Pablo Urdangarin, de Alemania a Francia para seguir creciendo como jugador de balonmano

El segundo hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ha comenzado a entrenar en la cantera del HBC Nantes tras su paso por el TSV Hannover Burgdorf

Por hola.com

Pablo Urdangarin sigue haciendo carrera profesional en el mundo del balonmano. El segundo hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, que ya tiene 18 años, forma parte del segundo equipo del HBC Nantes, una noticia que ha publicado en exclusiva la revista Semana. Pablo se ha incorporado a la cantera de este club francés y ya entra con sus nuevos compañeros bajo las órdenes del técnico Dimitri Fleurance, como se observa en las imágenes que el equipo comparte en sus perfiles de las redes sociales.

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Pablo lleva desde mediados de julio en el centro de formación del HBC Nantes, cuyo primer equipo dirige el ex jugador de balonmano Alberto Entrerríos, un viejo amigo del que fuera duque de Palma. Urdangarin y Entrerríos representaron a España en el Mundial de Balonmano de 1999, y varios años más tarde protagonizaron este encuentro en la semifinal del Mundial de Balonmano de 2013, celebrada en Barcelona. Entrerríos se acercó a las gradas para saludar a su compañero, que seguía muy de cerca el partido junto a sus hijos. En aquel momento, Urdangarin estaba siendo investigado por su implicación en el caso Nóos, por el que ahora cumple condena en la prisión abulense de Brieva.

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El sobrino de don Felipe inicia así una nueva etapa en Francia tras jugar la temporada pasada en el club alemán TSV Hannover Burgdorf. Concluidos sus estudios de Bachillerato, Pablo decidió seguir los pasos de su padre en el balonmano y cambió Ginebra por una residencia para deportistas, en Hannover. Gracias a los datos de su ficha deportiva, descubrimos que mide 1,86, que le gusta tocar el piano, ver series de Netflix, pasar tiempo con su familia, que tiene un gusto algo raro para la música y tiene como ambición deportiva "llegar a ser internacional con España".

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El pasado mes de mayo, el joven disputó el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Alemana de balonmano y contó con unos espectadores de lujo en las gradas: sus abuelos (don Juan Carlos, doña Sofía y Claire Liebaert), su madre y su tía, la infanta Elena. Todos ataviados con la bufanda blanca y verde del equipo de Pablo, que finalmente ganó el encuentro contra el HSG Weltzlar.