Llevaba entrenando desde el año pasado con el segundo equipo del F. C. Barcelona de Balonmano y, ahora, por fin ha debutado como parte de la plantilla, en un partido en el que anotó uno de los goles. Pablo Urdangarín cumple así su sueño de seguir los pasos de su padre en este deporte y encima lo hace en el equipo en el que tantas victorias consiguió Iñaki Urdangarín. Quizá por eso se ha estrenado con el número setenta y siete, como guiño a su padre, que siempre llevó el siete.
El segundo de los hijos de la infanta Cristina se instaló el año pasado en Barcelona para comenzar una nueva etapa escolar —estudia un grado en Administración de Empresas en el EU Business School— y seguir jugando al balonmano, tras su experiencia en los equipos del Nantes y el TSV Hannover Burgdorf. En esta ocasión, no contó con el apoyo en las gradas de sus padres y sus hermanos, quienes le han animado en muchos partidos.