Este martes los reyes Felipe y Letizia eran agasajados por el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel y su esposa, Lis Cuesta, con una cena celebrada en el Palacio de la Revolución, a la que asistieron el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, así como otros miembros de la delegación. Durante la velada se sirvió vino español y los comensales pudieron disfrutar de la gastronomía del país. Un día después, el miércoles, les tocaba el turno a los Reyes, que ejercían de perfectos anfitriones con una invitación llevada a cabo en otro palacio.
Concretamente, en el de los Capitanes Generales, un edificio ubicado en La Habana Vieja y considerada la obra arquitectónica más importante de la época barroca en Cuba. Construido en 1776, tiene en su patio interior una estatua de Cristóbal Colón. Es el mismo palacio que acogía, horas antes, el intercambio de regalos de los Reyes con las autoridades locales de La Habana. Allí recibía don Felipe la Giraldilla, símbolo de la ciudad y máxima distinción de la capital cubana y allí hacía entrega del repostero -una suerte de tapiz- realizado por la Real Fábrica de Tapices.
Tras mantener un encuentro con diversas figuras de la sociedad civil, don Felipe y doña Letizia han ofrecido lo que se conoce como cena de retribución, durante la cual el Monarca ha pronunciado unas palabras, como ya hizo durante su recepción a la colectividad española afincada en Cuba.
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Felipe VI recordó ante el presidente cubano que España llevó a Cuba la concepción de los derechos humanos universales, defendió su respeto y subrayó que es el propio pueblo cubano el que debe decidir sobre su futuro porque "los cambios en un país no pueden ser impuestos".
Resaltó también que es necesario la existencia de instituciones que representen a todos los ciudadanos y que éstos puedan expresar por sí mismos sus preferencias y encontrar en ellas "el adecuado respeto a la integridad de sus derechos, incluyendo la capacidad de expresar libremente sus ideas, la libertad de asociación o la de reunión". En esa línea, señaló que una lección segura que se extrae de la historia es que la evolución, la adaptación y el cambio son inevitables. "Nada queda congelado en el tiempo, y quien se resiste a su paso pierde la oportunidad de colaborar en el diseño de ese futuro que ya está naciendo o, más aún, que ya está aquí", añadió.
Felipe VI ofreció a Díaz-Canel la experiencia española para el proceso de cambio en el que está inmerso su país, y destacó lo que supuso para España su vigente Constitución de 1978 y que dijo que se fundamentó en el pacto, la negociación, el consenso y la reconciliación.
Horas antes de este acto, los Reyes mantuvieron un encuentro con una representación de la sociedad civil cubana, integrada por sectores muy diversos como organizaciones sociales y de masas y las organizaciones o asociaciones científicas o técnicas, culturales y artísticas, deportivas, de amistad y solidaridad, periodismo, intelectuales y “cuentapropistas”, con una franja de edad comprendida entre los 30 y los 60 años, muestra una heterogeneidad con el denominador común de representar a una parte importante y profesionalmente activa del actual tejido social cubano.
Esta cena no solo pone fin a la intensa jornada de los Reyes en Cuba, sino que también da por finalizadas las cenas oficiales en el país, dado que este jueves, después de cumplir con varios compromisos institucionales, don Felipe y su esposa pondrán rumbo a España.
Así ha sido la segunda jornada de los Reyes en Cuba