Hablamos con Ricardo Sanz, el pintor que retrató por primera vez a los Reyes

El donostiarra, uno de los pintores de cámara de la Casa Real española, presentará el próximo 2 de agosto la exposición 'El lenguaje de la luz', un homenaje a su trayectoria pictórica

por Alba G. Salas

Aunque estamos a finales de julio y el mundo respira vacaciones y desconexión, a Ricardo Sanz (San Sebastián, 1957), uno de los paisajistas y retratistas españoles más destacados de las últimas decadas, no le importa trabajar y descolgar el teléfono para charlar con nosotros largo y tendido sobre arte, luz y sus obras de la Familia Real española. A lo largo de su extensa trayectoria profesional, el donostiarra ha capturado con su pintura la esencia de doña Sofía, Felipe VI, la reina Letizia y la actual princesa de Asturias. Precisamente su obra del monarca con su hija, Leonor, es uno de los 54 cuadros que podremos ver a partir del próximo 2 de agosto en la exposición El lenguaje de la luz

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Actualmente es uno de los pintores de cámara de la Casa Real española, una unión que se inició en 1997 con el retrato a la madre del Rey. "Hace muchos años pinté a doña Sofía y a partir de ahí se me encargaron otros proyectos. Entidades como Club Siglo XXI me encargaron el último de la Familia Real, protagonizado por Felipe VI y la actual Princesa de Asturias, la infanta Leonor. Es muy agradable y de mucho prestigio retratar a miembros de la Familia Real", confiesa el artista, que no descarta retratar en un futuro a don Juan Carlos I o la infanta Sofía: "Puede ser. Yo estaría encantado, pero ya se verá", admite. 

El retrato realizado al carbón y terminando al óleo las partes más importantes, principalmente en los rostros, para dar una mayor fuerza expresiva y resaltar la mirada, se exhibirá hasta el 1 de septiembre en el centro cultural Casa de Vacas de Madrid. "Me preocupé especialmente, como en toda mi obra, de que tuvieran una gran naturalidad, fueran muy expresivos, destacando la serenidad del Rey y la dulzura de la Princesa", apunta sobre la obra. 

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Sin embargo, una de sus obras más importantes, es la que realizó a los entonces príncipes de Asturias, siendo el primer retrato oficial de los hoy Reyes de España. Un cuadro grande, de 210×130 cms, "que fue complicado por combinar a dos personas. Quería que fuese oficial pero tampoco muy rígido", admite. "El proceso de estos retratos depende de cada caso. Yo siempre prefiero que haya algunas sesiones de natural. Siempre es más complicado, porque se cansan, pero es más agradable. Si las personas tienen tiempo es mejor al natural, tiene otro interés, transmite de forma diferente. Lógicamente, cuando no se tiene tiempo, se utiliza fotografía para que no se alargue el proyecto. Pero siempre es más bonito al natural. Con la Familia Real he hecho muchas sesiones en el Palacio de Zarzuela, pero siempre prefiero que sean las justas al natural porque es mucho lío llevar el lienzo, el transportista y demás", explica. 

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Conocedor de la relevancia histórica de sus cuadros, confiesa no ser más detallista con este tipo de obras. "Procuro en todos mis cuadros poner el alma independientemente de a lo que se dedique el protagonista. Pongo el alma en todas mis obras", revela, no sin antes recordar a quienes disfrutan de Madrid en agosto, que tienen en esta exposición un precioso recorrido por su obra, en la que se pone de manifiesto lo fundamental que es para Sanz el tratamiento de la luz y los efectos que ésta produce en las personas y en los paisajes. 

Porque el ganador del Premio Nacional de Cultura Viva, el Premio de la Fundación Goya y la Medalla Paul Harris que le concedió la Fundación Rotary Internacional, diferencia su obra en tres partes: figuras humanas, paisajes y desnudos.