Entre las muchas facetas que ha dejado ver la reina Sofía en sus 80 años de vida, 56 de ellos al servicio de la Corona española, es evidente que es una mujer familiar. Disfruta rodeada de los suyos, vive con emoción esos momentos en los que la princesa Leonor toma protagonismo, igual que lo hizo en cada paso de la vida del rey Felipe, disfruta rodeada de sus nietos, viaja a Ginebra para apoyar a la infanta Cristina y se escapa a Grecia cuando puede. Es quizá este destino el más especial de todos, allí el palacio de Tatoi conserva sus recuerdos, es el lugar donde reposan los restos mortales de sus padres, los reyes Pablo y Federica, y donde conserva amistades de la infancia. Si hay alguien que es capaz de sentir Grecia como lo hace la reina Sofía esos son sus hermanos: el rey Constantino y la princesa Irene, a veces lejos pero siempre cerca, exáctamente igual que Grecia.
Constantino de Grecia, un rey nostálgico>
Hermano de la reina Sofía, primo de Isabel II, padrino del príncipe Guillermo y cuñado de a reina Margarita de Dinamarca, Constantino de Grecia vivió un breve reinado (1964-1967) marcado por la inestabilidad política al que puso fin la Dictadura de los Coroneles y que significó el comienzo del exilio para Constantino. Casado desde 1964 con la princesa Ana María de Dinamarca, hermana pequeña de la reina Margarita de Dinamarca, solo dos de sus cinco hijos (los príncipes Alexía y Pablo) nacieron en Grecia. El príncipe Nicolás nació en Roma y los pequeños de la casa, los príncipes Teodora y Philippos, nacieron en Londres, donde la familia se estableció.
No fue hasta 1981, con motivo del entierro de su madre, Federica de Grecia, que había muerto en el palacio de la Zarzuela de Madrid el 6 de febrero, cuando el rey Constantino igual que sus hermanas regresó de forma fugaz a Grecia. Entonces les permitieron estar las horas que duraron las honras funebres que se celebraron el Palacio de Tatoi.
Con el paso del tiempo y tras el litigio con el gobierno griego para recuperar alguna da las propiedades de la Familia Real griega, el rey Constantino fue retomando los lazos que le unen con el país y sus viajes son frecuentes. "Siempre hemos deseado volver a casa porque nos hemos sentido nostálgicos. Ahora podemos cumplir este deseo", comentó el Rey en el año 2004 cuando regresó a su país natal invitado por el gobierno como miembro del Comité Olímpico Internacional, anécdota que trae a la memoria el oro en vela que ganó en los Juegos de Roma en 1960.
A lo largo de toda su vida, dado la relación que tiene tanto con la Familia Real danesa como con la española ha estado presente en numerosos actos de la realeza y en las celebraciones familiares de ambas casas. Igual que sus hermanas, el rey Constantino es un hombre que disfruta rodeado de los suyos y que siempre elige Grecia cuando se trata de celebrar cumpleaños o aniversarios.
Irene de Grecia, la más desconocida
Irene de Grecia y Dinamarca, de 76 años, es la hija menor de los reyes Pablo y Federica y la única que no nació en Grecia, ya que entonces la Familia Real griega se encontraba en el exilio debido a la invasión de la Alemania Nazi. Los que la conocen dicen que es una mujer espiritual y solidaria, de hecho la mayor parte de su vida la ha dedicado a causas benéficas. Nunca llegó a casarse ni a tener hijos, pero siempre ha disfrutado de la familia que han formado sus hermanos.
El pasado 16 de marzo el Gobierno le concedió por Real Decreto la nacionalidad española en la modalidad de carta de naturaleza que se otorga cuando en el interesado “concurran circunstancias excepcionales y después de tramitar un expediente para cada caso particular”. La tía materna de Felipe VI ha vivido desde el año 1968 durante largos periodos en España y su residencia habitual es Madrid, según informa el Ministerio. Además, se ha tenido en cuenta que por su parentesco con la reina Sofía “mantiene estrechos lazos personales con todos los miembros de la Familia Real española y guarda especial vinculación con nuestro país”.
El último verano comenzó y terminó para doña Sofía en Grecia, el pasado mes de septiembre se tuvo constancia (la revista ¡HOLA! publicó las fotos) de su última escapada al país heleno con motivo del 72 cumpleaños de la reina Ana María, un aniversario que celebraron surcando en familia el mar Egeo. Ese verano, concretamente en junio, tambíen había comenzado con sabor griego, la reina Sofía y la princesa Irene viajaron en junio a la isla de Creta para el 78 cumpleaños del rey Constatnino. En ese viaje, además, la reina Sofía y su hermana visitaron, entre otras cosas, el Museo Arqueológico de Heraclión. Fue en ese contexto cuando la reina Sofía dejó unas imágenes que nunca habíamos visto, durante una velada de cena y música en un hotel de Creta, se animió a bailar un "pentozali", típica danza cretense.