)
Están siendo, probablemente, sus Navidades más difíciles y es que por primera vez, en 21 años de matrimonio, la infanta Cristina está pasando las fiestas lejos de su marido, Iñaki Urdangarín, que está cumpliendo condena en la cárcel de Brieva por el caso Nóos. Tras celebrar Nochebuena y Navidad con el resto de la familia en el Palacio de la Zarzuela (un acontecimiento que no se producía desde hace cinco años), la hermana del rey Felipe VI puso rumbo al norte acompañada de sus cuatro hijos, Juan Valentín, Pablo, Miguel e Irene, tal y como puede verse en las páginas del nuevo número de la revista ¡HOLA!, que ya está a la venta.
Al igual que han hecho en años anteriores, la hija menor de don Juan Carlos y doña Sofía viajó a Vitoria, donde residen la madre y parte de los hermanos de su marido, para despedir 2018 junto a ellos. Doña Cristina y sus hijos fueron fotografiados realizando diversas actividades por las calles de la capital alavesa. Uno de los días, la Infanta acudió a recoger a sus cuñadas a la estación de Vitoria, mientras tres de sus hijos, Juan Valentín, Pablo e Irene, se dirigieron a la óptica de una de las hermanas de Iñaki, donde adquirieron unas gafas nuevas para Pablo.
La hermana de don Felipe y su hija Irene, que según puede verse en las imágenes ya está casi tan alta como su madre, pasaron una mañana de compras recorriendo algunas calles de Vitoria. Madre e hija, que iban muy abrigadas, vestían ropa deportiva y parece que a Irene le gusta ir la última moda, ya que llevaba un cazadora furry, una prenda de plena tendencia esta temporada. Para Juan Valentín, que estudia en una Universidad británica, y Pablo, que reside en Hannover, donde estudia y juega al balonmano profesional (como su padre), estas fechas también han supuesto un reencuentro familiar, ya que doña Cristina sigue viviendo en Ginebra junto a sus dos hijos pequeños, Miguel e Irene.
SI QUIERES LEER EL REPORTAJE COMPLETO, CONSIGUE LA REVISTA A PARTIR DEL MIÉRCOLES EN EL QUIOSCO O DESCÁRGATELA AQUÍ A PARTIR DEL VIERNES
Al parecer, el día 24 de diciembre la Infanta visitó a su marido en la cárcel de Brieva acompañada de sus hijos. El encuentro habría durado 45 minutos, un espacio de tiempo que, seguramente, aprovecharían para infundir ánimos a su padre, que esa noche cenó solo, en su celda del módulo que ocupa en la prisión abulense de mujeres. Eso sí, el exduque tuvo un menú especial navideño, como el resto de las reclusas, y un regalo: el Juzgado de Vigilancia Penitenciara número 1 de Valladolid le ha autorizado a utilizar una bicicleta estática de su propiedad. Urdangarín la había solicitado para uso terapéutico después de que la prisión se negara a su petición, puesto que no existe un gimnasio o instalación deportiva propia.
)
)
)
)
)
)
)
)
)
