Un año más, el Rey Felipe VI, vestido con su uniforme del Ejército del Aire, doña Letizia, y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía han acudido puntuales a su tradicional cita del 12 de octubre en Madrid, aunque, en esta ocasión, presiden un atípico acto de la Fiesta Nacional, sin el habitual desfilepor el paseo de la Castellana, que ha tenido que ser suspendido por la situación sanitaria y que ha dejado paso, en su lugar, a un acto mucho menos multitudinario en el Palacio Real. Bajo el lema 'El esfuerzo que nos une', han asistido a la celebración el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el Gobierno al completo, así como trece presidentes autonómicos y el alcalde y la presidenta de la capital, José Luis Martínez Almeida e Isabel Díaz Ayuso, que repiten como anfitriones.
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A su llegada, Felipe VI, junto a doña Letizia y sus dos hijas, ha sido recibido por las autoridades y, tras recibir los honores militares y escuchar el himno nacional durante el izado de la bandera, ha pasado revista a las tropas. En el acto, mucho más reducido que en años anteriores, han participado 527 efectivos, en lugar de los más de 4.000 que habitualmente desfilan por las calles de Madrid. La Reina ha apostado para la ocasión por un vestido rojo con abrigo a juego que ya ha llevado con éxito en otros eventos. La princesa Leonor y la infanta Sofía, con unos looks sofisticados y juveniles, se han reivindicado como dignas herederas del estilo de su madre y han marcado diferencias con su atuendo. La primogénita ha lucido una falda de vuelo midi, además de la insignia de la orden del Toisón de Oro que le concedió su padre, mientras que su hermana se ha decantado por unos estilosos pantalones y una camisa blanca con lazada lateral.
El Ministerio de Defensa y la Casa Real han tenido muy en cuenta la situación de pandemia en la que vivimos a la hora de organizar este Día de la Hispanidad en el que los tradicionales apretones de manos se han sustituido por leves reverencias con la mano en el corazón y las mascarillas han sido el denominador común. Por eso, han preparado un sencillo acto en el patio de la Armería del Palacio Real, en lugar del multitudinario desfile por el centro de Madrid, de acuerdo con las normas sanitarias determinadas por el Covid-19. Aunque se han reunido algunas personas en las inmediaciones, todo se ha dispuesto para evitar aglomeraciones, tanto de los participantes en el acto como de los curiosos que se han acercado a los alrededores del Palacio Real.
Ya en la tribuna, la princesa de Asturias se ha colocado a la derecha del Rey, de acuerdo con su papel de heredera y con el creciente protagonismo que está adquiriendo en la vida pública, como ya vimos en su debut el año pasado en los premios Princesa de Asturias, con su histórico primer discurso, una experiencia que repetirá el próximo viernes, en un nuevo escenario, el hotel Reconquista de Oviedo. Igual que sucediese en otras ocasiones, ha aprovechado la cercanía con su padre para comentar con él algunos de los aspectos que más le llamaban la atención. La infanta Sofía se ha situado junto a su madre, muy pendiente de ella en todo momento.
Homenaje a los héroes de la pandemia
Una de las novedades de este año marcado por la crisis sanitaria, ha sido la condecoración a los representantes de los tres ejércitos que han participado en la Operación Balmis para luchar contra la pandemia. Después de la concesión de este reconocimiento y el homenaje a los caídos, llegaba la exhibición militar, en la que solían participar cada año alrededor de 3.500 personas, cerca de un centenar de aeronaves y más de cien vehículos terrestres. En esta ocasión, se ha limitado a la exhibición aérea con el fin de evitar aglomeraciones y un pequeño desfile. De hecho, los aviones de la Patrulla Águila han sobrevolado Madrid en diversas ocasiones desde el pasado jueves, cuando comenzaron los ensayos del 12 de octubre -el Ejército del Aire alertó sobre ello a través de las redes sociales: "Si del 8 al 11 de octubre escucháis nuestros cazas o veis a nuestros aviadores sobrevolar la ciudad, son nuestros pilotos de la Patrulla Águila preparándose para el desfile de la Fiesta Nacional".
Otras de las grandes diferencias que marca este Día Nacional tan atípico es la ausencia de la tradicional recepción que acogía el Palacio Real y en la que cada año se daban cita todos los asistentes al desfile, además de numerosas personalidades del mundo de la política, la sociedad y la cultura. Todos ellos participaban en un besamanos a los Reyes y sus hijas, que ha tenido que ser suspendido por la pandemia.