La infanta Cristina ha vuelto a la escena pública tras la ausencia impuesta por el caso Nóos. En su día quedó fuera de la Familia Real y de la agenda oficial de la Casa Real, pero conserva algunos de los cargos vitalicios que recibió durante el reinado del rey Juan Carlos. Es el caso de su patronazgo de la Fundación Gala-Salvador Dalí, que ostenta desde 1998 y que ahora la ha traído de nuevo a la palestra. La exduquesa de Palma se desplazó hasta el pequeño principado monegasco para inaugurar la exposición Dalí: una historia de la pintura junto al príncipe Alberto, que acudió solo.
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Salvador Dalí residió temporalmente en Mónaco y durante su estancia realizó algunas pinturas notables de su carrera, como Violetas imperiales (1938), lo que explica el especial interés del Principado en acoger esta exposición que permanecerá en su dominio hasta el próximo 8 de septiembre. Organizada por la Fundación Dalí y el Fórum Grimaldi, con colaboración del Museo Reina Sofía de Madrid y el Museo Dalí de San Petersburgo (Florida), la muestra coincide además con el 30º aniversario de la muerte del artista.
Si el príncipe Alberto fue el perfecto anfitrión, la infanta Cristina fue la perfecta invitada. Vistió la cita con una blusa rosa, unos pantalones anchos de color gris y una enorme sonrisa, que lo realzaba todo y que a su vez contradecía los recientes rumores de depresión. Algunos medios de comunicación han publicado que la Infanta sufrió un ataque de ansiedad en su última visita a Iñaki Urdangarin a la cárcel de Brieva (Ávila), pero parece que después de este año de prisión de su marido, ambos están más adaptados a la situación y más animados también por una alentadora cuenta atrás.
El marido de la infanta Cristina optará al tercer grado, una vez que cumpla la cuarta parte de su condena de 5 años y 10 meses, que según se especula podría disfrutar a partir de diciembre. Entonces podrá dormir fuera de la cárcel varios días a la semana y podrá tener contacto a menudo con su familia. Para no desesperar en la espera, Iñaki mantiene ocupado cuerpo y mente, según cuenta Beatriz Cortázar para Corazón. Continúa entrenándose en el gimnasio y en el patio como el primer día, pero ahora además ha decidido matricularse en un máster de Psicología del Coaching de la UNED, que no le deja tiempo para pensar en otra cosa.
Así que la Infanta tiene más motivos para sonreír, y su último compromiso es por supuesto uno de ellos. Cierto es que, a diferencia de la inauguración del Museo de Dalí de Florida en 2011 junto a su marido, esta vez acudía como Cristina de Borbón y no como Infanta de España, pero sin duda es otro avance en su redención.