A sus 82 años y retirado de la vida pública desde hace algo más de un año, el rey Juan Carlos se encuentra metido de lleno en su peor crisis. En las casi cuatro décadas que duró su reinado, el padre de Felipe VI nunca se había enfrentado a una situación en la que se juzgara la trayectoria de su reinado como está ocurriendo en la actualidad y que ha puesto en el punto de mira a la primera institución del Estado. Curiosamente, fue a raíz de su abdicación, hace seis años, cuando esto comenzó a cambiar.
La Fiscalía del Tribunal Supremo, le investiga para esclarecer el destino de 80 millones de euros, que según Corinna Larsen se habían repartido entre otros a Juan Carlos I por la adjudicación del AVE a la Meca a empresas españoles en 2011. Nada hacía presagiar en 2014 que el que había sido hasta entonces jefe de Estado lejos de llevar una jubilación dorada, disfrutando de sus aficiones, iba a vivir sus peores años.
Los problemas de salud, su nula presencia en la agenda institucional, la entrada en prisión de su yerno, Iñaki Urdangarin, y los últimos acontecimientos han hecho que el el padre de don Felipe esté pasando por unas circunstancias inéditas.
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La abdicación que llegó tras dos años de elucubraciones
El 2 de junio de 2014, el rey Juan Carlos firmó y entregó al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, un escrito en el que comunicó su decisión de abdicar. Una medida que llevaba años especulándose, tras su polémico viaje privado a Botsuana, donde participó en una cacería de elefantes y en la que se fracturó la cadera. Un accidente que provocó un antes y un después, que fue el germen que hizo tambalear la hasta entonces buena reputación del monarca y puso sobre la mesa el asunto de la abdicación. Un desplazamiento, invitado por un empresario saudí y organizado por Corinna Larsen, y que se habría mantenido en secreto si no se hubiese producido esa grave caída. En aquellos momentos, España se encontraba lidiando con la grave crisis económica que comenzó en 2008, en plenas negociaciones con Europa por el rescate a la banca y ultimando unos duros recortes que se produjeron tan solo unos meses después. Lejos de dar una imagen de austeridad, una fotografía de don Juan Carlos, rifle en mano, con un elefante a sus espaldas fue la muestra gráfica del error que había cometido. En un gesto inaudito pidió perdón a la sociedad española por su comportamiento poco ejemplar: "Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir", dijo el Rey al recibir el alta del centro sanitario en el que había sido intervenido quirúrgicamente.
Dos años más tarde del polémico safari por Botsuana, el Rey comunicó su intención de dejar el trono. Fue Mariano Rajoy, presidente del Ejecutivo, el que conovocó una rueda de prensa en la que informó que don Juan Carlos cedía el trono al príncipe de Asturias. A partir de entonces se puso en marcha el engranaje político y legislativo para articular la ley orgánica que hacía efectiva la abdicación de Juan Carlos de Borbón. Días más tarde, el 18 de junio de 2014 en un acto solemne que se celebró en el histórico Salón de Columnas del Palacio Real, don Juan Carlos firmó la ley ante los miembros del Gobierno y sus familiares. Tras ello y como anécdota, cedió el asiento a su hijo, un gesto con el que quiso simbolizar la sucesión. Un día más tarde, tuvieron lugar los actos de proclamación de Felipe VI que comenzaron con la imposición, por parte de don Juan Carlos, del fajín de capitán general a don Felipe. Un acto íntimo, que tuvo lugar en el Palacio de la Zarzuela y al que asistió la Familia Real y las más altas autoridades de las Fuerzas Armadas, por el que el hasta enconces Príncipe asumió el mando supremo del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire. Desde allí, don Felipe, acompañado de su esposa y de sus hijas, se dirigió al Palacio de las Cortes donde fue proclamado Rey.
