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Desde que terminara el estado de alarma, los Reyes están inmersos en una gira que empezó el pasado 23 de junio en Canarias, con la que están recorriendo todas las comunidades autónomas de nuestro país. Desde entonces se han reunido con empresarios y trabajadores del sector primario, han visitado zonas turísticas, han charlado con mayores y han ido a pie de calle tomando el pulso a todos los sectores económicos y sociales. Tras una semana en la que han cumplido con la cita centenaria con el periodismo, han visitado Soria y han presidido el sentido homenaje a las víctimas por el COVID-19 en el Palacio Real, don Felipe y doña Letizia han visitado el País Vasco en una jornada que empezó dedicada al arte y terminó con la investigación.
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Precisamente, Vitoria era la última parada de esta jornada. Aquí han cerrado la agenda de esta semana. Don Felipe y doña Letizia han visitado este viernes por la tarde la nueva sede de la Fundación San Prudencio, la entidad líder en gestión y aplicación de Responsabilidad Social en las empresas de Álava. Para la ocasión, la esposa del monarca ha recuperado un vestido de flores que estrenó en 2017 y que ha combinado con alpargatas.
En este punto han mantenido un encuentro con los miembros del patronato de la Fundación y han asistido a un diálogo abierto sobre el impacto de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus en actividades y usuarios de la Fundación. Minutos después han visitado el espacio de tratamientos musculoesqueléticos, dentro del espacio que la Fundación dedica a la salud laboral, y han realizado un recorrido por la sede, descubriendo al final del mismo una placa conmemorativa. La Fundación San Prudencio ha llevado a cabo varios proyectos a fin de ayudar a paliar los efectos negativos de la pandemia. Asimismo, su personal ha gestionado y negociado la compra de material sanitario, así como su logística y distribución.
Horas antes, por la mañana, los Reyes llegaban al Museo Guggenheim de Bilbao, uno de los grandes reclamos turísticos de la ciudad, a las 11:30 de la mañana. Allí les esperaba el lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu, para darles la bienvenida solo cinco días después de su victoria en las elecciones autonómicas. Tras los saludos, siempre marcados por la distancia, don Felipe y doña Letizia eran homenajeados con un aurresku, la danza popular vasca, y ponían rumbo a la exposición de Olafur Eliasson, En la vida real, que triunfó el año pasado en la Tate Modern de Londres y que reabrió sus puertas en Bilbao el pasado 1 de junio.
Los Reyes pudieron disfrutar de las treinta piezas del artista danés que utiliza musgo, agua, hielo procedente de glaciares, niebla, luz o metales reflejantes para crear sus esculturas e instalaciones, siempre con unas piezas inspiradas en los sentidos, la geometría, el cambio climático, la sostenibilidad o el medio ambiente. Además dejaron una imagen de lo más futurista al atravesar la instalación Tu vista en espiral, un túnel de aproximadamente ocho metros de largo y construido con placas de acero. La sensación del visitante, tal y como explica el artista en su página web, es la de estar dentro de un caleidoscopio "con una vertiginosa sensación de movimiento creada por las paredes irregulares".
Al terminar la visita a la pinacoteca, los Reyes, acompañados durante todo el día por la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, se desplazaron al Museo de Bellas Artes de la ciudad para reunirse con empresarios del País Vasco. Posteriormente continuaron con la agenda prevista en Vitoria, ya por la tarde.
Las últimas semanas están siendo muy intensas. Hace 24 horas los Reyes, junto a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, presidieron el solemne y muy emotivo acto que se celebró en el Palacio Real de Madrid como homenaje a las víctimas del COVID-19. Un acto laico, civil y con la máxima solemnidad que supuso el homenaje de Estado a los fallecidos, a los servidores públicos que combatieron (y combaten) en primera línea contra el virus y el reconocimiento a una sociedad que lucha contra una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes.
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