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Desde que son Reyes, don Felipe y doña Letizia han visitado en multitud de ocasiones las regiones de España, sin embargo, el pasado verano emprendieron una gira sin precedentes en un tiempo récord. En el mes de julio, después de que se levantara el estado de alarma, estuvieron en todas las comunidades autónomas para agradecer personalmente los esfuerzos realizados durante la pandemia, impulsar la actividad económica y promocionar el turismo, un sector especialmente dañado durante los últimos meses. El 23 de junio, comenzaron su periplo tras el confinamiento en Las Palmas de Gran Canaria, y el 30 de julio finalizó en Asturias. También en agosto, durante sus vacaciones de verano, recorrieron diversos puntos de Baleares. De norte a sur y de este a oeste, con varios desplazamientos cada semana, el monarca y su mujer conocieron a pie de calle y con gran naturalidad y cercanía el pulso de la sociedad española que luchaba por abrirse paso ante la nueva normalidad.
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Quizá por ser la primera parada de su tour, la visita de los Reyes a Canarias generó un gran revuelo, especialmente en la playa de Las Canteras, donde los bañistas se quedaron atónitos al ver a tan inusuales transeúntes por el paseo marítimo. De allí, viaje en avión a Tenerife donde conocieron una explotación platanera. El jefe del Estado y su esposa siguieron después por el archipiélago balear. Tenían claro que las islas, dada su lejanía con la Península, serían sus primeros destinos. Allí hablaron con asociaciones de hosteleros de Mallorca, Menroca, Ibiza y Formentera y finalizaron dando un paseo por la playa del Arenal y hasta tuvieron oportunidad de dar la bienvenida a unos turistas alemanes.
Entre viaje y viaje, los Reyes también compatibilizaron su agenda con otros actos como un encuentro virtual con los ganadores de los Premios Fundación Princesa de Girona en el que también participaron la princesa Leonor y la infanta Sofía. Los patios de Córdoba y la barriada conocida como las Tres Mil viviendas de Sevilla, fueron las paradas de su ruta por Andalucía para poner rumbo a Cuenca, una ciudad que les trae muy buenos recuerdos pues fue allí donde comenzaron su luna de miel hace ya 16 años. En una gira en la que pretendían fomentar el turismo no podía faltar la ciudad de Benidorm y Valencia donde se dieron un baño de multitudes en la playa de Levante y don Felipe hasta se atrevió a probar un helado de turrón.
De ahí a Murcia, donde doña Letizia se mostró muy interesada por las condiciones laborales de las trabajadoras de la huerta y pudieron ver las ricas plantaciones de árboles frutales. Además, dejaron impresionados a los trabajadores del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria con sus conocimientos sobre ciencia. Del Sur de España, hasta los Pirineos, donde los vecinos de Jaca se volcaron con la visita real antes de conocer una bodega centenaria en Haro (La Rioja). En el ecuador del mes de julio, los Reyes conocieron la realidad de Castilla y León, donde en su vista a la capital soriana fueron agasajados con los tradiciones torreznos. Desde tierras castellanas pusieron rumbo a Vitoria y Bilabo, la décima escala de su gira, que estuvo dedicada al arte y a la investigación.
Cataluña fue el siguiente destino de su tour que se vio trastocado por un rebrote de coronavirus que les impidió desplazarse hasta Barcelona y solo ver el monasterio de Santa María de Poblet, en Tarragona. Extremadura les esperó dos días más tarde como invitados de honor para inaugurar el Festival de Mérida, un acontecimiento en el que también les acompañaron sus hijas, la princesa de Asturias y la infanta Leonor, para recabar el 25 de julio en la fiesta grande de Santiago de Compostela con una ofrenda al Apóstol, donde dejaron una romántica imagen y un cariñoso mensaje. “Nos alegra y emociona volver a Santiago de Compostela y a Galicia para realizar la tradicional ofrenda al Apóstol y Santo Patrón de España. Estamos ya en preparativos para un nuevo Año Santo en 2021 y nos unimos a la esperanza y al entusiasmo que genera la llamada del Camino en toda España, Europa y el mundo. En estos tiempos tan difíciles por la pandemia COVID-19 y en nuestra voluntad de estar cerca de todos los españoles, en todas las comunidades autónomas, saludamos con gran afecto a los gallegos y a todos aquí en Santiago. Gracias al alcalde y a la corporación municipal por la acogida y muchas felicidades en este día de la festividad de Santigo Apóstol”, se pudo leer junto a las firmas del monarca y su esposa.
La cornisa cantábrica supuso la recta final de un intenso mes. Primero en Navarra, luego en Cantabria, donde estuvieron en el Mercado de Ganado de Torrelavega y en la villa marinera de Santoña, famosa por sus anchoas. En esas tierras recibieron un cencerro de gran tamaño en el que se había grabado lo siguiente: “Sus Majestades los Reyes de España”. Por último, piasaron Asturias, la tierra natal de doña Letizia, donde Fernando Alonso ejerció de perfecto anfitrión de la pareja real, dando así por finalizada esta frenética gira por todo el país y que dio paso a sus vacaciones en Mallorca que fueron muy diferentes a años anteriores.
La curiosa anécdota de los reyes Felipe y Letizia en un bar de Las Palmas