Este lunes se cumplen 75 años del cierre de uno de los capítulos más negros de la historia de Europa. El 27 de enero de 1945 tenía lugar la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, una fecha grabada a fuego en la memoria del continente y que, hoy, sus más altos mandatarios conmemoran en el lugar de los hechos. Los reyes de España, junto a sus homólogos Guillermo y Máxima de Holanda, Felipe y Matilde de Bélgica, Victoria de Suecia y Hakoon de Noruega, han asistido a la solemne ceremonia celebrada bajo una imponente carpa en la que se ha homenajeado a las víctimas de holocausto, en presencia de alrededor de 200 supervivientes.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Han sido precisamente las víctimas del horror las protoganistas del acto, ya que sus desgarradores testimonios han sido el hilo conductor del mismo. En primera fila, escuchando atentamente con la expresión consternada, se encontraban don Felipe y doña Letizia junto a buena parte de sus homólogos europeos y el presidente de Polonia, Andrzej Duda, con su esposa, Agata Kornhauser-Duda, entre otros líderes internacionales. El encuentro entre los representantes de las diferentes Casas Reales se ha producido en un contexto muy diferente al de la última cumbre de la realeza europea, que tuvo lugar en la coronación de Naruhito de Japón el pasado octubre. En esta ocasión, el telón de fondo está teñido del recuerdo de la oscura etapa del nazismo que se mantiene vivo gracias a la palabra, escrita y hablada, de los que lo sufrieron.
Tras la ceremonia, los asistentes han encendido velas en recuerdo a las víctimas del genocidio, al igual que se ha hehco con motivo de este aniversario en multitud de conmemoraciones de todo el mundo. Los Reyes, acompañados de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, se han sumado al homenaje y se han acercado cabizbajos a una placa en homenaje a quienes sufrieron la barbarie nazi para depositar las velas.
La ceremonia ha tenido lugar en el campo de Birkenau, situado a unos tres kilómetros de Oswiecim, donde fueron asesinadas la mayoría de las víctimas y que contaba con más de 90.000 prisioneros en 1944. Allí, sobre las tétricas vías del tren y ante la famosa entrada al campo se ha desplegado la carpa que ha acogido a las diferentes delegaciones y a los supervivientes que regresan al lugar que desearían no haber conocido.
Antes de dar comienzo este acto, don Felipe y doña Letizia, que visitaban por primera vez de forma oficial el que ha sido uno de los mayores centros de exterminio durante el nazismo, han participado en una visita guiada por el mismo. Muy abrigados y con rostro serio, han recorrido parte del lugar y han visitado con una guía y otras autoridades el museo del campo de concentración. Después, han depositado una corona de rosas rojas y amarillas, que se ha sumado a otros muchos arreglos florales, junto al llamado muro de la muerte, en el que fueron fusiladas miles de prisioneros.
El campo se creó en 1940 cerca de Oswiecim, en la Polonia ocupada. Inicialmente, fue concebido como una prisión para los polacos detenidos durante las redadas masivas, pero terminó convirtiéndose en el mayor centro de exterminio de judíos europeos una vez que comenzaron las deportaciones al mismo en 1942. Se estima que entre sus muros fueron asesinadas más de un millón de personas, la mayor parte judios, según los datos del Memorial y Museo Auschwitz-Birkenau. Varios días antes de su liberación, los alemanes obligaron a casi 60.000 exhaustos prisioneros a marchar hacia el oeste para trasladarlos a otros campos de concentración. En esa marcha de la muerte fallecieron entre 9.000 y 15.000 personas. Cuando el Ejército Rojo soviético liberó el campo el 27 de enero de 1945 tan solo se encontró a unos 7.000 prisioneros.
Con este acto en Auschwitz, don Felipe culmina toda una serie de eventos en los que ha participado con motivo del aniversario de la liberación de este campo de exterminio. La semana pasado, el Rey viajó a Jerusalén donde participó en el V Foro Mundial del Holocausto. Allí acudió a una cena de bienvenida que el presidente de Israel ofreció en su residencia a los líderes internacionales presentes en esta cumbre y compartió mesa con jefes de Estado como Guillermo de Holanda, Felipe de los belgas, Haakon de Noruega, el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, el de Argentina, Alberto Fernández, así como el primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu, y la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
Los Reyes visitan Auschwitz-Birkenau