Se abre paso a una nueva vida
Ya en su discurso tras ser proclamado monarca, Felipe VI anunció que comenzaba una “monarquía renovada para un tiempo nuevo”. A partir de ese momento, la agenda institucional de don Juan Carlos se redujo, pero aún así siguió participando de actos públicos relacionados con el deporte y con el ámbito internacional. Un año después de ceder la Corona, don Juan Carlos se desplazó hasta Argentina para estar presente en la toma de posesión del presidente Mauricio Macri y hasta Uruguay para la investidura de Tabaré Vázquez como presidente del país. También participó en actos de la Fundación Cotec y se le empezó a ver disfrutando de sus aficiones. Aumentaron sus salidas gastronómicas con amigos, sus visitas a las plazas de toros, pero esta vez en el tendido, en lugar de en el palco real, y se le vio navegando. Mientras, la espada de Damocles del Caso Nóos seguía apuntando a la institución. No sería hasta un año más tarde cuando se celebraría la vista oral ante la Audiencia Provincial de Baleares.
El difícil comienzo del año 2016
Dos años después de su abdicación, don Juan Carlos tuvo un año tremendamente difícil. A principios de 2016, arrancó el juicio por el caso Nóos en el que se vio a su hija, la infanta Cristina, sentada en el banquillo de los acusados como presunta cooperadora de dos delitos fiscales presuntamente cometidos por su marido, Iñaki Urdangarin. En su declaración, la hermana de Felipe VI negó cualquier intervención en el instituto Nóos y subrayó su confianza en la inocencia de su marido. Un año más tarde, Cristina de Borbón quedó absuelta de los delitos que le imputó el sindicato Manos Limpias. Peor suerte corrió su marido.
Su yerno entra en la cárcel y es despojado de su título
El 18 de junio de 2018, Iñaki Urdangarin ingresaba en la prisión de Brieva (Ávila) después de que el Tribunal Supremo confirmara la condena de cinco años y diez meses de privación de libertad por malversación, prevaricación, fraude a la administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias. El cuñado de Felipe VI, que el pasado 18 de junio cumplió la mitad de su condena, ya ha disfrutado de algunos permisos penitenciarios que le han permitido reunirse con su familia. Además, aunque Instituciones Penitenciarias ha tumbado la concesión del tercer grado, podrá salir de Brieva un fin de semana al mes. La entrada en prisión del marido de la infanta Cristina supuso un shock pues aunque ya no pertenecía a la Familia Real desde 2014 (no tenía deberes institucionales ni erario público) -cuando Felipe VI accedió al trono- era la primera vez en democracia que un familiar cercano de un soberano era condenado a estar entre rejas. Un año después de dejar la Corona, en 2015, don Juan Carlos vio como su hijo revocó el título de duquesa de Palma a doña Cristina. Un ducado que su padre le otorgó en 1997 cuando contrajo matrimonio con el exdeportista. A pesar de todo, don Juan Carlos y doña Sofía se han mantenido durante este tiempo cerca de su hija y de sus nietos. Así, en abril de 2019, el matrimonio se desplazó hasta Hannover para animar a Pablo Urdangarin, que entonces jugaba en las filas del equipo juvenil de balonmano TSV Hannover-Burgdorf. Era la primera vez en mucho tiempo que se veía a miembros de la Familia Real con la madre de Urdangarin, Claire Liebaert.
Un desencuentro entre Reinas que se hizo viral
La Semana Santa de 2018, dejó unas imágenes de apenas 20 segundos que se hicieron virales y dieron la vuelta al planeta. Los Reyes, la princesa Leonor, la infanta Sofía, don Juan Carlos y doña Sofía acudieron a la misa del Domingo de Resurrección en Palma. Al salir de la Catedral, la imagen de unión se vino abajo. Doña Letizia y su suegra protagonizaron un desencuentro ante las cámaras cuando doña Sofía intentó fotografiarse con su nietas. El episodio causó una gran desolación en doña Letizia, según contó su amiga íntima Inma Aguilar. A partir de ahí, ambas Reinas escenificaron su reconciliación con una serie de significativos gestos.
