A lo largo de este año Leonor ha dado grandes pasos asumiendo un enorme protagonismo como Princesa de Asturias. Ahora, cuando cumple 15 años, se abre para ella un nuevo periodo cargado de retos y varias incógnitas en lo relativo a su formación y también a su agenda institucional. La llegada de los 15 años puede suponer un antes y un después en su vida, del mismo modo que ocurrió en 1983 cuando fue Felipe VI, entonces Príncipe de Asturias, el que alcanzó esa edad. Para el soberano, ese cumpleaños trajo nuevos desafíos, uno de ellos especialmente relevante: su presentación internacional.
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El año 1983 había empezado para don Felipe combinando sus estudios en el Colegio Santa María de los Rosales de Madrid con compromisos oficiales de la máxima relevancia, algunos de ellos con proyección internacional, como cuando estuvo presente en el recibimiento que brindaron los reyes Juan Carlos y Sofía a los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia, que vinieron a España en viaje oficial. Sin embargo, este y otros serían actos siempre en compañía de sus padres. El gran salto llegó para él en junio cuando realizó su primer viaje oficial al extranjero.
En solitario, representando a su padre y con honores de jefe de Estado, el entonces príncipe de Asturias llegó a Colombia, con motivo del 450 aniversario de la fundación de Cartagena de Indias, en un avión de las Fuerzas Áreas españolas. Junto a él, aunque en otro vuelo, estaría el presidente del Gobierno de aquella época, Felipe González, y su mujer, Carmen Romero. El recibimiento se lo brindaría el presidente de Colombia, Belisario Betancur, fallecido en el año 2018, que todavía en el 2014 recordaría con cariño para uno de los principales medios del país cómo había sido la llegada del joven príncipe a la ciudad.
"El rey don Juan Carlos me había llamado con anticipación y me dijo 'te envío el chaval, cuídamelo que es apenas un niño'", recordaba Belisario Betancur para el diario El Tiempo, quien también explicó que la reina Sofía llamó directamente a su esposa, Rosa Helena, y le pidió lo mismo. “Es un bebé y no tiene edad de merecer”, contó el exmandatario colombiano que dijo la Reina a la primera dama sobre un Felipe VI que por primera vez salía en viaje oficial, un reto de especial relevancia en su formación y que pasaría a la historia por el significado que tiene en la vida de un hombre de Estado.
"Debería tener la timidez de un niño propia de su edad enfrentado a los protocolos oficiales, pero, como había crecido en la realeza, su timidez era una sombra pues se desenvolvía con soltura", recordó Betancur en la entrevista que se le hizo en Colombia días antes de que en España don Felipe fuera proclamado rey en las Cortes Generales. El exmandatario recordó también que él mismo y miembros de su gobierno, se sorprendieron al ver las dotes para la charla que tenía el joven de 15 años. “Conversaba en un tono menor, sin hacer alarde de su condición y no rehuía ninguna conversación”, añadió.
Con el Toisón de Oro que su padre le había impuesto colgado sobre su pecho, igual que él mismo lo haría con la princesa Leonor en una emotiva ceremonia que tuvo lugar en el 2018, el príncipe Felipe acudió a la misa en la Catedral de la ciudad, recorrió las calles de la ciudad, participó en la ofrenda floral en el monumento al fundador (el español Pedro de Heredia), pasó revista a las tropas navales y presidió junto a Felipe González y Belisario Betancur un solemne acto de la Academia de la Historia de Cartagena, a la que asistieron los 16 cancilleres latinoamericanos que se habían dado cita en la ciudad con motivo del aniversario, y una cena oficial en el Baluarte de San Ignacio.
La exigente agenda que se había diseñado para el príncipe de quince años incluía también una breve parada en Santo Domingo, capital de la República Dominicana, para visitar al entonces presidente, Salvador Jorge Blanco, en cuya compañía y con la de sus hijos daría un paseo por la parte vieja de la ciudad y cenaría en un hotel cercano con el embajador de España en el país.
De regreso a España, la reina Sofía esperaría la llegada del Príncipe a pie de pista parar cerrar un viaje que sería el germen de unas buenas relaciones que don Felipe ha cuidado con detalle representando, entre otras cosas, a nuestro país en la mayoría de las tomas de posesión o traspasos de poder que han tenido lugar en las últimas décadas de presidentes latinoamericanos y abriendo las puertas del Palacio Real para recibir a los mandatarios que han llegado a España en viaje oficial.