La última vez que asistieron fue en 2019

La Catedral de Palma: punto de encuentros y un sonado desencuentro de la Familia Real

Los Reyes no han retomado este año la tradicional cita del Domingo de Resurrección en Mallorca

por hola.com

La Misa de Pascua en la Catedral de Palma no figura en la agenda de los miembros de la Casa Real porque no es un acto oficial, sino una tradición, y este año la expectación era enorme. Los dos últimos años la pandemia impidió al rey y su familia asistir a este servicio religioso y este año no han retomado la costumbre. En lugar de pasar la Semana Santa en Mallorca, la princesa Leonor que ha vuelto de Gales unos días por sus vacaciones escolares, acudió este sábado con los Reyes y la infanta Sofía a su primer acto público en seis meses. La fotografía de la Familia Real a su llegada al templo es una de las más esperadas, ya que a lo largo de los años ha sido fiel reflejo del momento que atravesaba en cada época. Las presencias, las ausencias y los gestos son reveladores y año tras año hemos sido testigos de cómo la familia aumentaba, los niños crecían, pero también de cómo el paso del tiempo y las diferentes polémicas hacían mella en un posado familiar que menguaba cada vez más.

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La última vez fue en 2019, cuando los reyes y sus hijas acudieron a la misa acompañados de doña Sofía. Todo fueron risas y complicidad en ese encuentro en el que todas las miradas estaban puestas en las dos mujeres: la esposa y la madre de don Felipe. Un año antes, habían protagonizado un episodio que hizo correr ríos de tinta. Un vídeo mostraba a la Reina Letizia molesta porque Doña Sofía se fotografiase con sus nietas a la salida de la Iglesia. El desencuentro desató una oleada de rumores sobre una supuesta mala relación entre la esposa y la madre del Rey Felipe que la Casa Real se encargó de mitigar con una serie de gestos públicos durante los meses siguientes. Ese mismo año Don Juan Carlos reapareció en Palma tras cuatro años de ausencia, pero finalmente los titulares los acaparó el polémico encontronazo. 

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La última vez que vimos a la Familia Real al completo en la misa del Domingo de Resurrección fue hace 15 años. Por aquel entonces era habitual que asistieran las infantas Cristina y Elena con sus respectivas familias. Además, en 2006 fue el debut de la princesa Leonor, cuando era un bebé de meses en brazos de su madre. El año siguiente, no se pudo repetir la estampa familiar porque faltaban los por entonces príncipes de Asturias ya que Doña Letizia estaba embarazada de la infanta Sofía y no se encontraba en condiciones de cumplir con la tradición. 2007 fue también la última vez que vimos a Jaime de Marichalar en la Catedral de Palma de Mallorca.

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La siguiente Misa de Pascua fue la primera para la segunda hija de los Reyes de España y solo faltaba el marido de la infanta Elena puesto que ya se había anunciado el cese temporal de la convivencia. Aun así, por aquel entonces todavía tenían que apretarse para salir todos en la foto. Tres años después, la infanta Cristina asistió por última vez ya sin sus cuatro hijos.

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La infanta Elena siguió acudiendo a la cita hasta 2014, pero sin sus hijos, Felipe y Victoria Federica. Ese año fue especialmente complicado para la Familia Real y Don Juan Carlos también decidió ausentarse, aunque temporalmente, del evento. El primer año de Don Felipe y Doña Letizia como Reyes de España, llegaron a la Catedral acompañados de sus hijas y de Doña Sofía. A pesar de las bajas, hacía tiempo que Leonor y Sofía acaparaban todo el protagonismo y Palma de Mallorca se ha convertido en una especie de examen en el que cada año observamos la evolución de unas niñas que ya se han adentrado de lleno en la adolescencia.

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En caso de que los Reyes hubiesen decidio retomar esta tradición acompañados de sus hijas, el cambio especto a la última vez que las vimos en la catedral mallorquina sería notable. La princesa de Asturias ya no es la adolescente de aspecto aniñado de 14 años que vimos en el posado de 2019, sino una joven de 16 años que estudia en el extranjero, y su hermana, la infanta Sofía, ya ha cogido el testigo de la adolescencia.