Este sábado doña Sofía se trasladaba a Liechtenstein para estar presente en el último adiós a la princesa Marie, que falleció el 21 de agosto a los 81 años a causa de un infarto cerebral por el que estuvo ingresada en el hospital Grabs de Suiza. La madre de Felipe VI acompañó a la Familia Real de este país situado en el valle del Rin en el funeral de estado celebrado en la catedral de Vaduz y lleno de simbolismo aunque marcado por las restricciones sanitarias. Vestida de riguroso luto, con semblante muy serio y una mirada que reflejaba su tristeza, se sentó en el primer banco del lado izquierdo de la iglesia, a escasos metros del altar en el que se encontraba el féretro. Junto a ella se encontraban los seres queridos de la Princesa, Carolina de Mónaco y otras autoridades.
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Doña Sofía, que en la imagen aparece con la cabeza hacia abajo mientras se despiden de la princesa Marie en una ceremonia retransmitida por la televisión de Liechtenstein. La madre de nuestro jefe de Estado, con traje de color negro y medias del mismo color, mantenía una excelente relación con la esposa del príncipe Hans-Adam que se remonta a décadas atrás. De hecho, junto a su hermana Irene y Ana María de Grecia estuvo presente también en su enlace, celebrado en 1967 también en Vaduz, la capital del país. Se llevaban solo dos años (Marie nació en 1940 y doña Sofía en 1938) y ambas compartían pasiones como el arte y la naturaleza.
En el mismo banco que doña Sofía se encontraba también Carolina de Mónaco como representante de la Familia Real del Principado. La hermana del príncipe Alberto vistió, al igual que el resto de los allí presentes, de riguroso luto. Además, cubrió su cabeza con un velo negro. Tanto ella como la Reina ocuparon la primera fila en la iglesia junto al príncipe Hans Adam y los hijos que tuvo con la princesa Marie de Liechtenstein: el príncipe heredero y regente Alois (1968), el príncipe Maximiliano (1969), el príncipe Constantin (1972) y la princesa Tatiana (1973)
Además de representantes de las monarquías europeas como la reina Sofía y Carolina de Mónaco también estuvieron otras personalidades como el consejero federal suizo Alain Berset y el expresidente federal Heinz Fischer de Austria. De Liechtenstein acudieron miembros del gobierno y del parlamento estatal, alcaldes de diferentes ciudades del país... Durante la misa, el féretro de la Princesa nacida en Praga, estuvo cubierto por una bandera bicolor roja y amarilla, símbolo de la Casa de Liechtenstein
Uno de los momentos más emotivos del funeral, que duró aproximadamente una hora y media (comenzó a las dos del mediodía), tuvo como protagonistas a los nietos de Marie de Liechtenstein. Siete de los quince que tiene subieron al altar para hacer lecturas en su honor y también el salmo. En la imagen vemos al Príncipe Wenzel, que ocupa el segundo puesto en la línea de sucesión al trono. Ostenta el ducado de Rietberg y es el primogénito del príncipe heredero Alois y Sofia de Baviera. Por su parte, el príncipe Alfons, hijo del príncipe Maximiliano dijo su abuela dedicó su vida a la familia, que era su alegría
La homilía estuvo oficiada por el arzobispo Wolfgang Haas mientas que el pastor de la catedral, Michael Wimmer, pronunció unas palabras de bienvenida al inicio del servicio religioso. Por su parte, Monseñor Leo Maasburg, amigo íntimo de la Princesa Marie pronunció el discurso tal y como vemos en la imagen tomada durante la ceremonia, que contó con el coro de la iglesia Vaduz y la Vaduz Harmoniemusik para la música
Los bomberos de Vaduz entraron a la catedral una vez finalizada la liturgia para portar a hombros el féretro de la princesa Marie, al que siguieron sus seres queridos para darle el último adiós ya en completa intimidad. También los boy scouts participaron en el funeral trasladando las coronas que se habían depositado en el altar, casi todas en tonos amarillos excepto la de Hans Adam II, que era de rosas rojas
Aunque el centro de Vaduz estaba cortado al tráfico para garantizar la seguridad y privacidad de la Familia Real, a las puertas del templo había decenas de coronas de flores como recuerdo a Marie de Liechtenstein, una Princesa muy querida. De hecho, los ciudadanos pudieron despedirse de ella horas antes ya que su ataúd llegó a la catedral hasta la tarde del viernes y se habilitó también un libro de condolencias
Los familiares de Marie de Liechtenstein, a los que vemos en la imagen en el exterior de la catedral de Vaduz, se despidieron de la Princesa en la intimidad tras el funeral, cuando fue trasladada a la cripta principesca del templo, donde descansan tambien los restos del otros miembros de la familia real