El Rey en los Premios Princesa de Girona: 'No pueden tener cabida ni la violencia, ni la intolerancia, ni el deprecio a los derechos y libertades de los demás'
Don Felipe ha dirigido unas palabras a los premiados y a los asistentes a la ceremonia celebrada en el Palacio de Congresos de Barcelona
Un año más don Felipe ha pronunciado unas palabras, como siempre algunas también en catalán, en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Girona, que reconocen el emprendimiento y los proyectos innovadores de jóvenes de entre 16 y 35 años. Sin embargo, ésta no ha sido una edición cualquiera, ya que su hija, la princesa Leonor, se estrenaba en esta entrega de premios y pronunciaba su discurso antes que su padre, revalidando así la fantástica oratoria que ya demostró en los Premios Princesa de Asturias. Además, el Rey no viajaba a Cataluña desde la sentencia del procés que desató toda una serie de disturbios callejeros, por lo que su llegada a la ciudad condal se hizo entre fuertes medidas de seguridad. Felipe VI no ha eludido en su discurso ni la excepcionalidad de las circunstancias de la visita ni el importante momento que vive la Princesa de Asturias.
- "La princesa Leonor está empezando a asumir sus obligaciones con ilusión y sentido del deber"
- "No pueden tener cabida ni la violencia, ni la intolerancia ni el desprecio a los derechos y libertades de los demás"
- "Son los principios y valores que hoy reconocemos y celebramos en este acto en Cataluña los que dan sentido en nuestros días a la Fundación y la proyectan hacia el futuro"
- Un mundo en el que nuestros jóvenes no pueden vivir aislados, recluidos en fronteras impermeables. En el que las fronteras hoy las marcan el conocimiento, la formación, la educación y la investigación"
A continuación, reproducimos el discurso íntegro del jefe del Estado:
No creo que os descubra nada, ni os sorprenda, al confesaros que oír aquí esta tarde las palabras que nos ha dirigido a todos, nuestra hija, la Princesa de Asturias y de Girona, nos llena a la Reina y a mí de una enorme alegría, porque volvemos a comprobar que la Princesa Leonor está empezando a asumir sus obligaciones con ilusión y sentido del deber.
También porque lo hace, como ella misma nos acaba de decir, desde una ciudad y una tierra que ocupan un lugar muy importante en su corazón. Pero, sobre todo, porque hoy nos acompaña, junto a su hermana la Infanta Sofía, en la satisfacción compartida de celebrar el 10º aniversario de la Fundación Princesa de Girona. Título que ella lleva con orgullo consciente de su significado histórico e institucional.
Desde aquí, desde la capital catalana, queremos hacer llegar a las demás ciudades de España todo aquello que, desde Girona, la Fundación ha logrado ofrecer a miles de jóvenes en estos primeros 10 años de vida. Y lo hacemos con una visión amplia, con afán integrador, una clara vocación innovadora y con la ambición de llegar cada día más lejos e impactar de manera más constructiva y útil en la juventud.
“Siempre con los jóvenes” es el lema que la Fundación ha elegido para definir su razón de ser. Cuando en el año 2009 varias entidades, organizaciones y destacados representantes de la sociedad civil de Girona y de Cataluña constituyeron la entonces Fundación Príncipe de Girona, aspiraron a convertirla en un referente de apoyo a los jóvenes. Para ello, contaron con el impulso y la generosidad de un patronato que ha ido creciendo hasta llegar a las casi 90 entidades de primerísimo nivel y de diversos lugares de España que conforman su órgano de gobierno principal.
A este Patronato se le unió un Consejo Asesor, formado por personalidades de gran prestigio en campos muy diversos, cuyas propuestas toman forma y son llevadas a cabo gracias al equipo humano de la Fundación. Permitidme así, que mis primeras palabras de agradecimiento en este 10º aniversario sean para sus fundadores, para otras muchas personas que impulsaron la Fundación en sus primeros momentos y para los dos presidentes que la Fundación ha tenido: Toni Esteve y Francisco Belil.
