"Menchu era entrañable, todo corazón, de esas personas que no olvidas nunca, era para recordar siempre". Frases como estas se repiten constantemente en Ribadesella. Desde la Plaza de la Iglesia, en donde está la peluquería a la que acudió por última vez la semana pasada, hasta el Paseo de la Grúa, donde todavía suena su voz de locutora profesional. No se habla de otra cosa. "Se ha muerto Menchu", comentan los vecinos y sus amigas de tertulia. Pocos en el pueblo se refieren a ella como "la abuela de la Reina", porque los que la conocieron señalan que Menchu Álvarez del Valle tenía demasiada personalidad como para ser conocida por ella misma.
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"Murió plena de vida, murió como a todo el mundo le gustaría morir", nos cuenta Tino Pérez, director de Cope Ribadesella, y es que describe a una mujer de 93 años que se mantuvo activa hasta el final, intentando no fumar más de 12 cigarrillos diarios y conduciendo su coche casi por la complicada carretera que une Sardéu, donde está su casa, con Ribadesella. "Ella eligió ese sitio hace treinta años y nunca quiso cambiarlo. Es una casa solitaria en el pico de una montaña, unida por caminos sin asfaltar, terribles, de esos donde no pueden cruzarse dos coches", nos cuenta el periodista.
"Menchu contribuyó a proyectar la imagen de Ribadesella", nos advierte y todavía recuerda con cariño el único día que trabajaron juntos en el estudio de radio. Fue en el año 2007, cuando la abuela de doña Letizia grabó los audios para la colección de seis murales que se instalaron del artista Antonio Mingote en el paseo de la localidad como ruta histórica. De hecho, su voz sigue allí, disponible para todos aquellos que pasen por allí y que la reproduzcan desde sus teléfonos móviles.
‘Perdió su libertad, pero supo recuperarla’
A lo largo de su larga vida, Menchu sufrió varias pérdidas dolorosas, como la de su hija Cristina o la de su marido, José Luis Ortiz, sin embargo, el director de la Cope Ribadesella nos habla de otro tipo de perdida: la de su libertad. Esto le ocurrió cuando su nieta se prometió con el príncipe de Asturias y se repitió en el año 2015 cuando tuvo que sentarse en un juzgado. "Ella sufrió muchísimo con ello, le dolió mucho, lo sé porque me lo contó. Es más, un día me lo dijo frontalmente porque yo informaba de la evolución del juicio y ella me lo dijo, cariñosa pero directa, era una mujer que decía las cosas a la cara", nos cuenta el periodista, que también señala que Menchu "perdió su libertad pero supo recuperarla y mantenerla hasta el final".
Todas las veces que Menchu Álvarez del Valle nos arrancó una sonrisa
Tino señala que si hay alguien en pueblo que ha sentido su perdida esas son sus amigas de la tertulia El Garabato. Una de ellas, Estela Rosete, nos lo confirma: "Hace años que tengo relación con ella, primero comercial porque era clienta de mi tienda, y luego personal porque durante doce años fuimos compañeras de tertulia". Con la voz triste nos dice que se ha ido "un pilar muy importante". "Tenía una memoria fantástica, tenía la virtud de tener siempre una opinión adecuada", recuerda Estela, que describe a Menchu como una mujer "adelantada a su tiempo y de una personalidad absorbente, no querría que la recordáramos como 'la abuela de la Reina' porque ella tenía la suficiente personalidad para ser ella misma. Nunca quiso fama ni protagonismo, las circunstancias le llevaron a ello, pero ella quería ser recordada por su trabajo".
‘Fue una mujer valiente y adelantada a su tiempo’
Lo cierto es que esto es algo que dejó por escrito la propia Menchu, lo dijo justo hace un año cuando concedió una entrevista a la revista Viajar, vivir y saborear, entonces le preguntaron por un epitafio para ser recordada y ella lo tuvo claro: "Me gustaría que me recordaran como Menchu, amante fiel a su trabajo y enamorada de la Radio". En ese sentido, su amiga señala que escuchar sus anécdotas de sus años de periodista era apasionante. "Fue periodista en un tiempo en el que había correr para encontrar una cabina telefónica para poder dar la noticia, en un tiempo en el que el mundo parecía que era de los hombres y ella logró vivir una vida plena y siendo mujer en esos tiempos fue muy valiente", relata Estela pensativa y a los segundos se reafirma en esa idea: "sí, eso es lo que hay que transmitir: olé y olé, porque fue muy valiente".
Aunque se ha repetido mucho en las últimas horas, es un tema que nos encontramos en cada charla. Menchu huía de los coches oficiales y de cualquier tipo de invitación o de protagonismo, nos lo confirma su amiga. Juntas hicieron varios viajes, uno a Santiago de Compostela. "Nos alojamos en hotelito modesto detrás de la catedral", recuerda Estela, que también nos cuenta que la acompañó a una de las citas de Pueblo Ejemplar. "Menchu insistió en ir con su coche y esperar la llegada de los Reyes entre el público como una más. Pero estaba muy orgullosa de sus nietas, no de Leonor y Sofía solo, de todas, vivió siempre pendiente de su familia y de todas sus nietas", recuerda su amiga y compañera, que reconoce que será duro regresar a la tertulia sin ella. "Cuando la oías hablar o recitar poesía parecía que tenía 30 años", nos cuenta Estella, regalándonos este último recuerdo con sabor agridulce.