades de su marido, Alfonso XIII, y el exilio”. A partir de ahí, empezó a confeccionar su décimo libro: El joyero de la Reina (Ediciones B). Una bonita y extensa novela con la que la periodista ha descubierto “el porqué de ese amor por las joyas”, y llega a una conclusión: “Eran su fuerza, de donde ella sacaba energía. Solo tocándolas se sentía mejor. De hecho, cuando estaba a punto de morir, pedía constantemente que le acercaran su joyero, porque tocando las joyas se aliviaba y parecía que mejoraba”.
El joyero personal de la Reina, Ramiro García-Ansorena, consiguió que la monarca olvidase sus penas desvelándole las leyendas que se escondían detrás de cada una de sus valiosas joyas: “Victoria Eugenia se dio cuenta de que todas las reinas que habían llevado la Peregrina no habían sido felices y pensó: ‘A ver si debería estar guardada bajo siete llaves, porque realmente no he tenido ninguna predecesora que fuera feliz’. Ella insistía mucho en que ser reina no te da la felicidad”. A pesar de ello, las joyas se convirtieron en su mayor escudo contra las adversidades y, cuanto peor se sentía, más piezas lucía: “Es curioso que, a medida que iba conociendo las infidelidades de su marido, el collar de chatones se iba haciendo más y más largo. Por eso, esa pieza es la más importante, pero, a la vez, da la sensación de que son lágrimas de la Reina. Además de brillantes, hay en ella muchos disgustos”.
-¿Qué más cosas has aprendido y descubierto con el libro, Nieves?
-En Inglaterra se quiere a los Reyes por el hecho de nacer en la familia. En España, en cambio, no. Como decía Victoria Eugenia, los monarcas españoles se tienen que ganar el puesto en la calle. Pensaba que los actos personales de los soberanos eran los que les mantenían la corona, y a mí me parece una opinión acertadísima. Yo creo que, efectivamente, se tienen que ganar a pulso el puesto.
-Estas ‘joyas de pasar’ de las que hablas en el libro también las han lucido en alguna ocasión las reinas doña Sofía y Letizia, que aparecen en la tercera página del libro. ¿Se han puesto en contacto contigo para darte su opinión y las gracias?
-No. La verdad es que estoy deseando acudir este año al rastrillo de Nuevo Futuro para encontrarme con ellas. Siempre coincidimos. Me haría muchísima ilusión darles el libro y comentarlo. Me parece que puede ser un momento divertido y curioso.
-¿Qué crees que tiene doña Letizia de Victoria Eugenia, si es que tiene algo?
-Yo creo que la reina Letizia le da una trascendencia total a las joyas, algo que también hacía Victoria Eugenia constantemente. También les da una carga mágica e incluso emocional. En el fondo, las utiliza como reivindicación en actos que son muy significativos, diciendo que ella es la continuidad. De hecho, la Reina siempre habla con gestos cuando lleva sus chatones, las pulseras gemelas o ese broche con la Peregrina. Lo que está diciendo es de dónde viene todo esto y reivindicando que ella es la Reina de España, que la institución está ahí y que vivimos en una monarquía constitucional. Vamos, que no se dan puntadas sin hilo.
-¿Con qué ‘joya de pasar’ crees que debería debutar la princesa de Asturias?
-Con la tiara Flor de Lis. Creo que tiene todos los componentes para debutar con ella porque es la más emblemática y significativa. La reina Victoria Eugenia la estrenó el día de su boda con Alfonso XIII, y luego la han llevado la reina Sofía y ahora Letizia en actos institucionales muy importantes. De hecho aparece entre las joyas más importantes de las coronas del mundo.
-¿Es la que más te gusta a ti?
-No. A mi lo que más me gusta son los pendientes de chatones, que son otras de las piezas más importantes del joyero real.
-Cambiando de tema, Nieves. ¿Qué te parece que el rey Juan Carlos se haya tenido que ir a vivir a Abu Dabi? ¿Crees que debería volver a España lo antes posible?
-De este tema, casi te digo que paso palabra. Pero es verdad que todo lo acontecido le genera a la gente, a la población civil, mucha desafección. Yo por eso reivindico a Victoria Eugenia, por lo que peleó para que volviese la monarquía a España después de su exilio. “Si no regresa ahora, no lo hará nunca”, le dijo a Franco. Y este nombró como heredero al rey Juan Carlos. Yo me quedo más con eso. Este libro reivindica su figura porque era una mujer muy atractiva, pero bastante desconocida por los españoles. Creo realmente que no la hemos valorado suficientemente.