El rey Felipe se ha desplazado hasta Irak para visitar a las tropas españolas desplegadas en el país. Se trata de un viaje sorpresa que se produce justo el día en que cumple 51 años. En la agenda de la Familia Real no figuraba para este miércoles ninguna actividad, pero el Monarca ha querido conocer de primera mano la labor de los militares que participan en la misión de la OTAN. Su Majestad viajó sin doña Letizia, pero ha estado acompañado de la ministra de Defensa, Margarita Robles.
A su llegada al aeropuerto de Bagdad fue recibido por el embajador de España en Irak, Juan José Escobar Stemman. Don Felipe descendió del avión oficial vestido de camuflaje, el mismo uniforme que llevaban las tropas españolas. Posteriormente fue saludado por el nuncio apostólico en Irak y Jordania, el arzobispo Alberto Ortega Martín, la representante especial para Irak del secretario general de las Naciones Unidas, Marta Ruedas, y el delegado de la Unión Europea en Irak, Tomás Reyes, entre otras autoridades.
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Posteriormente, Don Felipe se trasladó en caravana al Bagdad Diplomatic Support Center (BDSC), donde mantuvo entrevistas con el Comandante de la Combined Joint Task Force-Operation Inherent Resolve, teniente general (EEUU), Paul J. Lacamera, y el jefe de la NATO Training and Capacity-Building Mission-Irak, general de división (Canadá), David Fortin.
Tras los saludos formales, don Felipe también tuvo tiempo de estar con los militares, en un encuentro más distendido donde les dirigió unas palabras de apoyo y ánimo. “Puedo transmitiros el orgullo que se siente como español, como militar, el saber de vuestra misión. Que sepáis que el trabajo que hacéis diario, que sé que es duro, sé que estar fuera de casa tanto tiempo afecta a todos, a nuestra cabeza y nuestro corazón, pero vosotros sabéis mejor que nadie la importancia de esta misión, sabéis hacerla, nos hacéis ser más orgullosos, incluso, de ser españoles. Lleváis nuestra bandera siempre en el brazo y en el corazón y nos llena de orgullo”, comenzó la intervención de don Felipe. “Gracias por lo que hacéis y gracias por cómo lo hacéis, con profesionalidad y con una mentalidad de ayudar a este pueblo iraquí que ha sufrido tanto y en esta región que necesita de un entorno de seguridad y estabilidad para su progreso”, finalizó para después charlar con varios corrillos de militares.
Tras esta recepción, Su Majestad, se trasladó hasta el Palacio Presidencial para mantener un encuentro con el presidente de Irak, Barham Salih, para lo cual cambio su uniforme por un traje. En dicha reunión estuvo acompañado de la ministra Robles y del embajador Escobar, entre otras personalidades.
Se trata de la segunda visita de Felipe VI a un contingente de tropas españolas en el extranjero desde su proclamación. Anteriormente había visitado el Líbano en abril de 2015. En aquella ocasión, además de almorzar con las tropas, depositó una corona de laurel con los colores de la bandera de España junto a la cruz levantada en recuerdo a los soldados fallecidos en acto de servicio.
La misión militar que ha visitado el Rey este miércoles, con 551 efectivos, es la segunda más numerosa de las que nuestro país tiene desplegadas en el exterior. Los militares desplegados forman parte de la operación Inherent Resolve, fruto de una coalición internacional integrada por 60 países y liderada por Estados Unidos, que surgió tras una cumbre de la OTAN celebrada en 2014. Además, está amparada por el Consejo de Seguridad de la ONU y cuenta con el apoyo de la Unión Europea.