Poco más de un mes de su fallecimiento, el rastrillo Nuevo Futuro, la asociación benéfica de la que la infanta Pilar era presidenta de honor, ha querido dedicarle una misa funeral en la iglesia de San Francisco de Borja de Madrid, a la que han asistido muchos familiares y seres queridos. Tras el entierro íntimo en el que la familia más cercana despidió a la hermana del rey Juan Carlos tras ser incinerada, y el solemne funeral celebrado el 29 de enero en San Lorenzo del Escorial, la organización del famoso mercadillo decidía hacerle un homenaje póstumo, que se espera que sea el primero de otros actos en recuerdo de la infanta.
A la iglesia, situada en el barrio de Salamanca, llegaban en torno a las 20 horas del viernes, sus hijos Simoneta y Beltrán Gómez-Acebo, que recibían el calor de muchos de sus seres queridos que se acercaron a despedir una vez más a doña Pilar como Beatriz de Orleans, el marqués de Griñón y su esposa Esther Doña, Laura Ponte, y el presentador Albert Castillón, que acudía con su pareja. La elección del templo. Tampoco ha faltado la presidenta de Nuevo Futuro, Pina Sánchez, que explicaba hace unos días que la elección del templo no era casual, sino que se eligió porque es grande, céntrico y de fácil acceso para todos aquellos que deseen asistir.
Además, las imágenes confirman la evolución favorable de Simoneta Gómez-Acebo, que tuvo que ser ingresada a causa de una fuerte neumonía tan solo una semana después de la muerte de su madre. Cinco días después, abandonaba por su propio pie el centro hospitalario con muy buen aspecto, para continuar con la recuperación en casa, algo que no le impidió estar presente en todos los homenajes realizados a doña Pilar desde entonces.
Al margen de esta misa, en Nuevo Futuro continúan pensando en organizar algún otro homenaje, todavía por determinar, para dar constancia del legado que deja la infanta Pilar de Borbón, gracias a su firme y decidido apoyo a lo largo de los años en esta asociación que organiza cada año un mercadillo benéfico con el objetivo es proporcionar un hogar digno a niños y adolescentes que, por circunstancias de la vida, no han podido tenerlo. Allí se reunía año tras año doña Pilar con amigas y conocidas, para poner su granito de arena en los puestos de restauración, antigüedades, decoración, moda...
Con este misa funeral concluía la última despedia pública a la infanta, que falleció el pasado 8 de enero a los 83 años a causa del cáncer de colon que padecía. La hermana de don Juan Carlos fue incinerada junto a su marido en el cementerio sacramental de San Isidro de Madrid, como era su deseo, tras un entierro privado de la familia, que ofreció posteriormente un funeral público en la Catedral de la Almudena, además de la solemne misa en San Lorenzo del Escorial.