Quiero agradecer también a todos los ponentes y artistas que nos han acompañado esta tarde: thank you Hugh and Nathalie for coming from far to share with us your perspectives on science, technology and the future; also on what we are capable of doing as humans to overcome obstacles and improve ours and other peoples’ lives. Qué maravilla escucharos, Auxiliadora, Soleá y Sole −y a Pablo, aunque en la distancia. Vuestra generosidad quedará para siempre jamás en el recuerdo de todos los que hemos tenido la suerte de estar aquí hoy.
Vamos ahora con nuestros galardonados Princesa de Girona 2019. Permitidme, por tanto, que empiece por felicitarles muy especialmente a los cinco: Ignacio, Rafael, Begoña, Xavier y Maria.
Estos jóvenes extraordinarios se incorporan hoy a una comunidad formada por casi cincuenta profesionales de ámbitos como la empresa, las artes y las letras, el compromiso social o la investigación científica que, durante los últimos diez años, han ido ocupando el mismo lugar que hoy ocupan en este escenario nuestros galardonados, gracias a un trabajo impecable de los diversos jurados. Al inicio de este acto hemos podido recorrer la historia de los Premios, gracias a la mano decidida de Antonella Broglia y en voz de algunos de sus premiados. Emoción y orgullo son las palabras que mejor definen lo que hemos sentido los que estamos en esta sala.
Esta ceremonia que mis palabras ahora clausuran ha sido posible también gracias al trabajo de otros dos premiados: Rafael Villalobos a cargo de la dirección artística y Andrés Salado guiándonos con su batuta a lo largo de la tarde. No sabéis lo mucho que significa para la Fundación y para nosotros vuestra implicación generosa y entusiasta en un día como hoy. Gracias a los dos en nombre de todos.
Permitidme ahora que dedique unas palabras a cada uno de los premiados de este año:
El pasado mes de febrero, el jurado del Premio Empresa 2019 reunido en Las Palmas de Gran Canaria pudo comprobar cómo el neurólogo Ignacio Hernández Medrano ha sabido aprovechar sus diez años en el servicio de neurología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, para fundar “Savana”, una plataforma de inteligencia artificial capaz de acelerar y expandir la investigación médica, así como incrementar la calidad asistencial a los pacientes. “Savana” es capaz de leer y analizar los datos de millones de casos clínicos –más de 180 millones, en estos momentos– para generar modelos predictivos que anticipan la mejor actuación ante un paciente.
Ignacio está también detrás de “Mendelian”, un motor de búsqueda de enfermedades raras que permite a los profesionales sanitarios agilizar el diagnóstico.
El objetivo de la Fundación Princesa de Girona es ayudar a que nuestros jóvenes puedan construir un futuro mejor para ellos y para la sociedad en la que viven. El trabajo de Ignacio Hernández Medrano ejemplifica a la perfección este propósito.
El Premio 2019 en su categoría “Artes y Letras”, ha recaído en esta ocasión en el director de escena sevillano Rafael Rodríguez Villalobos. Formado en Madrid, Barcelona y Roma, Rafael ha presentado sus trabajos en Italia, Alemania, Hungría o el Reino Unido, en producciones avaladas tanto por el público como por la crítica. El jurado quiso destacar la capacidad de Rafael para crear universos de un profundo atractivo plástico, pero también su visión de la ópera como una herramienta de construcción social e individual, partiendo de lecturas contemporáneas desde la ambición de un diálogo honesto con el público.
El trabajo de Rafael tiene un claro paralelismo con las acciones de la Fundación. Como él mismo nos recuerda, un director de escena es, en última instancia, el encargado de coordinar el talento de muchas personas, algo que, como bien sabéis, está en el ADN de nuestra Fundación.
Rafael comprendió desde muy pronto la necesidad de compartir su talento con los intérpretes, artistas y colaboradores para materializar sobre los escenarios sus propias ideas y las de los demás miembros del equipo. En la Fundación nos sentimos especialmente identificados con esta forma de entender el trabajo en equipo, donde la suma de múltiples talentos y perspectivas produce siempre el mejor de los resultados posibles.
