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Es la nieta más desconocida de los reyes Juan Carlos y doña Sofía, pero, a sus catorce años, Irene Urdangarin de Borbón comienza a destacar gracias a su estilo y belleza. La hija menor de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin visitaba esta tarde el hospital Quirón de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, donde llegaba junto a su madre y sus hermanos Juan Valentín y Miguel, para visitar a su abuelo, el rey don Juan Carlos. Solo dos días después de someterse a una intervención quirúrgica cardíaca en la que se le implantaron tres bypass aortocoronarios, sus nietos le mostraban su cariño y amor con su presencia.
Precisamente a su entrada y salida del centro médico, comprobábamos la belleza de la sobrina de Felipe VI. Con un pantalón verde que combinaba a la perfección con camisa blanca, cinturón marrón y alpargatas negras, Irene mostraba una vez más ese estilo sport-chic con el que ha despuntado en sus últimas apariciones públicas. Aunque no era este look sino sus gestos lo que llamaban especialmente la atención. La forma de andar, la posición de sus brazos y su sonrisa, dejaban evidencia del gran parecido con su madre, con la que también coincidía en color y corte de pelo y en altura, así como las formas de su cuerpo.
Sin embargo, la pequeña Urdangarin tiene mucho de los orígenes belgas de su abuela paterna, Claire Liebaert Courtain. El azul de sus ojos y las facciones marcadas dejan marca de su rama Urdangarin, convirtiendo su belleza en una mezcla perfecta de ambas familias.
Aunque desde hace años vive en Ginebra con su famila, es habitual que veamos a Irene en nuestro país, especialmente en Mallorca, donde disfruta con sus abuelos, sus primos y sus tíos de sus vacaciones de verano en el Palacio de Marivent. Este año, junto a su prima, Victoria Federica, y su abuela, la reina Sofía, asistía al cine para disfrutar del remake de El Rey León.
La reina Sofía disfruta con sus nietas Victoria Federica e Irene de una tarde de cine en Mallorca
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