La infanta Cristina cumple 55 años este 13 de junio, un aniversario marcado por la ausencia de su marido y, a pesar de los rumores que apuntaban lo contrario, sin la intención de instalarse España. La hermana de Felipe VI celebra su cumpleaños después de una mudanza en secreto y a la espera de poder reunirse con Iñaki Urdagarin.
Según apuntan a ¡HOLA! fuentes de su círculo, la infanta Cristina se ha cambiado de casa después de siete años para intentar vivir de manera más anónima en la ciudad suiza en la que tiene su trabajo, sus amigos y en la que su hija Irene estudia Secundaria. La Infanta no tiene intención de regresar a España a vivir, pero sí de volar cuando se produzca la apertura de fronteras para reunirse con su marido, una cita que no ha podido hacer coincidir con sus 55 años pero que podría estar ya programada.
Fue a mediados de febrero cuando la pareja se encontró por última vez durante el segundo permiso penitenciario de Iñaki Urdangarin, que cumple condena por el caso Noos. Entonces, el que fuera estrella de la Selección Nacional de Balonmano, pudo pasar seis días fuera de la prisión de Brieva, Álava. Tras esta salida, en la que vio también a su hija Irene, llegaron noticias felices para la familia ya que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid estimó parcialmente -aunque con oposición del Ministerio Fiscal- el recurso presentado por él. De este modo se le iba a permitir salir de prisión dos fines de semana al mes, unos planes que quedaron paralizados con el estallido de la pandemia.
Cabe esperar que, cuando la situación se normalice, la infanta Cristina ponga rumbo a España para estar al lado de su marido en el momento que el exjugador de balonmano pueda disfrutar de un permiso penitenciario, tal y como ha hecho hasta ahora. Tanto en la salida que tuvo lugar en Navidad como la de mediados de febrero, la hermana del Rey esperó a su marido a la salida de prisión al volante de un coche para poner rumbo a Vitoria, donde reside la madre de Iñaki. En este sentido, hay que recordar que la desescalada en las cárceles comenzó el pasado 13 de mayo, cuando el BOE publicó que se revisarían los permisos ordinarios, extraordinarios y las salidas programadas que habían quedado suspendidas por la pandemia del COVID-19.
Una vida tranquila en la ciudad del lago Lemán
La infanta Cristina lleva en Ginebra una vida tranquila, como las aguas del lago Lemán que bañan la ciudad: allí está dedicada al trabajo y a la familia. La Infanta madruga e invierte muchas horas en la Fundación La Caixa, donde trabaja desde hace casi 27 años como enlace entre la fundación y varias agencias de las Naciones Unidas y con ONG con sede en Ginebra, y en la Fundación Aga Khan, donde está muy bien valorada como coordinadora de programas interinstitucionales entre la Fundación Aga Khan y el Fideicomiso del Aga Khan para la Cultura.
El resto del tiempo es para ocuparse de sus cuatro hijos, aunque Juan y Pablo ya vivan fuera, y para la casa, en la que no cuenta con mucha ayuda, por lo que se encarga de tareas como hacer la compra y cocinar, algo que le gusta desde que vivía sola en París y en Nueva York. Algún hueco lo dedica a hacer deporte, ir a misa o a encontrarse con amigas.
Soplar las velas de una tarta siempre tiene un punto de nostalgia. Lejos quedan las grandes fiestas y las celebraciones en público, como ese tan comentado 40º cumpleaños de Urdangarin en el que la Infanta le organizó una fiesta sorpresa a la que acudieron 120 invitados, entre ellos los entonces Príncipes de Asturias. Doce años después, las cosas han cambiado, tal y como se cuenta en ¡HOLA!, la infanta Cristina sigue teniendo en su hermana, la infanta Elena, a una aliada fiel, pero la relación con su hermano, el Rey, está rota desde hace cinco años.