Por séptimo año consecutivo, la princesa Leonor y la infanta Sofía han acompañado a sus padres en el Día de la Hispanidad. En esta Fiesta Nacional tan atípica, los actos se han limitado a un pequeño desfile de las Fuerzas Armadas en una nueva localización, la plaza de la Armería del Palacio Real. Eso sí, a pesar de los cambios hay tradiciones que se han mantenido intactas. Así, la heredera al trono se ha mostrado, como siempre, muy atenta al acto desde la tribuna de autoridades, en la que se ha sentado a la derecha de don Felipe. Además, ha lucido nuevamente en la parte izquierda de su jersey la Insigne Orden del Toisón de Oro, que es la más alta distinción de la Corona española y supuso la introducción de la hija mayor de los Reyes en la vida institucional. Que haya llevado el lazo con la miniatura del vellocino justo hoy es significativo porque la lució en público por primera vez tras su imposición el 12 de octubre de 2018 y desde entonces la ha llevado siempre en esta fecha.
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Felipe VI concedió a la princesa Leonor el Toisón de Oro con motivo de su décimo cumpleaños, el 31 de octubre de 2015, pero esperó algo más de dos años para celebrar la imposición del collar, definido como “un elemento de tradición, continuidad e institucionalización en la figura de la princesa de Asturias como heredera de la Corona”. Esta ceremonia, a la que asistieron prácticamente un centenar de personas entre autoridades, familiares y otros invitados, se celebró en el Palacio Real el 30 de enero de 2018, justo el día en el que el Rey cumplía 50 años. Además, ese año era importante para la monarquía de nuestro país porque coincidía con el 40º aniversario de la Constitución y con el 80 cumpleaños de los reyes Juan Carlos y Sofía.
Una distinción llena de historia
Esta imposición fue excepcional por numerosos motivos además de por coincidir con celebraciones relevantes. No en vano, la princesa Leonor es la primera heredera a la Corona española en obtener esta distinción de una de las órdenes de caballería más prestigiosas y antiguas de Europa, ya que hasta el reinado de Juan Carlos I era algo reservado únicamente para los hombres. De esta manera, ella es la primera princesa de Asturias y la cuarta mujer en la historia, ya que su abuelo se lo concedió en la última mitad de la década de los ochenta a las reinas Margarita de Dinamarca, Isabel II de Inglaterra y Beatriz de Holanda.
Además, de todos los vellocinos a su disposición -se devuelven a la Corona española a la muerte de su titular-, el Rey escogió para su hija uno de enorme valor sentimental, el que perteneció a su abuelo paterno, el Conde de Barcelona, don Juan de Borbón y Battenberg. De esta manera, la princesa de Asturias heredó del bisabuelo -al que nunca conoció, puesto que falleció en 1993- el Toisón que le perteneció durante 66 años, desde aquel mes mayo de 1927 en el que lo recibió con catorce años, hasta aquel mes de abril en el que falleció con 79 años y volvió al Tesoro de Palacio. Antes de que don Felipe impusiera el Toisón de Oro a su hija, su bisabuelo Alfonso XIII se la otorgó a su abuelo y también a su padre, el rey Juan Carlos, pocos días después de su nacimiento en 1938 en Roma. El actual jefe de Estado, que entonces era Príncipe de Asturias, recibió el Toisón a los 13 años, el 3 de mayo de 1981, en los primeros años de democracia tras la Transición española, de manos de su padre.