Don Juan, 25 años sin el Conde de Barcelona, el Borbón que nunca reinó
El Conde de Barcelona, abuelo de Felipe VI, falleció en Pamplona el 1 de abril de 1993 a los 79 años
Aunque fue hijo y padre de Reyes, él nunca ocupó el trono. Don Juan de Borbón y Battenberg, Conde de Barcelona y abuelo de Felipe VI, falleció en Pamplona el 1 de abril de 1993 a los 79 años. Este año se cumple el 25 aniversario de su muerte y este martes don Juan Carlos y doña Sofía y los reyes Felipe y Letizia le rendirán un homenaje con una misa conmemorativa que se celebrará en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid). También se espera que acudan numerosas personalidades y familiares que recordarán a un hombre que ocupó un lugar especial en la Historia de España y que pese a no haber reinado nunca, fue enterrado con honores de Monarca.
Don Juan, hijo de Alfonso XIII y de Victoria Eugenia de Battenberg, nació el 20 de junio de 1913 en el Palacio de la Granja de San Ildefonso (Segovia). Realizó sus primeros estudios en Madrid y después ingresó en la Escuela Naval Militar, donde descurbió su gran pasión, el mar. Al día siguiente de la proclamación de la República, el 15 de abril de 1931, tuvo que exiliarse interrumpiendo de esta manera su formación como marino que retomaría más tarde. Primero estuvo en Francia con su familia, después formó parte de la Royal Navy británica, pero el destino, siempre caprichoso, le tenía reservada otra misión.
A pesar de que era el quinto de los hijos de Alfonso XIII se convirtió en aspirante al trono. La ley sálica -que le antepuso a sus hermanas- la renuncia de su hermano Alfonso para casarse con la cubana Edelmira Sampedro y la sordera de su hermano Jaime le convirtieron en el heredero. Fueron unos tiempos duros en los que el país estaba arruinado y había sufrido la Guerra Civil. En 1941, con motivo de la abdicación de su padre el rey Alfonso XIII, se convirtió en el aspirante a la Corona y comenzó su lucha incansable hasta conseguir restaurar la monarquía en España.
Lejos de su tierra descurbió el amor y se casó en Roma en 1935 con la princesa María de las Mercedes de Borbón y Orleans. El matrimonio tuvo cuatro hijos: la infanta Pilar, don Juan Carlos, la infanta Margarita y el infante Alfonso. De la capital de Italia se trasladaron a Lausana (Suiza) donde vivieron unos años hasta que establecieron su hogar en Estoril (Portugal), un lugar al que la familia siempre recordó con un gran cariño.
Cuando se aseguró de que su hijo ocuparía el trono de España, dio un paso al frente y cedió al rey Juan Carlos el destino que una vez acarició para sí. El año pasado se cumplieron 40 años de la renuncia del Conde de Barcelona a los derechos dinásticos en favor de su hijo el rey Juan Carlos I, tras la restauración de la monarquía en España. Un momento histórico, pero de carácter íntimo y muy familiar, en el que don Juan concluyó su discurso con unas palabras que han quedado para la posteridad: “Majestad, por España, todo por España, ¡Viva España, viva el Rey!”.
- Doble homenaje de Felipe VI: a su hija y a su abuelo
El Conde de Barcelona murió en la Clínica Universidad de Navarra a consecuencia de un cáncer de laringe, que le habían diagnosticado en Nueva York. Seis días más tarde, el 7 de abril de 1993, se produjo su entierro. Fue su hijo Juan Carlos I el que decidió que sus restos descansaran junto a sus padres, los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, y los demás monarcas españoles. Los restos de don Juan pasarán al Panteón de Reyes, cuando se reduzcan, un proceso que aún no se ha producido. En su futuro féretro ya está grabado su nombre: “Ionannes III”, aunque debajo en lugar de “Hispanaie Rex” pone “Comes Barcinonae”.
Su entrega no se olvida en la Familia Real. A la misa de este martes, oficiada por el arzobispo castrense, Juan del Rio, es probable que acuda su nieta la infanta Cristina, que está a la espera de que el Tribunal Supremo estudie los recursos contra la condena de su esposo, Iñaki Urdangarin, según publica ABC. Las que parece que no asistirán al servicio religioso serán la Princesa de Asturias y la infanta Sofía, según el mismo medio. No será el único recuerdo que don Juan ha recibido este año. El pasado 30 de enero, don Felipe condecoró a su hija, la princesa Leonor, con el Toisón de Oro, la más alta condecoración de la Corona española, con motivo del 50 cumpleaños del monarca. De todos los vellocinos disponibles -se devuelven a la muerte de su titular- el Soberano eligió para la heredera uno de gran valor sentimental, el que perteneció durante 66 años al Conde de Barcelona, que lo recibió con 14 años.