Como cada año, la vida institucional de los Reyes arranca el 6 de enero con la tradicional Pascua Militar. Aunque el nuevo año ha llegado cargado de deseos de mejora, se mantiene, por el momento, la misma tónica que en 2020 en cuanto a las medidas de sanitarias, por lo que el acto ha tenido que ser adaptado para respetarlas. Así, las mascarillas, la distancia de seguridad y la ausencia de multitudes han definido este evento castrense por excelencia, presidido por don Felipe y doña Letizia, que, no obstante, no ha perdido su esencia ni su esquema tradicional.
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Los Reyes, protegidos por sendas mascarillas, llegaba a la plaza de la Armeria del Palacio Real, escenario habitual de la Pascua Militar, donde Felipe VI, vestido con el uniforme de capitán general, ha escuchado el himno nacional y pasado revista a las tropas -todos sus efectivos llevaban también mascarilla y se encontraban a más distancia de la habitual-. Junto a él, Doña Letizia, de sobrio y elegante oscuro, lucía un falda larga con capa muy acorde con las bajas temperaturas de esta fría mañana de enero. Les acompañaban el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Defensa, Margarita Robles y el de Interior, Fernando Grande-Marlaska.
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Tras los honores de la Guardia Real, que ha tenido un destacado papel en la lucha contra la pandemia, y la correspondiente salva de 21 cañonazos, los Reyes han pasado al Salón del Trono, donde han saludado a una representación de las comisiones militares de los diferentes Ejércitos de Tierra, Aire y la Armada. La recepción ha contado con un tercio de los asistentes del año pasado y ha transcurrido a mucha más velocidad de la habitual. Allí, doña Letizia se despojaba de la capa, para dejar ver una vaporosa camisa en color crudo decorada con unos llamativos botones negros a juego con la falda. Finalmente, se han encontrado con las autoridades civiles, militares, y se han impuesto las condecoraciones correspondientes, siempre evitando, en la medida de lo posible, el contacto físico. Los que no podían estar en la sala por las limitaciones de aforo, seguían la retransmisión del acto a través de unas pantallas en el Salón de las Columnas.
Recuerdo a las víctimas de la pandemia
Tras las palabras de la ministra de Defensa, que ha recordado la importante labor de las Fuerzas Armadas en los peores momentos de la crisis del coronavirus, el Rey también ha reiterado en su discurso su reconocimiento. "Desde las desinfecciones, el despliegue logístico y de presencia en tantos lugares, el montaje de hospitales y el traslado y digno acompañamiento de fallecidos, en el transcurso de la Operación Balmis; a las labores pioneras y valiosas de rastreo que lleváis a cabo ahora en la Operación Baluarte. La sociedad española os ha sentido muy cerca y tiene plena confianza en vuestra capacidad, profesionalidad y entusiasmo", ha afirmado. En este acto, tan marcado por las consecuencias de la pandemia, también se ha acordado de sus víctimas y de todos aquellos que han perdido algún ser querido: "En este día tan señalado, nos unimos a todos los españoles para recordar y honrar con profundo respeto a las víctimas que deja la COVID-19, para apoyar a sus familias y a quienes sufren la enfermedad".
La Pascua Militar con la que se da comienzo al año militar nació con el rey Carlos III. Fue él quien instauró esta conmemoración después de que España recuperara la localidad menorquina de Mahón, en manos de los ingleses, el 6 de enero de 1782. Carlos III ordenó a los virreyes, capitanes generales, gobernadores y comandantes militares que reuniesen a las guarniciones y felicitasen en su nombre a los jefes y oficiales de los ejércitos. La celebración, que se fue adaptando a cada época, cayó en el olvido en el siglo XIX y parte del XX hasta que resurgió con la llegada al trono del rey Juan Carlos.