Las réplicas de la tiara y el ramo que llevó doña Letizia el día de su boda se exponen en la Casa ¡HOLA!

El Palacio de las Alhajas de Madrid acoge una exposición con objetos únicos, entre los que se encuentran estas dos 'joyas'

por hola.com

La boda real entre el entonces príncipe FelipeLetizia Ortiz reunió en la catedral de la Almudena de Madrid a más de 1200 invitados. Era el 22 de mayo de 2004 y, aunque el día se levantaba lluvioso en la capital, la radiante novia pudo desfilar hasta el altar mostrando con esplendor su precioso vestido, su gran velo y, por supuesto, todas las magníficas joyas que lució ese día. Entre ellas, como no podía ser de otra forma, destacó su tiara, la diadema Prusiana. También el “bouquet” floral que llevaba en sus manos. Dos 'joyas' que se pueden ver del 13 al 22 de septiembre en la Casa ¡HOLA!, en el Palacio de las Alhajas de Madrid, en la plaza San Martín. Un espacio lleno de experiencias únicas con el que celebramos el 75 aniversario de la revista ¡HOLA!, que llevó entonces en su portada este enlace real.

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De esta forma, en la Casa ¡HOLA!, podrá contemplarse esta réplica exacta de la tiara con la que la entonces princesa de Asturias 'coronó' su traje de novia y la misma que doña Sofía lució el día de su boda con Juan Carlos I en Atenas, en 1962. De estilo imperio, inspirada en el arte helénico, su diseño evoca las columnas del Partenón y las hojas de laurel con las que se coronaba a los campeones olímpicos. Está formada por platino y diamantes y se caracteriza por llevar, en el mismo centro de la diadema, un precioso diamante colgando.

La tiara en su origen perteneció a la princesa Victoria Luisa de Prusia, abuela de doña Sofía, quien la recibió en 1913 como regalo de su padre, el káiser Guillermo II de Prusia, con motivo de su boda con Augusto III de Hannover. La historia se repetía años después, más concretamente en 1937, cuando su única hija, la princesa Federica, se casaba con el rey Pablo de Grecia. La tiara continuaba su camino de madre a hija, cuando doña Sofía se casó con don Juan Carlos el 14 de mayo de 1962, en Atenas. Podría decirse que es la tiara de las bodas, porque efectivamente doña Letizia también escogió esta pieza para su "sí, quiero".

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Asimismo, se expone una réplica de su ramo de novia, un pequeño bouquet floral en cascada compuesto por rosas isabelinas (de la variedad Vandela), iris y lirios, unas flores que históricamente han estado ligadas a la dinastía de los Borbones; la variedad Hildegarde, que presentan una preciosa tonalidad azul (color heráldico de los Borbones); flor de manzano, en claro homenaje al Principado de Asturias; así como la flor de azahar, en tributo a la Condesa de Barcelona y doña María de las Mercedes de Orleáns y Borbón, madre del rey don Juan Carlos.

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La entonces Princesa de Asturias no dejó ningún detalle al azar ese día y, asesorada por Manuel Pertegaz (diseñador del vestido nupcial), se ocupó personalmente de la elección del ramo, de color marfil predominantemente y en el que destacaba también el color natural de las espigas. Un elemento esencial del ramo que eligió ella personalmente y que puedes ver reservando tu entrada gratuita aquí