La caída del primer diente de leche siempre un acontecimiento en las familias con niños, pero más allá del trabajo del Ratoncito Pérez como recolector de piezas y de la tradición de ponerlas debajo de la almohada a la espera de recibir un regalo, el origen y la historia de este pequeño personaje sigue siendo bastante desconocida.
Al rey Alfonso XIII se le había caído un diente
Corría el año 1894 y la Reina María Cristina no sabía cómo consolar a su hijo de ocho años. Alfonso XIII había perdido su primer diente y su ‘tragedia’ generó un gran problema en palacio. No había tiempo que perder…
A la Reina Regente se le ocurrió entonces hacer llamar al jesuita Luis Coloma Roldán -consejero espiritual de la Corona, abogado y académico de la Real Academia de la Lengua Española-, y pedirle que escribiera un cuento para consolar y alegrar al joven monarca.
El Padre Coloma creó el personaje basándose en la tradición popular y le dio vida en un relato de unas diez páginas imaginando a un pequeño e instruido roedor con sombrero de paja, lentes de oro, zapatos de tela y una cartera roja en la espalda, que vivía con su familia en una caja de galletas Huntley - las favoritas de Alfonso XIII-, en la pastelería Prats.
Un mágico sr. Pérez y el Rey niño Buby
Érase una vez un rey niño y un ratón… Un personaje histórico y uno de ficción que se entrecruzan. Un mágico sr. Pérez muy dispuesto a dar lecciones de vida y consejos; y un Rey niño Buby I -la reina llamaba Buby a su hijo en la intimidad-, quien también organizó un gran revuelo en la corte cuando perdió su primer diente.
En la historia, Buby I lo coloca debajo de la almohada junto a una carta, conoce al ratón -que lo convierte en otro, engalanado con vestimentas regias- y viven juntos una gran aventura.
Viajan por las tuberías y alcantarillas de Madrid; y Buby no solo es presentado a la familia de Ratón Pérez, sino que también lo acompaña, en una noche llena de peligros, a recoger el diente de un niño llamado Gilito y dejarle una moneda de oro.
Enseñanza de vida y de realidad
Bubi se queda horrorizado y rompe a llorar al contemplar el infecto cuchitril y al pobre Gilito durmiendo en una cama de paja y abrazado a su madre para combatir el frío. Es una enseñanza de vida, de humanidad y realidad. El pequeño Rey no sabía que en su reino había niños que pasaban hambre y dificultades, y promete que luchará con todas sus fuerzas para que no hubiera más Gilitos bajo su reinado.
El manuscrito autógrafo del padre Coloma, con su firma y una dedicatoria al rey Alfonso XIII , se conserva en la cámara de seguridad de la Real Biblioteca de Palacio Real. “A mi rey y señor Don Alfonso XIII para que recuerde y encomiende a Dios a este pobre pecador que tanto le ha querido y tanto ha rogado y trabajado por la salud de su alma y el prestigio de su nombre”.
Publicado en Gran Bretaña, EEUU y Japón
Coloma cosechó un insólito éxito con sus cuentos, novelas y relatos en las que supo plasmar su vocación religiosa. Su obra se caracteriza por una mezcla de religiosidad y de profundo conocimiento de la vida y sus costumbres, siempre escrita con un matiz moralizador. En el caso del Ratón Pérez, Coloma pretende transmitir al joven rey valores como la valentía, la generosidad y sobre todo mostrar al niño rey que había niños en situaciones de pobreza que había que erradicar.
Desde entonces, Ratoncito Pérez es un personaje muy popular. Y, no solo entre los niños españoles e hispanoamericanos. En 1915, Lady Moreton lo tradujo (Perez the Mouse), para su edición inglesa, aunque y para invitar a los niños británicos a esperar la visita, añadiendo la explicación de la costumbre. La obra también fue publicada en EEUU, en 1950; y, en Japón, en 1953 con el título Nezumi to ousama Koroma Shimpu.
Ratoncito Pérez dispone de una entrada propia en el Metro de Madrid (en la estación de Banco de España), que acaban de arreglar. Y, desde el 2008, también tiene su propia Casa Museo en la calle Arenal nº 8 de Madrid dónde puede rastrearse su historia y su vida.