Sigue con su mala salud de hierro
A lo largo de su vida, don Juan Carlos ha tenido varias operaciones quirúrgicas. Los problemas de huesos y articulaciones son unos viejos conocidos en la familia Borbón y han postrado en la silla de ruedas, primero, a María de las Mercedes, condesa de Barcelona, y luego, a sus hijos. Sin embargo, don Juan Carlos siempre se ha sometido a operaciones con duras rehabilitaciones para poder tener la máxima movilidad posible. Su paso por el hospital se intensificó en los dos últimos años con sendas cirugías. En abril de 2018, se le intervino para cambiarle una prótesis en la rodilla derecha que le iba a permitir mejorar su calidad de vida. Un año después, en agosto de 2019, regresó al hospital, pero no por un problema traumatológico sino para practicarle tres bypass coronarios. Este tipo de intervención se realiza para evitar riesgos que deriven en enfermedades cardiovasculares. Aunque de menor gravedad, en la primavera de 2019, don Juan Carlos sorprendió al aparecer en la presentación de los carteles de la Feria de San Isidro con un hematoma bajo el ojo izquierdo. Casa Real explicó que se debía a que se había sometido a la extirpación preventiva de una lesión cutánea que tenía como consecuencia de la sobreexposición al sol y que ya estaba totalmente curada.
Don Juan Carlos se jubila
Días antes de que se cumpliera el quinto aniversario de su anuncio de abdicación, don Juan Carlos sorprendió al mundo con una carta abierta dirigida a su hijo en la que le comunicaba que abandonaría la vida pública a partir del 2 de junio de 2019. “Ahora, cuando han transcurrido casi cinco años desde aquella fecha, creo que ha llegado el momento de pasar una nueva página en mi vida y de completar mi retirada de la vida pública”, manifestaba en la misiva dirigida a don Felipe. “Con una firme y meditada convicción, hoy te expreso mi voluntad y deseo de dar este paso y dejar de desarrollar actividades institucionales a partir del próximo 2 de junio. Tomo esta decisión desde el gran cariño y orgullo de padre que por ti siento, con mi lealtad siempre. Un grandísimo abrazo de tu padre”.
Con su familia y en los toros, así fue su último acto antes de la retirada
Seis días después de anunciar su retirada de las actividades oficiales, don Juan Carlos protagonizó su último acto público. La despedida no se enmarcó de ninguna manera y fue un acto privado y con gran carga familiar el que cerró su etapa en activo. Acompañado de su hermana mayor, la infanta Pilar; de su hija, la infanta Elena, con el primogénito de esta, Felipe de Marichalar, y de algunos de sus sobrinos, concretamente Simoneta y Fernando Gómez-Acebo, hijos de la duquesa de Badajoz, don Juan Carlos presidió una corrida de toros en Aranjuez muy emotiva pues también sirvió para hacer un homenaje a su madre, María de las Mercedes, esposa de don Juan de Borbón, y gran aficionada como él a la tauromaquia. A pesar de su jubilación, sigue siendo miembro de la Familia Real española y conserva su consideración de Rey. Por contra, doña Sofía sí ha continuado cumpliendo con su actividad institucional.
Apartado de un aniversario de lo más significativo
La ausencia de Juan Carlos de Borbón en la conmemoración del 40º aniversario de las primeras elecciones de la democracia, celebradas el 15 de junio de 1977, fue de lo más comentada. El 28 de junio de 2017 solo don Felipe y doña Letizia presidieron la sesión solemne de las Cortes Generales, que se celebró en el Palacio de las Cortes. A pesar de que hacía ya tres años que había abdicado y que ya permanecía en un segundo plano, resultó extraño que el primer soberano de la democracia no estuviera en el homenaje de los comicios que impulsaron la Transición. Quizá por el revuelo que provocó, lo cierto es que un año después don Felipe y doña Letizia volvieron al Congreso, pero esta vez acompañados por sus hijas y por los reyes Juan Carlos y Sofía con motivo del 40º aniversario de la Constitución Española. Cabe recordar que Juan Carlos I fue quien firmó la Carta Magna aprobada en el referéndum del 6 de diciembre de 1978. Mientras que Felipe VI, su esposa y sus hijas se sentaron en la tribuna, don Juan Carlos y doña Sofía ocuparon un lugar destacado en el hemiciclo.
