El confinamiento que vino tras decretarse el estado de alarma en España nos ha dado la oportunidad de conocer más a fondo los lugares de trabajo de don Felipe y doña Letizia, desde donde están realizando las últimas semanas sus contactos y continúan con su agenda. Dos despachos contrapuestos que se encuentran en el Palacio de la Zarzuela. Don Felipe heredó la sala de su padre, de un fuerte estilo clásico, con las paredes de madera y una chimena francesa, cargado de objetos de decoración y antigüedades. El de doña Letizia se caracteriza por el blanco impoluto y una decoración minimal, así como la ausencia de fotografías. Sin embargo, el innovador y vanguardista lugar desde donde Letizia se prepara sus actos no siempre fue así, sino más bien todo lo contrario. Tras la proclamación de Felipe VI, la Reina se reunía con sus colaboradores en un lugar más clásico donde los ocres, los rojos y los muebles oscuros eran la nota predominante.
Con motivo del primer aniversario de don Felipe y doña Letizia como Reyes, en el año 2015, la Casa Real distribuyó unas imágenes en las que se podía ver a la Reina en una reunión en la intimidad de Zarzuela. Fue, concretamente, un encuentro de los muchos que tuvo con Jesús García, secretario de Estado de Cooperación Internacional, para preparar su primer viaje de cooperación que la llevó en mayo de 2015 a Honduras y El Salvador.
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Mucho ha cambiado la sala donde la Reina recibe a sus más estrechos colaboradores. No solo por la decoración sino por la distribución y la funcionalidad del lugar. En sus comienzos como Reina, doña Letizia trabajaba con su equipo en unos sofás, de color claro de marcado estilo clásico y colocaban sus herramientas de trabajo en una mesa baja de color oscuro. Sobre ellos, unos con cojines en tonalidades rojas y burdeos de diferentes tamaños. Como elementos decorativos: una antigua máquina de escribir bajo la mesa de centro, que se eleva sobre una alfombra de tipo persa, y dos mesas auxiliares al tono, coronadas por idénticas lámparas con pantallas blancas redondas y unas cortinas blancas y estampadas.
Parece que doña Letizia no parecía encontrarse del todo cómoda en este lugar y por eso decidió transformarlo por completo: prescindió de todos los muebles, apostó por la practicidad y la amplitud del blanco tanto en paredes como en el resto de los escasos muebles de la estancia. Así, los butacones y la sala de estar han dado paso a una sala polivalente presidida por una mesa redonda con sillas de oficina, sin duda más práctico para las briefings de doña Letizia y las videoconferencias que está realizando en los últimos tiempos. Los cortinones han sido cambiados por unos modernos estores que dejan pasar la abundante luz natural y como elementos decorativos solo hay cuadros de corte abstracto. Parece que la obra central que presidía este lugar, un cuadro de gran tamaño realizado con pintura oscura, podría haberse mantenido. Uno de los objetos que mas llaman la atención de esta sala polivalente es la lámpara de techo de forma circular y de corte muy moderno.
El lugar desde donde la Reina hace sus rondas de contactos durante la pandemia ha sido provisto de un gran monitor, para poder ver a sus interlocutores. Un aparato que también se ha instalado en el despacho de don Felipe, mientras que otros reyes y príncipes europeos optan por los ordenadores o las tabletas para poder ver a las personas con las que hablan.