En marzo, se falló en Cáceres el Premio Social 2019, que recayó en la emprendedora social Begoña Arana Álvarez. Desde los 17 años, Begoña empezó a ayudar a las personas más desfavorecidas de su ciudad natal, dedicando una parte muy importante de su tiempo a buscar alternativas para mejorar la vida de quienes más lo necesitan. Colaborando en lugares como el Centro Penitenciario de Algeciras o como miembro del equipo de prevención de maltrato Infanto-juvenil del Campo de Gibraltar, Begoña comprendió en seguida la importancia de luchar por una sociedad mucho más justa y por el equilibrio del cumplimiento de los derechos fundamentales. De ese empeño surgió en su iniciativa “Nuevo Hogar Betania”, que tiene como objetivo generar oportunidades en un contexto socioeconómico de altísima vulnerabilidad.
La Fundación entendió desde el principio que nuestros jóvenes tienen una gran responsabilidad, ya que vivimos en un mundo cambiante y acelerado que plantea incertidumbres cada vez mayores. De ahí que, desde Girona, trabaje cada día para dotar a los jóvenes de las herramientas necesarias para afrontar los nuevos desafíos. Y es esto lo que justamente vio el jurado en Begoña: su capacidad de gestión y resiliencia en la recuperación de un recurso dirigido a generar oportunidades en un contexto de extrema complejidad y en un momento histórico que requiere de espacios de referencia donde las personas puedan convivir y sentirse parte de un mundo más digno y justo.
Fue en Santiago de Compostela donde se anunció el ganador de la categoría Investigación Científica 2019: el barcelonés Xavier Ros-Otón. Pese a sus escasos 30 años, este joven, formado en España, Estados Unidos y Suiza, es uno de los matemáticos más brillantes y de mayor impacto a nivel mundial. La comunidad matemática internacional le ha reconocido como uno de los investigadores de mayor influencia por sus trabajos sobre ecuaciones en derivadas parciales; una aportación tan fundamental que Xavier fue reconocido el pasado año como el matemático más citado de su edad en el mundo.
Tal vez, a algunos de los más jóvenes hoy aquí presentes les sorprenda oír –o tal vez no…– lo que Xavier reconoció hace unos meses: que algunas de las cosas que le enseñaban en sus clases de matemáticas en el instituto le parecían francamente aburridas. Fue su paso por diferentes concursos académicos lo que despertó su interés por la investigación en esta materia. Con los años, Xavier comprendió que, en ciencia, y en matemáticas especialmente, es muy importante hacerse las preguntas correctas para que la sociedad avance.
Aunque las acciones de la Fundación en estos primeros años se han centrado principalmente en nuestro país, su vocación ha sido siempre global. Como acabamos de escuchar hace un momento, “Todos los jóvenes son uno solo”: un joven de Girona o Barcelona tiene muchísimas cosas en común con un joven de cualquier otro lugar del mundo. Sus anhelos y los retos a los que se van a enfrentar en los próximos años son los mismos.
Por esta razón, y coincidiendo con el 10º aniversario, la Fundación quiso crear el nuevo Premio Internacional que pretende reconocer la trayectoria profesional y personal de jóvenes de cualquier parte del mundo que destaquen por su trabajo, sus méritos y su ejemplaridad.
El jurado de esta nueva categoría, reunido en Girona el pasado mes de junio, otorgó el galardón a la joven abogada y psicóloga árabe-israelí Maria Jammal, cofundadora y directora ejecutiva de la ONG Humanity Crew, por su capacidad para hacer visibles los problemas de salud mental que sufren los refugiados y por crear soluciones para ellos. Desde su creación en 2015, Humanity Crew, integrada por 250 voluntarios, ha atendido a 13.000 personas y ha prestado 35.000 horas de soporte psicológico.
María sabe que la salud no existe sin salud mental y es por ello por lo que reclama a los gobiernos que la sitúen en el centro de la estrategia de la ayuda humanitaria. Ha sido emocionante escucharla hace un momento.
Maria, Xavier, Begoña, Rafael, Ignacio. Recibid en nombre de todos, particularmente de los que formamos parte de la Fundación, nuestra más sincera felicitación y agradecimiento.
Señoras y Señores,
Permitidme ahora que nuevamente continúe mis palabras en catalán, como lo hago siempre que tengo la oportunidad de estar en Cataluña y como por primera vez lo ha hecho la Princesa de Girona.