Unos años de duras despedidas
En estos seis años desde su abdicación, don Juan Carlos ha tenido que decir adiós a personas muy importantes en su vida institucional y familiar. Aunque sin duda, el mazazo más duro se lo llevó a principios de este año, tres días después de cumplir 82 años. El pasado 8 de enero, falleció su hermana mayor, la infanta Pilar, a los 83 años. Los hermanos guardaron a lo largo de su vida una estrecha relación y en alguna ocasión la duquesa de Badajoz recordó que su hermano siempre se había ocupado de sus dos hermanas. Era habitual que el rey Juan Carlos colaborara en el Rastrillo de Nuevo Futuro, organización de la que doña Pilar fue presidenta. Tras un entierro estrictamente familiar, la Infanta tuvo un solemne funeral en el Monasterio de El Escorial al que acudieron los cuatro Reyes además de las infantas Elena y Cristina y de miembros de la realeza como Beatriz de Holanda o los reyes de Bulgaria y representantes de la Grandeza de España como el duque de Alba. Años antes y también con el imponente monasterio madrileño, don Juan Carlos despidió a su primo hermano, el infante don Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Bobrón- Parma, duque de Calabria, conde de Caserta, jefe de la Casa Real de Bobrón- Dos Sicilias. En mayo de 2017 don Juan Carlos también acudió al funeral en memoria de su tía, la infanta Alicia de Borbón- Parma, que tuvo lugar en la Capilla del Palacio Real de Madrid, que fue la primera vez que se vio en público a don Felipe y doña Letizia con la infanta Cristina tras su absolución del Caso Nóos. También ha despedido a su gran amigo, el empresario Plácido Arango y al político socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros.
Don Felipe rompe amarras con su padre
Un día después de que el Gobierno decretase el estado de alarma por el coronavirus, la Casa Real emitía un comunicado sin precedentes. Don Felipe retiró a su padre la asignación pública que recibía de 194.232 euros a raíz de unas informaciones publicadas por The Telegraph y otros medios de comunicación sobre el rey Juan Carlos. En ese comunicado también se informaba "que en coherencia con las palabras pronunciadas en su discurso de proclamación y con la finalidad de preservar la ejemplaridad de la Corona, S. M. el Rey quiere que sea conocido públicamente que S. M. el Rey don Juan Carlos tiene conocimiento de su decisión de renunciar a la herencia de don Juan Carlos que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera, cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona".
La Casa Real comunicó esta decisión tras la publicación de varias informaciones que aseguraban que el rey Felipe aparecía como beneficiario de una fundación offshore, llamada Lucum. Desde que el soberano tuvo conocimiento de los hechos que llevaron a emitir ese comunicado, la Casa Real detalló los movimientos previos a la decisión de retirar la asignación de don Juan Carlos. La Casa del Rey recibió el 5 de marzo de 2019 una carta del despacho de abogados Kobre&Kim, el mismo en el que trabaja el letrado de Corinna Larsen, en la que "se comunicaba -sin ninguna justificación documental- la supuesta designación del rey Felipe VI como beneficiario de la Fundación Lucum", en el momento en que se produjese el fallecimiento del rey Juan Carlos. Ante esa información, el Rey envió una copia de dicha carta a su padre, así como a las autoridades competentes y decidió que la Casa del Rey comunicase al citado despacho de abogados que ni el Rey ni la Casa Real "tenían conocimiento, participación o responsabilidad alguna en los presuntos hechos que mencionaba, - por lo que carecía de toda justificación lícita su involucración en los mismos-, ni designaría representante legal para iniciar negociación alguna con el citado despacho de abogados sobre los hechos descritos". Esa comunicación se hizo, por escrito, el 21 de marzo de 2019.
