Los reyes Felipe y Letizia han comenzado el mes de febrero con una agenda intensa y cargada de importantes actos de gran envergadura institucional. El lunes les veíamos, junto con sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, en la solemne ceremonia de apertura de la XIV Legislatura en el Congreso de los Diputados. Un día después, doña Letizia acudía a un foro contra el cáncer y el monarca entregaba los despachos de secretario de embajada antes de mantener un encuentro con el presidente de Argentina, Alberto Fernández. Este miércoles, los Reyes han acudido al Palacio Real con motivo de la recepción del Cuerpo Diplomático acreditado en España.
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El acto ha comenzado en el Salón de Gasparini, donde Sus Majestades han saludado a los embajadores y al resto de invitados. Después, el monarca ha pronunciado un discruso en el en el Salón del Trono para celebrar los lazos y las relaciones de amistad y cooperación que nuestro país mantiene con el resto de naciones. Este encuentro con los representantes extranjeros se realiza en prácticamente todas las Casas Reales a principios de año.
Para esta cita, la etiqueta exigía chaqué para los caballeros y vestido largo para las damas. En esta ocasión, la Reina ha repetido traje y ha llevado el diseño azul de terciopelo de Felipe Varela que estrenó en la Pascua Militar de 2018. La pieza tiene cuello bebé, botones en el pecho y un cinturón que resalta su figura. Al igual que en aquella ocasión, doña Letizia también ha lucido los pendientes desmontables con criollas de topacio azul y diamante blanco y colgante de brillantes con topacio azul en forma de lágrima, que la firma Bvlgari le regaló con motivo del nacimiento de la princesa Leonor. La Reina se ha peinado con un moño bajo con raya al medio y con dos mechones ondulados sobre el rostro.
Uno de los que ha mostrado su emoción por acudir a este acto ha sido Hugh Elliott, el embajador británico en España y Andorra, que ha posado antes de partir rumbo al Palacio Real con el uniforme inspirado en la corte británica del siglo XIX y que “solo se usa en otros siete puestos de servicio diplomático”, ha dicho. Los embajadores británicos usan esta particular vestimenta, entre otros Estados, en la Santa Sede, Tailanda y España. Se trata de un frac de cola azul forrado con seda negra trenzada y botones dorados. El representante de Isabel II en nuestro país también llevo un sombrero bicornio con plumas.
Una vez en el Salón del Trono, el Rey ha deseado buenos deseos para el nuevo año y ha reflejado cómo se proyecta España hacia el exterior. "Priorizaremos la diplomacia preventiva, la mediación y la diplomacia humanitaria. La protección y la promoción de los derechos humanos continuará como un elemento vertebrador y definidor de nuestra acción exterior. En particular, la mejora de la condición de la mujer en el mundo es una tarea inaplazable", ha dicho el soberano en un extenso discurso en el que ha mencionado la nueva Legislatura, en el que ha hablado de que "la España de hoy no puede entenderse sin su pertenencia a la Unión Europea", de Iberoamérica, "de lo que ocurre en el Mediterráneo", de África y ha recordado su visita a Japón del año pasado con motivo de los actos de entronización del emperador Naruhito y la gira por Corea.
Los Estados organizan su diplomacia de diversas formas, según sus tradiciones administrativas o su concepto de cómo ha de ser la conducción de los asuntos exteriores. En España, siguiendo la tradición latina, la profesión diplomática se estructura en torno a un cuerpo general – la Carrera Diplomática – que pertenece al Ministerio de Asuntos Exteriores y utiliza en el extranjero funcionarios de otros cuerpos pertenecientes a aquellos Ministerios (Defensa, Cultura, Comercio, etc.) que por sus actividades poseen un sector exterior.
En España, a la Carrera Diplomática se ingresa mediante oposición, como ocurre con cualquier otro escalafón de la función pública estatal. Sus miembros se rigen por las disposiciones que regulan la función pública, sin más peculiaridades que las requeridas por la naturaleza de sus funciones.