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Quedan aún unas horas para que don Felipe cumpla siete años como jefe del Estado, pero la celebración de esta señalada fecha llega en esta ocasión un día antes. Este viernes 18 de junio el Rey reconoce y agradece la labor de muchas de las personas que han estado en primera línea desde el inicio de la crisis sanitaria imponiéndoles las condecoraciones de la Orden del Mérito Civil. La distinción, con la que se reconoce el compromiso personal y la contribución social de algunos ciudadanos, la entrega el monarca acompañado de doña Letizia, con un vestido fucsia, y también de sus hijas, la princesa Leonor (que al igual que su padre lleva el Toisón de Oro en la solapa) y la infanta Sofía, quienes ya estuvieron en este mismo acto en el año 2019. También están presentes en el acto algunos representantes gubernamentales y otros invitados como los niños que han ganado el concurso ¿Qué es un Rey para ti?, con los que el monarca se reunió la tarde del jueves.
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Este año, los reconocimientos se entregan a un total de 16 mujeres y 8 hombres de edades comprendidas entre los 30 y los 74 años que representan a las 17 Comunidades Autónomas y las dos Ciudades Autónomas. Todos ellos son el reflejo de la situación vivida por millones de personas en el tiempo marcado por la pandemia y sus consecuencias puesto que representan profesiones relacionadas con Sanidad, Investigación, Agricultura, Ganadería, Pesca, Hostelería, Comercio, Transporte, Logística, Servicios, Voluntariado, Educación y Cultura. Estos sectores han sido fundamentales durante la pandemia por lo que se quiere reconocer su esfuerzo y labor al servicio de la sociedad.
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En la primera parte de la ceremonia se han nombrado a las personas a las que se reconoce su labor y se ha explicado una breve biografía de todos ellos, que son: David Lafuente Rico, agricultor de La Rioja; Noelia Aparicio Martínez, ganadera de La Milla del Río, en Castilla y León; Manuel Vinatea Fernández, marinero de Santoña; Antonio Roldán Bonilla, trabajador de Mercamadrid; Cristina Díaz López y Sergio Mediavilla Cuesta, propietarios de una tienda de ultramarinos en Madrid; Cristina García Sánchez, maestra de Educación Infantil en Ceuta; Margalida Jordà Murnar, directora del proyecto educativo Naüm en Mallorca; Cristina Crespo Miñana, investigadora en materiales en Zaragoza; María del Mar Delgado Serrano, investigadora de Córdoba; Esteban Orenes Piñero, investigador biosanitario de Murcia; Silvia Cano Moreno, médico de Melilla; Fernando Gómez Gil, enfermero en Pamplona; Alice Mihaela Cozma, conductora ambulancia en Extremadura; Nuria Cascales Picó, farmacéutica en Torremanzanas, Alicante; Elena García Solís, cajera de supermercado en Badalona; Natividad Baldominos, cantante solidaria de Guadalajara; Carmen Martínez Valladares, voluntaria del Teléfono de la Esperanza en Silleda; Miguel Herrera, cocinero solidario de Algodonales, Cádiz; Virginia Marquinez Insagurbe, directora de oficina postal de Vitoria Gasteiz; Albert Esteve Robles, transportista de Lleida; Yukonda Esparragoza Jiménez, gerente de lavandería en Gran Canaria; Luis Alberto Ramos Fernández, trabajador de tratamiento de residuos en Oviedo y Marta Muñoz Escrivá, auxiliar de hostelería en Valencia.
Tras conocer a todos los galardonados se ha producido el momento más emotivo y esperando, cuando don Felipe, acompañado de doña Letizia, la Princesa y la Infanta, se ha puesto en pie para proceder a la condecoración. A todos los homenajeados los ha recibido con una mano en el corazón, un saludo que en esta ocasión significa también agradecimiento por esa labor que hoy se reconoce. En todo momento la princesa Leonor se ha mostrado muy atenta a estas imposiciones. Además, la Reina ha mantenido una breve charla con Margalida Jordà Murnar, con la que tanto ella como el Rey y sus hijas ya estuvieron el pasado verano.
