La infanta Cristina le prometió amor eterno ante reyes y príncipes de toda Europa hace 23 años y lo ha cumplido. Juntos contra todo. Un matrimonio indestructible que tendrá que reconstruir su hogar.
Desde que Iñaki ingresara en prisión, los rumores de distanciamiento y divorcio han estado presentes, pero estas imágenes inéditas, realizadas en la Plage du Pavillion de Bidart (Francia) demuestran, que nada más lejos. Tras librar los tiempos más difíciles, siguen igual de unidos y con la ilusión de volver a recuperar su vida y el tiempo perdido.
Han pasado por mucho y se han hecho más fuertes como personas, como pareja y como familia. Su matrimonio ha sobrevivido a años de gran presión y, aunque el futuro de los Urdangarin-Borbón todavía está en el aire, al ex duque de Palma ya le queda menos para volver a casa. A la vivienda que pudo conocer –la infanta cambió de residencia cuando su marido entró en prisión- a mediados de junio, cuando viajó a Ginebra para celebrar el 56 cumpleaños de su mujer con permiso del juez de vigilancia penitenciaria
La situación penitenciaria de Urdangarin ha dado un giro importantísimo en los seis últimos meses. Ya no tendrá que ir a dormir a la cárcel durante los 10 meses que le quedan hasta solicitar al juez la libertad condicional anticipada, aunque deberá concluir el programa de reinserción para condenados por corrupción. El tiempo corre a su favor. También ha aumentado de 36 a 48, el número de días de permisos que podía solicitar al año.
Con cincuenta y tres años, cumplidos el 15 de enero, Urdangarin ha empezado a saborear su nueva vida junto a su familia. El momento crucial que marca el antes y el después en su día a día, tras una larga década de calvario. Lo vemos en las imágenes. Iñaki disfrutando con sus hijos Pablo y Miguel, dos surferos espectaculares; mimando a Irene, que tanto lo ha echado de menos; charlando con su mujer, quien le ha demostrado un amor incondicional… Parece otro hombre.
Y de su mano, la infanta, que ha empezado a mirar al futuro y ya cuenta los días para volver a estar juntos, aunque difícilmente será en España.
A pesar de los rumores, doña Cristina no tiene planes de abandonar Ginebra . La ciudad donde tiene su vida, sus trabajos, sus buenos amigos. Hace años que se ‘despidió’ de esa otra vida. Además, los tiempos tampoco acompañan.
Doña Cristina ha aceptado que la relación con su hermano está rota y que difícilmente habrá cambios o un acercamiento. También, que hay una nueva Familia Real y que solo tendrá presencia pública en contados momentos familiares. Actos como el funeral de su tía, la infanta doña Pilar, o el 80º cumpleaños de la reina doña Sofía, al que acudió con sus cuatro hijos, cuando ya habían pasado siete años desde el último posado.