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El compromiso entre el por entonces príncipe Felipe y la periodista Letizia Ortiz dejó boquiabierta a buena parte de España e incluso escandalizó a otra parte al ser una mujer divorciada ajena al mundo de la Realeza. Sin embargo, el matrimonio ha conseguido superar ese obstáculo y muchos otros que inevitablemente se interponen en el camino a lo largo de 15 años, máxime en una institución como la monarquía. La pareja ha vivido momentos muy felices, como el nacimiento de sus dos hijas, pero también ha tenido que hacer frente a problemas institucionales, familiares y rumores de crisis en su matrimonio.
A pesar de los recelos iniciales que suscitó la decisión del príncipe de Asturias de casarse con la presentadora del Telediario de TVE, los primeros años de su matrimonio supusieron toda una época dorada para la monarquía. Doña Letizia se adaptaba a los mimbres de la institución con asombrosa rapidez y sus pequeños deslices respecto al protocolo eran aceptados con normalidad por la mayor parte de la sociedad, como aquel famoso “déjame terminar” con el que reivindicó su turno de palabra durante el anuncio de su compromiso. Además, el nacimiento de Leonor y Sofía no hizo más que llenar a la familia de una felicidad que traspasaba los muros de Zarzuela.
A partir de 2011, el escándalo del caso Noos que implicaba al marido de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarín, supuso un duro golpe para la imagen pública de la monarquía y acabó con un claro distanciamiento entre ambos matrimonios, especialmente una vez que Don Felipe asumió la Corona. Al año siguiente, salio a la luz el polémico viaje del Rey Juan Carlos a Botsuana después de que un accidente le obligase a operarse de la cadera. El Monarca admitió su error y acabó pidiendo perdón a los ciudadanos.
Entre tanto, Don Felipe y Doña Letizia parecían salir indemnes de todas estas polémicas, hasta que en 2013 se vieron obligados a zanjar los rumores de crisis en su matrimonio de los que se hacía eco la prensa. Las escapadas por separado, algo a lo que, sin embargo, siempre ha acostumbrado la pareja, o el hecho de que Doña Letizia finalizase las vacaciones en Mallorca antes que su marido y sus hijas caldearon la rumorología. Fuentes del entorno del príncipe negaron entonces a ABC que existiese tal crisis matrimonial, sino “una crisis en la percepción pública del matrimonio motivada por la interpretación errónea de determinados hechos”.
Con la abdicación de Don Juan Carlos un año más tarde y la coronación de Felipe VI, la monarquía española inauguraba una nueva era y los nuevos Reyes transmitían la imagen de un matrimonio sólido y reforzado. Desde entonces, los gestos de complicidad entre ellos y con sus hijas han sido una constante, con una Reina mucho más segura, lejos de aquella princesa que caminaba con cuidado de no tropezar con el protocolo.
Felipe VI y doña Letizia, dos Reyes enamorados en un día para la historia
Respetando la independencia de cada uno como siempre habían hecho, la pareja se ha sobrepuesto a todos los retos que se han ido encontrando. El último surgió hace tan solo un año con el comentado desencuentro entre Doña Letizia y Doña Sofía a la salida de la misa de Pascua. En medio de la vorágine de rumores que apuntaban a una mala relación entre las dos Reinas, la Casa Real puso en marcha toda una política de gestos encaminada a cortarlos de raíz. En cualquier caso, los Reyes no parecen haber visto resentido su matrimonio por aquel episodio que quedó totalmente zanjado en el mismo escenario un año más tarde.
En los últimos meses, las apariciones públicas de los Reyes muestran sin duda una pareja sólida y muy unida que aún se dedica miradas cargadas de cariño, como demostraron hace tan solo unos días en la conmemoración de los 175 años de la fundación de la Guardia Civil. A los problemas habituales de cualquier familia, se añaden en este caso los que acarrea la institución a la que representan y Don Felipe y Doña Letizia han logrado sortear cada uno de los palos en las ruedas. Nos aventuramos a adivinar que, tal vez, la próxima prueba de fuego de la pareja sea lidiar con la difícil etapa en la que se adentran sus hijas: la adolescencia.
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