Doña Sofía continua con su agenda imparable. Hace tres días, el 2 de noviembre, cumplió 83 años y está viviendo un otoño con importantes acontecimientos institucionales y familiares. La hemos visto en Asturias donde se reencontró con los Reyes, la princesa Leonor, que lleva desde el pasado 30 de agosto estudiando en Gales, y la infanta Sofía. Después se desplazó hasta Atenas para acompañar a su sobrino, Philippos de Grecia en el día de su boda con Nina Flohr. Esta semana viajó hasta Salamanca para entregar el premio de poesía iberoamericana que lleva su nombre y este viernes ha tenido en el Palacio de la Zarzuela una audiencia muy significativa. Doña Sofía ha recibido a una representación de la Asociación Dignidad y Justicia que le ha entregado la Medalla de Oro de la entidad, un reconocimiento que tiene como finalidad reconocer a aquellos ciudadanos en general y miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad en particular, que por su labor en diferentes ámbitos han contribuido en la lucha contra el terrorismo y la defensa de sus víctimas.
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Los encargados de entregar el homenaje a doña Sofía han sido Daniel Portero de la Torre, presidente de la entidad desde 2005, y Víctor Valentín Cotobal, vicepresidente y secretario general desde 2011, que la impusieron la medalla y la entregaron un diploma conmemorativo. Para este acto, doña Sofía ha optado por unos pantalones azules, a juego con una camisa y y un blazer marino de terciopelo.
La Asociación Dignidad y Justicia se constituyó en 2005 con el objetivo de defender la memoria y los intereses de las víctimas del terrorismo, así como velar por su dignidad y justicia, promover el respeto a los derechos civiles y libertades fundamentales de las personas, especialmente de todas aquellas que sufren cualquier tipo de agresión derivada del terrorismo o de los que permiten estas agresiones, fomentar las virtudes cívicas, fortalecer los valores democráticos y actuar contra todo tipo de discriminación. Para conseguirlo, la organización realiza todo tipo de actividades incluyendo la personación en procedimientos judiciales como acusación, organización de conferencias, seminarios, debates públicos, edición y distribución de publicaciones, sean o no periodísticas, por cualquier medio de difusión, mantenimiento de una oficina de prensa, cooperación con otras entidades jurídicas en defensa de los fines sociales y cualquier otra actividad que tenga relación o que ayude al cumplimiento de los fines de esta asociación.
Esta es el segundo acto público de doña Sofía en lo que va de semana y después de que cumpliera 83 años. Este jueves viajó hasta Salamanca donde entregó en el Paraninfo de su universidad el XXX Premio de Poesís Iberoamericana, a la poeta portuguesa Ana Luisa Amaral, que reconoce la obra de un autor vivo que por su valor literario constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común de Iberoamerica y España. Amaral es considerada una de las voces más importantes de las letras portuguesas de las tres últimas décadas.