Don Felipe y doña Letizia arrancan la semana en clave sanitaria. Tras muchas visitas 'virtuales' a hospitales, al fin pueden recorrer los pasillos de uno y conversar con los médicos frente a frente, aunque sea antes de que se ponga en funcionamiento. En plena segunda ola de la pandemia, han presidido la inauguración del nuevo Hospital Universitario de Toledo, con el que se pretende dar respuesta a las necesidades asistenciales de la zona. Las mascarillas -que no se retiraron ni para pronunciar sus discursos- y la distancia social han sido una vez más el denominador común de este acto, de especial sobriedad, al que ha acudido también el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, entre otras autoridades.
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En salón de actos a mitad de aforo, los Reyes han escuchado atentamente en primera fila el discurso inaugural del presidente autonómico en el que celebraba poder dar el pistoletazo de salida al fin a un proyecto que fue concebido para estuviese listo en 2012. Tras sus palabras, don Felipe y doña Letizia subían al escenario entre aplausos para descubrir la placa que reza: "Sus majestades los reyes de España inauguraron el Hospital Universitario de Toledo". Comenzaba entonces la visita al gran complejo acompañados por las autoridades. Para la ocasión, la Reina ha escogido un conjunto gris de falda de vuelo con bordados y chaqueta ajustada con un cinturón que ya lució el Día de la Hispanidad hace tres años. Durante el recorrido, han observado la capacidad y posibilidades del centro y también han aprovechado para charlar con algunos miembros del personal sanitario.
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Después de 15 años de obras plagados de paralizaciones y disputas políticas, finalmente este complejo sanitario estará disponible para aliviar la carga de otros hospitales de la región. En el centro se integrarán nuevas tecnologías y nuevas especialidades médicas y se espera que esté preparado para adaptarse a los constantes cambios que se producen en la práctica clínica así como para futuras ampliaciones. Podrá albergar más de un millar de camas de hospitalización, más de 350 locales de consultas, casi un centenar de gabinetes de exploración, 120 puestos de hospital de día, 42 de observación de urgencias o 65 puestos de tratamiento y boxes de exploración. El bloque quirúrgico estará dispuesto en dos plantas y está previsto que pasen de los 26 quirófanos de los que dispone actualmente el Complejo Hospitalario a los 39.
La situación de los hospitales y la capacidad de absorción del sistema sanitario han sido una de la máximas preocupaciones de don Felipe y doña Letizia durante los primeros meses de la crisis del coronavirus, cuando mantenían llamadas y vidoeconferencias periódicas con los responsables de los principales hospitales del país. Después de una primera ola marcada por el confinamiento domiciliario y el teletrabajo, los Reyes hace meses que han retomado los actos presenciales, siempre siguiendo las recomendaciones de cada momento. La semana pasada, don Felipe hacía su primer viaje oficial al extranjero desde que se declaró la pandemia para desplazarse a Bolivia, donde asistió a la toma de posesión del nuevo presidente, Luis Arce. No había salido de nuestras fronteras desde que a comienzos de marzo visitó París para participar con el presidente Emmanuel Macron y su mujer, Brigitte, en un homenaje a las víctimas del terrorismo.
Esta semana, exceptuando esta visita a Toledo, no tendrán que salir de Madrid. El martes mantendrán sendos compromisos por separado; la Reina presidirá una reunión de trabajo con UNICEF, y el Rey hará lo propio con el Patronato de la Fundación Cotec. El miércoles, doña Letizia se reencontrará con sus antiguos compañeros de profesión en la entrega de la XXXVII del Premio de Periodismo Francisco Cerecedo, en el Museo del Prado. Al día siquiente, continuarán entregando galardones, pero en este caso se trata del Premio Pelayo para juristas de reconocido prestigio.