Hay ocasiones en las que las presencias adquieren un significado más trascendente que las palabras; en las que, a través de actitudes, se expresan también profundas convicciones y sentimientos. Y hoy es una de esas ocasiones, una de esas ocasiones importantes.
Hoy asisten a este acto cientos de jóvenes, procedentes de Cataluña y de muchas otras partes de España, que representan a una juventud preocupada y comprometida con su futuro.
Hoy tenemos la alegría de tener entre nosotros a personas muy representativas de entidades y asociaciones de gran relevancia en nuestra sociedad.
Y hoy también están presentes representantes de las principales instituciones de nuestro Estado democrático y constitucional que acompañan aquí en Barcelona a la Fundación Princesa de Girona, no solo en su 10º aniversario, sino sobre todo a lo que la Fundación representa: sus principios y valores,… su objetivo esencial desde que nació hace ahora 10 años: la ayuda a nuestros jóvenes.
Es el mensaje de compromiso con nuestra juventud y su futuro de quienes encarnan hoy la máxima representación democrática de nuestra sociedad; la de un pueblo que decidió hace más de 40 años reencontrarse para convivir juntos en libertad bajo principios democráticos; reconocerse en el valor de su diversidad y afrontar con lealtad y confianza la superación del pasado y la construcción de una sociedad moderna y avanzada, integrada en Europa y abierta al mundo.
Y en ese gran proyecto democrático que nos unió a todos, en ese deseo de no volver a detener la historia, de no quedar al margen de la evolución de los tiempos, la contribución de Cataluña fue inspiradora para el resto de España. Una Cataluña orgullosa de sus señas de identidad, plural e integradora, constructiva y solidaria con el progreso general; en la que el esfuerzo, la responsabilidad, el compromiso, el respeto y el espíritu cívico enriquecieron las raíces de la sociedad democrática que hoy disfrutamos.
Esos valores representan, sin duda, la mejor historia de Cataluña; no deben ni pueden ser un recuerdo del pasado, sino una realidad efectiva de nuestro presente y de nuestro futuro. Una realidad en la que no pueden tener cabida ni la violencia, ni la intolerancia ni el desprecio a los derechos y libertades de los demás.
Pues bien, esos valores y esos principios son los que dieron lugar al nacimiento de la Fundación. Son los que tejieron complicidades y generaron ilusiones. Son los que unieron a muchos catalanes y a otras muchas personas de toda nuestra geografía. Son los principios y valores que hoy reconocemos y celebramos en este acto en Cataluña; los que dan sentido en nuestros días a la Fundación y la proyectan hacia el futuro. Desde Cataluña para el resto de España, para Europa y para el mundo del siglo XXI.
Un mundo en el que nuestros jóvenes no pueden vivir aislados, recluidos en fronteras impermeables. En el que las fronteras hoy las marcan el conocimiento, la formación, la educación, la investigación; también los valores humanísticos que inspiran la defensa de un mundo más justo, más solidario, más sostenible.
Un mundo en el que conocer culturas que no son las propias enriquece y emociona, en el que asumir nuevas ideas en nuestra forma de pensar ayuda a matizar nuestro mundo interior y nuestra visión de las cosas; en el que salir a otros lugares nos engrandece y nos da nuevas perspectivas; en el que disponer de referencias sólidas y liderazgos, apasionados pero serenos −como los de nuestros premiados–, ayuda a afrontar las incertidumbres de los tiempos en los que vivimos.
El impacto en la vida de miles de jóvenes de las iniciativas y programas promovidos por la FPdGi en su primera década nos satisface y nos enorgullece. Desde Girona y sus comarcas, y desde todos los rincones de España, la Fundación seguirá acompañando a los jóvenes en su camino, ayudándoles a construir su futuro, su proyecto de vida personal y profesional.
Y acabo. Decía hace unos minutos que hay ocasiones en que los gestos o las actitudes son mucho más elocuentes que las palabras.
Pues bien, vaya hoy para todos los presentes y especialmente para la FPdGi mi aplauso, todo mi aliento y mi ánimo, y todo mi reconocimiento –muy sentido y profundo– a 10 años de trabajo duro, eficaz, lleno de ilusión y comprometido con Cataluña, con toda España, con los jóvenes y con su futuro.
Muchas gracias.