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Desde su fallecimiento, el pasado 8 de enero, como consecuencia de un cáncer de colon del que había sido tratada en varias ocasiones y que la mantuvo ingresada desde la víspera de Reyes, se han sucedido los homenajes en memoria de la infanta Pilar, hermana mayor de don Juan Carlos y tía, por tanto, del rey Felipe. Hace solo dos días -el pasado miércoles, para ser más exactos-, la realeza europea y la Grandeza de España asistieron a un solemne funeral en el Real Monasterio de El Escorial. Este viernes, un día después del 52 cumpleaños del monarca, la familia de la duquesa de Badajoz se ha vuelto a reunir, aunque en unas exequias mucho más privadas.
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Así, los familiares de la infanta Pilar se han desplazado hasta la madrileña Catedral de la Almudena, donde a partir de la siete de la tarde ha dado comienzo una misa en recuerdo de la hermana de don Juan Carlos.
Esta Eucaristía ha tenido lugar en la más estricta intimidad, al contrario de lo que sucedió el miércoles, cuando al funeral de quien fuera uno de los miembros más queridos de la monarquía española acudieron más de 500 personas, entre ellas los reyes Felipe y Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía, Beatriz de Holanda, Margarita de Bulgaria, Beatriz de Orleans, el duque de Alba, la baronesa Thyssen, Eugenia Martínez de Irujo, Luis Alfonso de Borbón, Don Duarte de Braganza, Esther y Alicia Koplowitz y las infantas Elena y Cristina.
A la misa de este viernes, además de los cinco hijos de la infanta Pilar -Simoneta, Juan, Bruno, Beltrán y Fernando Gómez-Acebo-, han asistido la infanta Margarita con su marido, Carlos Zurita; la hija de ambos, María Zurita; Bárbara Cano -esposa de Bruno Gómez-Acebo-, Andrea Pascual -esposa de Beltrán-, Laura Ponte -exmujer de Beltrán-, Susanna Griso -amiga de María Zurita-; Konstantin de Bulgaria, Carolina Adriana Herrera y todos aquellos ciudadanos que así lo han querido, pues aunque este funeral era más privado que el anterior -en el sentido de que no había representación de la aristocracia y la realeza española ni europea-, sí ha estado abierto al público.
Como no podía ser de otro modo, el recuerdo a la tía del rey Felipe ha estado muy presente. Cabe recordar que, aunque por ser infanta de España tenía derecho a ser enterrada en el Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial, ella prefirió que sus restos descansaran con los de su marido, Luis Gómez-Acebo, en el panteón familiar.