La reina Sofía viaja a Francia para asistir al funeral de Henri d'Orleans, conde de París
También le dieron el último adiós en la capilla real de Saint-Louis el príncipe Alberto de Mónaco, Farah Diba o el duque de Castro
El pasado 21 de enero, Henri d'Orleans, conde de París, duque de Francia y aspirante al trono del país galo, fallecía a los 85 años. Su hijo, el príncipe Jean d'Orleans, era el encargado de comunicar la triste noticia y lo hacía a través de su página oficial de Facebook. "Tengo la tristeza de anunciar la muerte de mi padre, el conde de París, acaecida esta mañana. Les ruego, oren por su alma", escribía junto a una imagen del aristócrata. Doce días después del fallecimiento, tenía lugar un funeral en su memoria en la capilla real de Saint-Louis, en Dreux.
Hasta allí se trasladaron algunos miembros de la realeza como la reina Sofía, que acudió acompañada del embajador de España en Francia, Fernando Carderera. A su llegada fue recibida por el propio Jean d'Orleans, convertido ahora en el nuevo jefe de la casa de Francia. También acudieron a la ceremonia religiosa Alberto de Mónaco, Emmanuel Filiberto de Saboya, la emperatriz Farah Diba, el duque de Castro y su familia -Carlos y Camilla de Borbón Dos Sicilias-, el príncipe Hassan de Marruecos y María Teresa de Wurtemberg, la exesposa de Henri d'Orleans.
En total, más de 500 personas acudieron a dar el último adiós a Henri d'Orleans, cuya vida no estuvo exenta de polémica. Nacido en 1933 y criado entre Marruecos, España y Portugal, se alistó en el ejército y llegó a participar en la guerra de Argelia. Tras retirarse, trabajó en la banca suiza y escribió varios libros. Además, el mismo año en el que puso fin a su matrimonio con María Teresa de Wurtemberg -con la que estuvo casado 27 años y tuvo cinco hijos- se casó con Micaela Cousiño Quiñones de León. Esta decisión le supuso perder sus derechos como heredero, hasta que su padre se los devolvió en 1996.
Después de asumir el título de conde de París, Jean d'Orleans dispuso todo para llevar a cabo el funeral en este sacro lugar en el que se encuentra la necrópolis familiar, pues es aquí donde reposan los miembros de la casa Orleans que han fallecido. La capilla real y el mausoleo fueron construidos en el mismo punto en el que anteriormente se encontraba una colegiata románica del siglo XII. En la actualidad cuenta con una planta neoclásica a modo de rotonda que fue reformada en estilo gótico, mezclas que aportan un estilo ecléctico y curioso a este enclave tan significativo para la familia Orleans.