Unos días más tarde, el 12 de abril de 2019, el Rey compareció ante notario para manifestar que había dirigido una carta a su padre, el rey Juan Carlos, en la que le decía que "si fuera cierta su designación o la de la princesa de Asturias como beneficiarios de la citada Fundación Lucum dejaría sin efecto tal designación" y también manifestaba que "no aceptaría participación o beneficio alguno en esa entidad, renunciando asimismo a cualquier derecho, expectativa o interés que, aún sin su consentimiento o conocimiento, pudiera corresponderles ahora o en el futuro en relación con la Fundación Lucum". En ese mismo acto notarial, el rey Felipe manifestó "no haber tenido conocimiento ni prestado consentimiento a participar, en nombre propio o en representación de terceros, en particular de su hija, en ningún activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad pudieran no estar en plena y estricta consonancia con la legalidad o con los criterios de transparencia, integridad y ejemplaridad que informan su actividad institucional y privada". En cuanto a la posibilidad de que, aun sin su consentimiento ni conocimiento, hubiera sido unilateralmente designado como heredero, don Felipe manifestó no aceptar participación o beneficio alguno en dichos activos y renunciar a cualquier derecho, expectativa o interés que pudiera corresponderle en el futuro. Don Juan Carlos anunció su retirada de la vida pública un mes después de la comparecencia de don Felipe ante notario.
Por su parte, don Juan Carlos quiso hacer públicos "que de las dos fundaciones anteriormente citadas en ningún momento facilitó información a S. M. el Rey", que designó para su representación al abogado Javier Sánchez-Junco Mans.
El asunto llega a la Fiscalía del Supremo
Las supuestas irregularidades de don Juan Carlos ya han llegado al Supremo. A principios de junio, la Fiscalía del alto tribunal asumió la investigación derivada de las diligencias abiertas en diciembre de 2018 por Anticorrupción para aclarar el destino de 80 millones de euros que según la empresaria Corinna Larsen, de casada Corinna zu Sayn-Wittgenstein, se habrían repartido entre otros al rey Juan Carlos por la adjudicación del AVE a la Meca a empresas españolas en 2011. En una nota, la Fiscalía General del Estado explicó que esta investigación se centra, precisamente, en delimitar o descartar la relevancia penal de los hechos que ocurren con posterioridad al mes de junio de 2014, momento en que don Juan Carlos dejó de estar protegido por la inviolabilidad que el artículo 56.3 de la Constitución española reconoce al jefe del Estado. Las finanzas del rey Juan Carlos llevan años bajo sospecha, aunque la retirada de su asignación pública lo hizo volver a primera línea informativa.
La vela, los toros y sus amigos, su mejor refugio
En estos años convulsos, don Juan Carlos ha encontrado su particular refugio en sus amigos y en algunas de las aficiones que ha cosechado durante toda su vida, pero que a raíz de la abdicación ha sido cuando ha tenido tiempo para disfrutarlas. Además de en los cosos taurinos, donde ha sido muy habitual encontrarle junto a la infanta Elena y sus hijos, Felipe y Victoria Federica de Marichalar, el Rey ha seguido a Rafa Nadal como su mayor fan. Pero ha sido el mar el que más satisfacciones le ha dado al convertirse a los 80 años y con su largo historial de operaciones quirúrgicas, en campeón mundial de regatas de la clase 6mR. También la buena mesa y la visita a los grandes templos gastronómicos de nuestro país han sido otra de sus pasiones. La última vez que fue visto en público fue el pasado 26 de febrero cuando acudió al estadio Santiago Bernabéu a presenciar un partido de la Champions League.