El trabajo de los Reyes no se para en tiempos de coronavirus. Desde el Palacio de la Zarzuela y gracias a las comunicaciones multimedia, don Felipe y doña Letiziasiguen interesándose por la labor y las necesidades de los colectivos más vulnerables en estos difíciles tiempos de confinamiento y de alerta sanitaria. Dentro de los contactos que están manteniendo con organizaciones sociales, han comenzado una nueva ronda de conversaciones con organizaciones sociales. En concreto, este viernes por la mañana han charlado con los equipos directivos del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), encabezados por su presidente, Luis Cayo y con Cáritas, entre otros organismos.
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CERMI ha tenido oportunidad de explicar a Felipe VI y a su mujer que su misión en estos días es velar por las personas con discapacidad y sus familias, que representan el 10% de la población de nuestro país (más de cuatro millones de habitantes). Este grupo social es especialmente vulnerable en las situaciones de emergencia, por lo que requiere una atención y un acompañamiento más intenso por parte de las autoridades y la sociedad.
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Para remediar, en parte, los efectos del COVID-19 en estas personas, el CERMI ha hecho públicas unas recomendaciones a la vez que ha recordado la necesidad de que no haya discriminaciones por causa de discapacidad, que exista una accesibilidad universal en la información (con medios, canales y formatos universalmente accesibles para las personas con discapacidad) que se apoye a las residencias de personas con discapacidad y que las autoridades sigan contando con la colaboración de la red cívica de organizaciones sociales de la discapacidad.
En sus contactos, los Reyes también han podido conocer de primera mano el testimonio de Mayte Gallego Ergueta, una madrileña con discapacidad física que ostenta la presidencia de la Federación Madrileña de Enfermedades Neurológicas (Femaden). Mayte ha informado a los Reyes de una de las residencias que más está sufriendo los efectos de la emergencia: la residencia de la Fundación del Lesionado Medular en Vallecas. También han conocido, gracias a Marta Valencia Betrán, una zaragozana con discapacidad física, la situación especialmente excluyente que están viviendo las mujeres con discapacidad, sobre todo en materia de violencia y abuso. Además, Manoli Carrión, una invidente de Madrid, ha comentado la situación concreta de las personas con discapacidad mayores y Maribel Cáceres, con discapacidad intelectual de Badajoz, ha relatado los problemas que ha generado esta crisis al colectivo.
Tras estos contactos, los Reyes han tenido otra videoconferencia con Cáritas, en la que han participado su presidente, Manuel Bretón, su secretaria general, Natalia Peiro, y el director de Cáritas Madrid, Luis Hernández Vozmediano. Tras la declaración del estado de alarma en España, esta entidad ha activado sus mecanismos de respuesta a la emergencia social. La situación ha obligado a Cáritas a reorientar toda su actividad, tanto para cumplir los criterios de aislamiento social y prevención declarados por las autoridades sanitarias como asegurar las necesidades de las personas especialmente expuestas al COVID-19 como son los mayores, las personas sin hogar y las familias sin recursos.
En este sentido, esta entidad caritativa de la Iglesia Católica se centra en mantener a pleno rendimiento el acompañamiento de las 2.600 personas mayores que atienden en 30 residencias y doce centros de día en toda España, así como las casi 6.000 personas a las que acompañan en sus propios domicilios. Lo mismo ocurre con las 40.000 personas sin hogar que atienden cada año y a las personas que con la crisis han visto suspendidas sus fuentes de ingresos.
El trabajo de los Reyes está siendo especialmente intenso esta semana. Don Felipe visitó este jueves el hospital de emergencia madrileño en Ifema. El Rey, provisto de guantes y mascarilla, recorrió sin doña Letizia la instalación sanitaria que se ha levantado en el recinto ferial y que acoge a los pacientes más leves afectados por coronavirus. Ya por la tarde, y en compañía de doña Letizia, conversó por videoconferencia con el presidente de Mercadona, Juan Roig. Estas imágenes de la Reina en el despacho de su marido fueron las primeras tras el confinamiento decretado por el Gobierno.
La ronda de contactos de los reyes Felipe y Letizia no ha cesado ahí. El monarca se ha puesto en contacto vía telefónica con la Fira de Barcelona y el presidente del Consejo de Administración, Pau Relat, ha trasladado al jefe del Estado los trabajos en el recinto ferial para cubrir las necesidades sanitarias en la ciudad, así como las perspectivas de actividad económica de la Fira. Por su parte, doña Letizia ha charlado con la Asociación de Mujeres víctimas de trata y explotación sexual. Rocío Mora, directora de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP), quien le ha informado de las acciones emprendidas para atender a estas mujeres en situación de especial vulnerabilidad por el COVID-19. Precisamente a este organismo corresponde el acto del pasado 6 de marzo, al que acudió la Reina y en el que coincidió con Irene Montero, ministra de Sanidad, que posteriormente dio positivo en coronavirus -cabe recordar que tras esta noticia don Felipe y doña Letizia se sometieron al test, que resultó negativo en su caso-.
La directora de APRAMP ha explicado a doña Letizia que han contactado telefónicamente con 419 mujeres para hacer un seguimiento personalizado que permita a la asociación demostrar su posible situación de trata de seres humanos con fines de explotación sexual durante la situación de estado de alarma. Han constatado, en este sentido, que las mujeres demandan recursos de alojamiento, alimentación, productos de higiene, ayudas económicas y material preventivo ante el coronavirus, así como alimentación para las mujeres que tienen a su cargo a hijos menores. Rocío Mora ha advertido de que la vulnerabilidad de las mujeres, especialmente las víctimas de trata, aumenta ante la falta de ingresos económicos. Se incrementa la deuda con los proxenetas, puesto que deben pagar habitación, suministros y alimentación y, además, están excluidas del sistema sanitario. Algunas mujeres presentan sintomatología relativa al coronavirus y es en estos casos cuando se encuentran aisladas en habitaciones, pero también es cierto que existen varios pisos en los que todas las mujeres presentan síntomas.