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El rey Juan Carlos habrá abdicado la Corona, pero no su amor por España. Sigue haciendo gala igual que siempre de su españolismo allá donde van nuestros héroes nacionales y allá donde arraigan nuestras tradiciones más profundas. Ha sido el primer fan de Rafa Nadal y Garbiñe Muguruza en las pistas de tenis del mundo; de Dani Pedrosa, de Jorge Lorenzo y de Marc Márquez en los circuitos de Moto GP; de Carlos Sainz Jr y de Fernando Alonso en los Grandes Premios de F1, y en las plazas de los maestros del toreo, broche de oro y grana de su agenda oficial.
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Cómo no del deporte rey en los encuentros decisivos de los torneos de Europa. Ayer mismo fue a apoyar en el palco del estadio Santiago Bernabéu, junto a Florentino Pérez, al Real Madrid que se batía con el Manchester City en la ida de octavos de final de la Champions League. El rey Juan Carlos no pudo ver ganar a su Madrid, que no tuvo su mejor partido y perdió finalmente por 2-1. Pero la reina Sofía sí volvió a ver triunfar otra de sus causas. Acompañada por el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, presidió ayer también una nueva entrega de los Premios Iberoamericanos del Mecenazgo.
La presente edición reconoció la labor de la empresaria Esther Koplowitz y del presidente de la Hispanic Society of America, Philippe de Montebello. La cita en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que coincidía con la celebración en Madrid de la feria de arte contemporáneo ARCO, reunió hasta 150 invitados entre los que figuraban empresarios, coleccionistas y mecenas de América Latina y España.
El mecenazgo se vistió de glamour para la ocasión, empezando por la reina Sofía, que lució un favorecedor traje de chaqueta y falda de cuadros vichy en tonos grises, y por la propia premiada, Esther Koplowitz, impecable de punta en blanco. Y siguiendo por su hermana, Alicia Koplowitz, ex propietaria de Construcciones y Contratas, que hizo una apuesta segura de elegancia con un traje pantalón negro y una chaqueta a tono con el detalle de las solapas en blanco; por el Duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, premiado en ediciones anteriores, cuya presencia siempre engrandece la lista de invitados, y por la modelo Eugenia Silva, que dio razones de su distinción y belleza con un vestido negro y una torera a tono con mangas abullonadas.
Todos tuvieron un momento para hablar y saludar a la reina Sofía. La premiada también aprovechó la oportunidad del agradecimiento para dedicarle unas cariñosas palabras a la reina Sofía, a quien se refirió como “la reina solidaria” por su ejemplar apoyo a distintas causas, incluidas las culturales. Esther Koplowitz, la dama de la Solidaridad, hacía así partícipe de su reconocimiento a doña Sofía, la reina de la Solidaridad. Porque los grandes se admiran.
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