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Todo el mundo pensaba que, el pasado sábado siete de agosto, la Familia Real había puesto punto final a sus vacaciones en Mallorca. Fue entonces cuando, tras la entrega de los premios de la Copa del Rey, el último acto de la agenda institucional del monarca, don Felipe, doña Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, se unieron a la Reina doña Sofía; su hermana, la princesa Irene, y su prima la princesa Tatiana Radziwill, para cenar en el restaurante Ola de Mar, de Palma. Una imagen con la que ponían el broche de oro a su verano en la isla. En cambio, tres días después de esa salida, el martes diez de agosto, sorprendían con una nueva aparición pública. En una visita fuera de las previsiones, la familia acudió a El Txoko de Martín, el nuevo restaurante de Martín Berasategui, laureado chef con doce estrellas Michelin, en la capital balear. Allí, degustaron algunas de las especialidades de este nuevo local, cuya carta incluye desde lascas de paleta ibérica de bellota a tartar de solomillo o tataki de atún rojo.
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La familia aprovechó esta cena para despedirse oficialmente de Mallorca, donde aterrizaron el pasado sábado 31 de julio. La Reina, con un vestido midi en rosa palo, de Dear Prudence; bolso de ikat mallorquín, y alpargatas, estuvo especialmente cariñosa con su hija mayor. La princesa de Asturias apura sus últimos días antes de poner rumbo al internado UWC Atlantic, en Gales, donde cursará el próximo curso escolar desde finales de agosto. Tras estos intensos días y siguiendo la tónica habitual de cada verano, era previsible que, después de estas imágenes, la Familia Real comenzara sus vacaciones privadas en un destino desconocido. En cambio, don Felipe volvió a sorprender, en esta ocasión en solitario, al citarse con varios amigos, entre ellos el cantante Jaume Anglada, el pasado jueves 12 de agosto, en Kokomo Surf Café, un establecimiento de Cala Major, en Mallorca.