Cumbre real: la reina Sofía, la princesa Takamado y Silvia y Sofía de Suecia se reúnen en Estocolmo
Las cuatro unieron fuerzas en un congreso sobre salud mental en el Palacio Real
Si la montaña no viene a la realeza, la realeza va a la montaña. La salud mental, una de las causas que cuenta con mayor respaldo real, ha sido la cumbre que ha reunido a la reina Sofía, a la princesa Takamado de Japón y a Silvia y Sofia de Suecia en la Biblioteca Bernadotte del Palacio Real de Estocolmo. Las cuatro damas han unido fuerzas para combatir la enfermedad de la demencia, que deteriora la capacidad mental hasta el punto de poder interferir en la vida diaria, con sus mejores armas: tesón, sonrisas y complicidad ante las cámaras.
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La celebración del congreso Dementia Forum X ha llevado hasta Suecia a la reina Sofía en un nuevo viaje relámpago en solitario al país escandinavo. La última vez que acudió invitada por la reina Silvia fue hace dos años con motivo de la segunda edición del Foro por la Demencia, que tuvo lugar en la Biblioteca Bernadotte del Palacio Real de Estocolmo. A excepción de la princesa Sofia, las damas eligieron para la ocasión un dos piezas de chaqueta y falda y algunas pequeñas piezas de su joyero de diario, unos pendientes, un collar, un broche y unas pulseras.
La mujer del príncipe Carlos Felipe, que el pasado 13 de mayo cumplía los cuarenta y lo celebraba con una fiesta en su residencia, optó por la extrema sencillez de un traje pantalón azul y, como única joya, una cadena con dos pequeños colgantes de brillantitos con los símbolos de aries y virgo, los horóscopos de sus dos hijos, los príncipes Alexander y Gabriel. La larga melena de mechas, las uñas de rojo, el bolso XL o los zapatos de print de serpiente daban a su atuendo el toque más sofisticado.
La relación entre las reinas Sofía y Silvia es excelente, al igual que entre ambas casas reales. Prueba de ello es que aprovechan siempre que pueden las ocasiones de encuentro como cuando el rey Carlos Gustavo se encontraba en Madrid para participar en los actos de la 63º reunión de la Fundación Scout Mundial y ellas disfrutaron de una cena de amigas en el palacio de la Zarzuela. También comparten los momentos más importantes de sus vidas, bodas y señalados aniversarios, como cuando don Juan Carlos y doña Sofía asistieron a las celebraciones del 70º cumpleaños de Carlos Gustavo de Suecia.
Y esa complicidad fue evidente en su apasionada participación en la Conferencia Internacional de la Demencia, que contó con un total 140 participantes de 39 países durante todo el día, con sendos descansos para el almuerzo buffet en el comedor Lovisa Ulrikas y, por supuesto, para tomar café. En un receso del Congreso, la directora general de la Asociación Alzheimer's Disease International hizo entrega a la reina Sofía de las credenciales de embajadora de esta Asociación.
La princesa Takamado se estrenaba en la cita. Ella es miembro de la Familia del Emperador de Japón y por su matrimonio con el príncipe Takamado, que falleció hace 17 años en la mitad de la vida, dejando a su esposa de 49 años sola al cuidado de las tres hijas del matrimonio Tsuguko, Noriko y Ayako. Junto a ella y otras las damas reales, también había dos Primeras Damas: la chilena Cecilia Morel y la islandesa Eliza Reid. Tampoco faltaron el sobrino de la reina Silvia, Patrick Sommerlath; el esposo de la princesa Christina, Tord Magnuson, ni varios de los amigos de la pareja real a este foro de reflexión sobre los desafíos de la demencia. Tras la intervención de Silvia de Suecia, la entrega de las becas de investigación de las Fundaciones de Alzheimer de Suecia puso fin al acto.
Por la noche, la reina Silvia, la reina Sofía y la princesa Takamado fueron invitadas de honor en la gran cena del Dementia Forum X en el Museo Nacional, donde harían un recorrido antes de sentarse a la mesa. Y hoy la princesa Victoria, que estaba en Noruega hasta el momento, se ha unido a esta cumbre real y ha sido la anfitriona de un almuerzo privado en su residencia del Castillo de Haga en honor a sus invitadas, la reina Sofía y la princesa Takamodo. Porque por muy lejos, por muy alta, por muy inaccesible que esté, la realeza va a la montaña.