Don Felipe y doña Letizia no son ajenos al macroevento que comienza este lunes en Madrid y que reunirá, durante más de diez días, a mandatarios de todo el mundo para debatir acerca del cambio climático. Los Reyes han querido sumarse a esta cumbre y, aunque no han acudido a la inauguración de la Conferencia de Naciones Unidas que se lleva a cabo en Ifema, han ofrecido una recepción en el Palacio Real de Madrid el mismo día en el que se han iniciado los actos de la ONU y que ha estado amenizada por una orquesta de instrumentos reciclados de la empresa Ecoembes.
Cumbre del clima: las 'celebrities' más concienciadas con el medioambiente
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Así, el monarca, que minutos antes recibía a algunos de los presidentes extranjeros que han asistido a la inauguración de la cumbre, entre ellos, el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina; y el de Ecuador, Lenín Moreno, ha ejercido de perfecto anfitrión junto a su esposa, que ha escogido para la ocasión un estilismo muy sobrio a la par que sofisticado y elegante, formado por falda midi asimétrica en negro, top blanco, zapatos de salón a juego y un recogido con un moño, inspirado en el estilo bailarina que ya ha lucido en alguna ocasión.
Los Reyes han saludado en un besamanos a todos los invitados a la recepción, entre los que se encontraban el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y dos miembros de la realeza: el Gran Duque Enrique de Luxemburgo y el príncipe Alberto de Mónaco -al que han saludado los Reyes de forma cariñosa-. Posteriormente han posado con ellos para los fotógrafos convocados para tal efecto. Cuando el primer ministro portugués, António Luís Santos da Costa, ha saludado a los Reyes, doña Letizia no se ha limitado a estrechar su mano protocolariamente, sino que le ha dado dos cariñosos besos, señal de la buena sintonía que existe entre ellos. Algo que también ha sucedido con Mauricio Macri, presidente argentino, y con el propio Alberto de Mónaco.
Ya en otra de las salas, don Felipe se ha dirigido a todos los presentes con unas palabras en castellano y la mayor parte del discurso en inglés, en las que no se ha olvidado de Chile, lugar en el que estaba previsto que se celebrara la Convención sobre cambio climático. Pero la situación actual que se vive allí hizo que el Gobierno chileno renunciara a actuar como anfitrión. Fue el pasado 1 de noviembre cuando se decidió que lo hiciese España y, más concretamente, Madrid.
Esta cumbre, que entró en vigor en el año 1994, ha sido la herramienta principal para que los países puedan ahondar en su compromiso de lucha contra el cambio climático y trabajen de manera conjunta, con un marco institucional adecuado, a fin de establecer nuevas metas y conseguir objetivos, como la reducción de emisiones para 2030. Para ello, esta cumbre se celebra de manera periódica y, cómo mínimo, una vez al año.