Para finalizar el acto, don Felipe ha tomado la palabra y ha indicado que "hoy es un día muy especial para vosotros como lo es también para mí. Un día lleno de emoción y recuerdo; de gratitud y de orgullo; y también de esperanza". El Rey se ha dirigido a los condecorados, a los que se ha referido como un espejo en el que todos debemos mirarnos: "Habéis actuado como os han dictado vuestras conciencias, anteponiendo el bien común al interés propio, demostrando en muchas ocasiones valor y un gran coraje, y sin esperar nada a cambio más que la satisfacción personal por el deber cumplido. Cada uno de vosotros representa a otros muchos como vosotros; representa a una mayoría social, a numerosas personas que, con su comportamiento honesto, sus acciones cotidianas, construyen cada día el presente y el futuro de nuestro país y demuestran un compromiso real con el resto de los ciudadanos. No cabe imaginar mayor compromiso. Nuestro respeto y nuestra admiración −los de toda la sociedad española− los tendréis siempre". El Rey, que fue vacunado contra el coronavirus semanas atrás, ha transmitido un mensaje de esperanza indicando que "todo indica que estamos dejando atrás la pandemia".
Un lugar lleno de significado
La ceremonia, que ha tenido un aforo limitado para cumplir con las restricciones en vigor y ha estado presidida por don Felipe por tercera vez, se ha desarrollado en el interior del Palacio Real de Madrid, que es el más grande de Europa Occidental y uno de los más grandes del mundo gracias a sus 135.000 metros cuadrados y 3.418 habitaciones. Una de las habitaciones que ha sido testigo de siglos de la historia de España es precisamente en la que se encuentran en estos momentos: el Salón de Columnas, cuyo uso original era salón de bailes y salón de funciones. Con una impresionante bóveda decorada por Sabatini en 1761, y con sus paredes adoradas por tapices del siglo XVII, se trata de un lugar muy significativo para don Felipe, especialmente ahora que cuenta las horas para su aniversario como Rey. Cabe recordar que hace justo siete años, en la citada estancia, don Juan Carlos ponía fin a su reinado con una solemne ceremonia de abdicación.
Leonor y Sofía han vuelto a formar parte de la agenda de la Casa Real dos meses después de su último acto oficial, cuando acudieron al bautismo del submarino Isaac Peral en Cartagena (Murcia). A comienzos de junio ambas iban a protagonizar su primer acto en solitario sin sus padres, la clausura de la campaña 'Un árbol por Europa', pero las condiciones meteorológicas impidieron que se llevara a cabo y se pospuso sin fecha aún definida para celebrarse. El último viernes de mayo sí las vimos junto a los Reyes en la Confirmación de la Princesa de Asturias, que tuvo lugar en la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Aravaca, pero esta celebración era de carácter privado. En dos semanas, el 1 de julio, los cuatro acudirán también a la entrega de premios Princesa de Girona antes de comenzar las vacaciones en Mallorca, tras las cuales la heredera al trono iniciará una nueva etapa académica como alumna de Bachillerato del UWC Atlantic College de Gales.
La historia de la condecoración
La Orden del Mérito Civil fue instituida por el rey Alfonso XIII, por Real Decreto de 25 de junio de 1926, con la finalidad de premiar “las virtudes cívicas de los funcionarios al servicio del Estado, así como los servicios extraordinarios de los ciudadanos españoles y extranjeros en el bien de la Nación”. En el preámbulo de la orden se señala que “tiene por objeto premiar los méritos de carácter civil, adquiridos por el personal dependiente de alguna de las Administraciones públicas” o “por personas ajenas a la Administración, que presten o hayan prestado servicios relevantes al Estado, con trabajos extraordinarios, provechosas iniciativas, o con constancia ejemplar en el cumplimiento de sus deberes". Esta condecoración podrá ser concedida, además, a personas de nacionalidad extranjera, siempre que hayan prestado servicios distinguidos a España o una notable colaboración en todos aquellos asuntos que redunden en beneficio de la Nación. Don Felipe es el Gran Maestre de la Orden del Mérito Civil y por tanto, todas las condecoraciones de esta orden serán conferidas en su nombre y los títulos correspondientes irán autorizados con la estampilla de su firma.